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Durante el paseo la actitud de Pulgoso había cambiado considerablemente, olvidando por completo que estaba disgustado por  el nuevo vecino.

Aunque de regreso se actitud haya sido totalmente arisca. Nadamas pisar el pasillo Pulgoso había ladrado y puesto en guardia, como si tratara de protegerlo a él de algo desconocido que pudiera hacerle daño.

Camino con cautela para no alterar los nervios de Pulgoso.
El sonido de la puerta siendo abierta hizo que el brincara y que Pulgoso ladrará escandalosamente.

El nuevo vecino no era feo...
Pero a pulgoso no le agradaba.

KyungSoo sonrió nerviosamente acercándose hacia pulgoso. Tal vez si le acariciaba la cabeza se calmaba.

Dicho y hecho, tras comenzarle a hablar bonito y acariciarlo pulgoso se calmo y movió la cola, aunque KyungSoo estaba seguro que todavía estaba en guardia, si su mascota no era tonta.

Lo sonrió ahora de forma mas calmada al vecino, aun con sus dedos entre los pelos de Pulgoso.

- No suele ser así...

Por lo menos no todo el tiempo que lleva con el.

Con indiferencia el vecino paso de largo, ignorandolo por completo. Como si se tratara de una cucaracha cualquiera.

Bufo, Pulgoso tenia razón. A el también le caía mal.

- Parece que tiene un palo atorado en el culo. 

Le dijo a Pulgoso mientras este ladraba cono respuesta. 

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Sus vacaciones finalmente habían acabado, un nuevo día en la universidad había comenzado.

Solo, se encontraba caminando hacia el aula de Biología. No era su materia favorita pero tampoco la aborrecía.

Las imágenes de Adán y Eva le dijeron hola al entrar. Bufo... De nuevo el señor Lee.

Estaba harto de soportarlo de nuevo, pero no se podía dar el privilegio de suspender.

Se sentó en un asiento, dejo su mochila en el suelo sin importarle mucho que  no estuviera bien acomodada. Se llevo las manos a la cara. Esto apenas comenzaba.

Comenzar su semana con el pie izquierdo le dejaba un trago amargo en la garganta. No estuvo bien haber dejado a Pulgoso lloriqueando bajo llave en su casa, pero no tenia otra opción. Pulgoso se había mostrado rejego, no quiera dejarlo salir, llego al grado de robarle un zapato y esconderse bajo la cama.  Ya había mostrado bastante infantil. Esa actitud le llegaba a ser conflictiva.

Estaba tan sumido en sus pensamientos que no oyó al entrenador Lee hablar, ni mucho menos vio cuando alguien se sentó a su lado.

Volteó. Solo seria un pequeño vistazo y ya.

Jamas lo había visto, digo, por que un tipo bastante atractivo, piel morena y esculpido por los dioses no seria difícil de olvidar, aunque sólo hayan chocado hombros en el pasillo.

Baek seguramente estaria pidiéndole su numero de teléfono y filtreando con él. Tan lanzado.

Él solo se limitaría a observarlo

Su teléfono vibró en su bolsillo trasero. ¿Acaso Baek no sabia que tenia que atender?

Si, eso, atender y no mirar al chico sexi a su lado.

Despego su mirada del hipnótico cuerpo color canela y miro hacia la pizarra.

No tenia que estar pensando en tonterías ni en tipos bonitos, en cambio, tenia que estar preocupado por Pulgoso quien seguramente estaba enojadisimo con el.

El Juramento (KaiSoo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora