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Como se había ido, había regresado. De nuevo se encontraba en la cafetería. Lo había sentido tan real, que había comenzado a llorar silenciosamente.

Ese recuerdo lo atormentaba desde que tenia 17. Por ese estúpido recuerdo iba al psicólogo cada semana.

Se llevo las manos a la cara. Abrumado. BaekHyun lo miraba en silencio, no era la primera vez que le pasaba y sabia que aunque se moría de ganas de hacerle miles de preguntas no lo hacia y le estaba agradecido, pues no sabia como contestarlas.

Comenzó a sentirse tan cansado física y emocionalmente que cuando Kai le sonrió de forma juguetona no le tomo importancia.

Quería irse a casa ya. Quería rascarle la panza a Pulgoso y tomar una ducha. Hacer tarea y después ver la telebasura. Comer comida china para finalmente tirarse en la cama.

¡La estúpida tarea de Biología! ¡Estupido Kai y sus nulas respuestas!

Gruño.

- Solo espera un poco, después podrás llegar a casa rascarle la barriga a Pulgoso, bañarte, comer y ver telebasura.

Sonrió. Le había leido el pensamiento.

- Es eso exactamente lo que voy a hacer... Pero, podríamos primero fijarnos sobre el tipo antes de irnos.

BaekHyun asintió llevándose el ultimo bocado de tarta a la boca, gimió gustoso.
A KyungSoo le gustaba la parte delicada e infantil de su amigo, esas en las que solía disfrutar de las pequeñas cosas, de las cosas sin sentido, tontas, infantiles en las que muchas veces se vio envuelto.

A veces pensaba que todo había pasado por algo, desde la muerte de su padre hasta el incidente que tuvo a los 17. Que lo llevaban a donde estaba ahora, en una cafetería.

Suspiro. Pensaba que cambiarse de departamento serviría para dejar sus pesadillas de lado, pero al parecer todo revivía con mas fuerza. Las pesadillas donde era perseguido por alguien en medio de la nada se volvieron mas constantes. Los recuerdos lo atormentaban mas que antes. Le dolían. Le escosian como si de una herida reciente se tratase.

Si, definitivamente al llegar a casa se daría un baño de burbujas.

- ¿Eh? ¿KyungSoo?

Desvío la mirada hacia la juguetona de su mejor amigo. Tenia un papelito en la mano que movía en suaves ondas en el aire.

- ¿Si?

KyungSoo le resto importancia al papelito y se centro en BaekHyun.

- Esto es para ti- Movió el papelito con mas entusiasmo- Lo ha dejado en mesero sexi de allá.

Siguió la dirección que señalaba el dedo largo y bien cuidado de BaekHyun. Giro los ojos.

Sus KyungSoo's se emocionaron hasta colapsar. Estaban en desacuerdo. Él solo quería ignorarlo y ya, pero no, ellos querían besar sus pies...

Y maldita sea como lo odiaba.

- ¿Y luego?

BaekHyun bufo, indignado.

- ¿Y luego? ¿Has dicho y luego?, Por los seres míticos inexistentes y los hombres bonitos. Esta es tu oportunidad...

KyungSoo negó rápidamente, Kai no era una oportunidad.

- No es una oportunidad, Kai nunca lo será.

El rubio abrió los ojos desmesuradamente...

- Así que... ¿Ya se conocen?

Asintió, restándole importancia. Ignorando a sus pequeños KyungSoo's que gritaban alocados, por que Kai lo conocía bastante bien y no sabia como.

- Comparto algunas clases con él. No es mas que mi compañero.

- Te aseguro, querido Kyung, que él no piensa ser solo un compañero.

Tal vez...

Al llegar a casa había tomado todas las medidas de precaución posibles, cerro todas las ventanas y la puerta con todos los seguros posibles. Pulgoso solo lo observaba moviendo la cabeza.

- Me han seguido.

Le comentó al perro, por que si no comenzaba hablar se volvería loco. Mas.

- No se quien y tampoco por que. ¿Crees que me tenga que cambiar de empleo?

Su mascota solo ladeo la cabeza, como si tratara de procesar lo que KyungSoo le decía. Ladro.

- ¿Eso es un si o un no? Si es no, ladro dos veces.

Dos ladridos después KyungSoo decidió que era momento de tomar una ducha. Una rica y deliciosa ducha.

Metió la manos a los bolsillos de la chaqueta saco sus llaves, cartera y celular, unas cuantas monedas y el estúpido papelito de Kai.

Giro los ojos, no lo había visto. Pero si era sincero con sigo mismo, tenia ganas de hacerlo.

La mano le hizo cosquillas, nadie lo miraba, que mas daba, podía fingir que no lo había visto por si Kai le preguntaba.

Lo desdobló.

" Muero por que me llames, hazlo ya, niño bonito".

Río, es que cree que lo iba llamar a la primera oportunidad, pues no. Para nada.

Dejo el papelito junto con las monedas y se quito la chaqueta. El aire frío acariciándole la piel, erizandolo.

Camino hacia el baño, y abrió en grifo de la bañera. Era pequeña pero suficiente. Mientras la bañera se llenaba, decidió ir a buscar su pijama, aquella pijama de algodón y estampados de gatitos.

Infantil, pero cómoda.

Regreso al baño, ya sin zapatos. Ropa fuera y se metió, haciendo subir el agua.

Cerro los ojos y se dejo llevar por la buena sensación.

- ¡Hey! Bel ragazzo. (¡Hey! Niño bonito)

Escuchó es su cabeza, ahí iba de nuevo. Están tan acostumbrado que ya sabia que seguía.

- Bel ragazzo. Apri gli occhi. (Niño bonito, abre los ojos)

La sensación de calma se había esfumado, se sentía asfixiado, no era normal, esto no están bien.

El aire no llenaba sus pulmones, movió las piernas con desesperación. Al agua lo tapaba la nariz. No había forma de hacer llenar sus pulmones de aire.

No alcanzo la orilla de la bañera, se resbalo mas... La garganta le ardía.

Quería gritar. Gritar por ayuda. La sensación de sentirse jalado lo asusto. Estaba seguro de estar solo en casa.

Abrió la boca para gritar. Todo ceso. Abrió los ojos exaltado.

Todo estaba perfectamente bien, el agua no se había desbordado, y el seguía exactamente en su lugar. Con las manos a apoyadas en las laterales de la bañera.

¡Maldita sea, que se había sentido tan real!

Su cuerpo tembló presa del llanto. Estaba aterrado.

Había tenido una pesadilla despierto. La voz que lo perseguía era tan normal como las pesadillas de el corriendo en la nada, pero la sensación de ahogarse había sido totalmente nueva y aterradora.

Un escalofrío le recorrió la espalda, giro la cabeza en dirección a la ventana. Las ramas golpeaban con desesperación el cristal.

Había tenido suficiente por hoy. Estaba tan agotado.











El Juramento (KaiSoo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora