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Su turno en la libreria ya estaba por terminar. Afuera llovía un poco. Llegó a preguntarse si Pulgoso había salido corriendo como la primera vez.

Cambio de pagina. El libro que estaba leyendo hablaba sobre hombres lobos y otras cosas. Cosas que hacia que girara los ojos cada dos por tres.

En la librería no había mas de cinco personas, a la mayoría los conocía pero uno en especial le llamaba la atención. Era un tipo de capucha negra que había llegado diez minutos después de que comenzara su turno y hasta ahora no se había ido.

La Luz parpadeo y KyungSoo rogó para que no se apagara por completo.

Cambio de pagina y leyó "El amor que dura para siempre".
Un trueno hizo retumbar las ventanas e hizo estremecer su sistema.

Así transcurrieron treinta minutos. Su turno por fin finalizó.

Salio de la libreria con paraguas en mano. Llovía bastante.

Pequeñas gotitas mojaron sus botas y pantalones hasta dejarlo empapado, incluso salpicaron sus lentes.

La gente no era tonta y no salia con la lluvia como acompañante.
Giro a la derecha y sintió un movimiento extraño detrás de el. Se tenso y miro de reojo. No vio a nadie.

Apresuro el paso, casi hechandose a correr.

De nuevo esa sensación. Lo seguian, esta vez si lo vio. Saco su teléfono y se fue directamente a marcación rápida.

-¿KyungSoo? - la Voz de BaekHyun se escuchaba desde el otro lado.

-Me estan siguiendo- susurro.
-!Oh por dios! KyungSoo. ¿Donde estas?

-Estoy a la vuelta de la librería, voy de camino a casa.

- ¿No has llevado a Pulgoso contigo?

Kyungsoo miro sobre su hombro. El hombre encapuchado de la biblioteca casi venia tocándole los talones.

- No, no lo dejarían entrar. Además esta lloviendo.

-¿Estas cerca de la cafetería? Entra ahí y esperame.

Con la mirada busco la cafetería. No estaba muy lejos. Asintió aunque sabia que BaekHyun no lo vería.

- Si...

Casi corriendo se fue a refugiar a la cafetería, no se detuvo a ver si aquel hombre estúpido seguía detrás de el. Empujo la puerta y el sonidito de la campanita perforo sus oídos, respiro agitado.

Se sentó en el sillon mas cercano a la puerta. Seria mucho mas fácil para BaekHyun encontrarlo de esa forma.

Quince minutos después la campanita de la puerta sonó de nuevo, KyungSoo esperaba ver la tan conocida cabellera rubia de Baekhyun, pero valla sorpresa que se llevo cuando Kai entro sacudiendo su cabello mojado por la lluvia.

¡Solo falta que me salgas en el baño!

Kai camino agraciadamente haciendo notar sus bien torneadas piernas. Se detuvo cuando su mirada choco con la suya. Sonrió.

¡Descarado!

Se acerco a el y se recargo sobre la mesa, remarcando el contorno de sus brazos.

¡No, no Babees!

- Me quede esperando tu llamada.

KyungSoo lo miro y fruncio el entre cejó.

- Nunca dije que lo haría.

Kai hizo una especie de puchero con chulería.

- Eso ha rato mi corazón.

Giro los ojos, cansado.

- Ojala y te mueras.

Kai cambio su puchero por una sonrisa atractiva, seguramente reservada para conquistas.

- Por ti... KyungSoo, por ti.

Y si, sus mini KyungSoo habían explotado dentro de su cabeza. Emocionados, enamorados... ¡Ja! Ilusos.

Tomo un sartén imaginario y lo estrelló contra su cabeza. Kai miro su muñeca justamente el reloj que la adornaba. Hizo un gesto amargo y se enderezó.

- Tengo que irme, es hora de trabajar.

A KyungSoo jamas se le paso por la cabeza la idea de Kai trabajando ahí. Pero si se ponía a pensar, era beneficioso para el jefe, pues el tipo era bastante atractivo y difícil de ignorar.

- Aja, si...

Con desinterés volvió su mirada hacia la puerta. Como si mirándola fijamente fuera a aparecer BaekHyun.

¿Donde se había metido?

Los minutos pasaban bastante lento, él seguía bastante nervioso. Aunque con la estúpida platica los pensamientos de miedo se habían disipado un poco.

Mas comensales llegaban, la lluvia parecía calmarse. Mas su mejor amigo no llegaba.

La campana sonó.

Un hombre bastante alto atravesó la puerta, imponía.
Camino hacia la barra y le susurro algo a Kai, que hasta ese momento no se había vuelto a acercar. Kai estaba muy atento con lo que el recién llegado le decía, asentía unas cuantas veces y sonreía las otras.

La campanita volvió a sonar, haciendo que sus ojos volaran hacia la puerta del establecimiento. Ahi, justamente en la puerta estaba su mejor amigo, estirando el cuello buscándolo. Alzo la mano para llamar su atención.

Con pasos apresurados llego hasta la mesa.

- ¿Estas bien?

KyungSoo asintió. No sabia como sentirse en ese momento.

- ¿Le has visto la cara?

Movió la cabeza de un lado a otro con lentitud, la verdad era que ni en la libreria ni de camino le había visto la cara.

- No, todo el tiempo estaba llevando la capucha. No me dejaba ver absolutamente nada.

BaekHyun se dejo caer en el sillón, justamente al frente de él.

-¿Crees que haya sido el?

KyungSoo se estremeció con tan solo recordar, por instinto se llevo la mano al cuello.

- No.

Tan seca fue su respuesta como lo había sido su recuerdo. Tan solo pensar en ello era como comer clavos como postre.

- Tenemos que ir a la policía.
-No, de nada serviría. Ni siquiera le he visto la cara.

Estaba tan ocupado recordando que no se dio cuenta cuando Kai se acerco hacia su mesa.

- ¿Les puedo ofrecer algo?

Él lo miro de mala manera, negando. No tenia ganas ni de pelear con el. BaekHyun en cambio, le sonrió y pidió un café y una tarta de fresa.

- KyungSoo...

Conocía esa cara, conocía esa voz. Conocía lo que verdaderamente quería decir.

- Estoy bien, ha sido hace mucho tiempo.

Estar bien no es precisamente ir al psicologo cada semana. Estar bien no es tener pesadillas en la noche. Estar bien no es tener miedo y el hombre rubio que tenia como amigo lo sabia.

Se estremeció, una oleado de aire golpeo su cuerpo. De repente ya no estaba en la cafeteria. Estaba en mitad de la nada. Perdido, asustado, solo. Corría, corría como si su vida dependiera de ello. Por que así era. Sus piernas dolían y las arañazos de las ramas de los arboles tambien. No sabia de que están huyendo, no lo recordaba. Su cuello sangraba, manchando la playera blanca del instituto.
Estaba agotado.

- ¿KyungSoo? ¿KyungSoo? ¡KyungSoo

El Juramento (KaiSoo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora