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El hijo del alfa ha muerto.

La sala se lleno de un cruel sentimiento. En silencio,el alfa salio,la mirada neutra que se dibujaba en su rostro hizo estremecer a más de uno.

Jamás creyó que su mano derecha fuera capaz de mentirle a tan gran magnitud. Su espíritu lupino arañando la superficie. Furioso.

¿Su hijo muerto?

Estaba claro que no. El podía sentirlo, ese extraño lazo que lo unía a el aún seguía ahí. Revoloteando como lo haría un niño de apenas unos meses.

¿Muerto?

¿Acaso lo creía tan estúpido para dejar todo en sus manos?

Desde luego que no.

- ¿Te encontráis bien?

Su estúpida voz hizo que su lobo arañara y gruñera.

- Lo mejor que me puedo encontrar después de saber que mi único hijo está muerto. - Soltó. La tristeza engañosa acompaño a sus palabras y una lágrima traicionera hizo aparición. - ¿Que voy a hacer? - Continuo. Llevándose las manos al cabello con una desesperación que no sentía.

La mano del que creía su hermano tocó su hombro.

- Siempre supimos que la vida de tu primogénito era incierta. ¿no has pensado en tener otro hijo?
Alzo una ceja. Con que era eso.
No era una novedad que RaeMin, su hermana, quería meterse entre sus pantalones y así tener más poder.

- No puedo hacer eso... Yo... Mi esposa.

- ¡Al diablo con tu mujer! ¡Esta muerta! - Lo vio perder los estribos y gritar. Por un segundo creyó que se transformaría, por qué siendo lo que eran era imposible controlar el cambio si no tenias completo control de tus emociones.

Guardo la calma.

- No lo haré. Aunque ella esté siendo comida para los gusanos yo le seré fiel a su alma.

Dijo. No lo dudo ni un poco. Sabía el que aún lo amaba. Sabía que no se mantenía en comunicación por qué tenía a un niño que sacar adelante y su ardua jornada del trabajo a cuestas y le dejaba unos ratos libres para pasarlo con el fruto de su amor.

Tal vez el dinero que envía anónimamente no es suficiente.

Con un bufido vio como el otro se alejaba de él. Tomo el primer caballo que se le atravesó y salió a galope. No tenía tiempo de salir tras el.

- Vosotros tienen que dejar en claro quien sois el que manda. Parece ser que no lo tiene muy en claro.

La voz de Yong Kwon penetro sus oídos. Lo miro de reojo mientras el hombre mayor hacia una mueca de desagrado en dirección al camino que el otro había tomado a caballo.

- Sabéis que será un problema, ¿Verdad?

Sabía que no debió haber ignorado al mayor en cuanto fue traicionado junto con más hombres.

~°~

- ¿Cómo te sientes, ahora?

La sonrisa deslumbrante de BaekHyun lo hizo sonreír.

- Estoy libre de tareas. Con este brazo así — alzo con diversión su brazo lastimado— dudo que me hagan cumplirlas.

—¡Claro! Eres bueno para hacer dibujos amorfos en tu yeso pero no para escribir tus deberes. — Le dijo mientras veía la tinta negra de su bolígrafo hacer otra raya sin sentido.

El Juramento (KaiSoo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora