In the name of love [Naruto y Sasuke]

Capítulo 22 • Fuerte

Lo tenía dentro de su boca, saboreándolo con destreza. Sasuke se retorcía y gemía con fuerza. Naruto comprobaba que estaba muy caliente, tanto como él. Le daría todo lo que necesitaba su hermoso azabache, toda la noche.

Sasuke se corrió en su boca y mientras se recuperaba del primero de muchos orgasmos que esperaba recibir esa noche, su entrada era acariciada por su sexy rubio. Le dirigió su urgente mirada caliente.

-Soy fuerte, entra ya. -Intentó convencerlo.

-Paciencia, mi amor. -Le dijo mientras introducía el primer dedo. Le gustaba que Sasuke estuviera tan ansioso por él.- Sabes que no entraré hasta que no sea fácil para ti. -El rubio aún colocado entre sus piernas bajó a besar su abdomen sin dejar de atender su entrada.

-Ugh, idiota. Romperé contigo de nuevo si no entiendes que soy fuerte y puedo soportarlo. -Lo amenazó tironeándole el cabello.- ¡Ah! -Gimió con fuerza. Naruto había estimulado su punto de placer con su dedo mientras mordía levemente uno de sus pezones.

-Yo no digo que no seas fuerte-ttebayo... -Sonrió sin dejar de besarle su deliciosa piel. Introdujo el segundo dígito.- Ni que no puedas soportarlo... Créeme que yo lo quiero tanto como tú... -Su ronca voz denotaba cuánto lo necesitaba.

-Pues no te refrenes... ¡Ven a mí! -Exigió.

-Ya falta poco y se sentirá bien. -Lo miró con dulzura y una hermosa sonrisa.- Lo prometo.

-¡Imbé...! -Naruto acalló su insulto inteligentemente.- ¡Ah! Ahí... ¡Ah! -Impactaba una y otra vez con sus dedos en su próstata.

-Ves... -Sasuke se abría cada vez más a él, relajándose.- Déjamelo todo a mí-ttebayo... -Introdujo el tercer dedo.

Cuando estuvo listo, Naruto se desabrochó los pantalones y untó su miembro con abundante lubricante. Había pasado demasiado tiempo desde que lo hiciera suyo, incluso usaría su chakra al inicio para facilitarle las cosas a Sasuke.

-¡Dios, Sasuke! -Jadeó con necesidad. Si su Uchiha supiera la imagen que le regalaba en estos momentos lo asesinaría. El cuerpo caliente, la respiración agitada pero sobre todo el hambre voraz de su mirada lo tenían a punto de explotar.

El azabache le rodeó con sus piernas su cadera en un férreo candado para acercarlo a su cuerpo. ¡Su idiota prometido incluso se detenía a contemplarlo! ¿Qué parte de rápido no entendía?