XXIV

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Entre a la cocina, buscando a nuestra famosa cocinera de Cerebrum. Estaba cortando unas verduras cuando me mira

-¿Alisson? Que sorpresa entra

-Hola, ¿Cómo está?

-Atariada cómo siempre, que necesitas

-¿Supiste lo del baño?

-Una verdadera lástima lo de ese pobre caballo

-¿El inventario de tus cuchillos está en orden?

-Bueno cuando habíamos entrado había 40 cuchillos, cuando paso lo de Pia había 40 cuchillos en perfecto orden

-¿Te molesta si los cuento?

-Para nada, adelante

Voy a los cajones y comienzo con la cuenta.

-¿Has pensado en ser investigadora de homicidios?

-No, simplemente se dio

-¿Cómo fue?

-En realidad creo que fue por insultar al detective al mando

-¿Cómo está Ander?

-¿Ander?

Asiente con la cabeza

-No lo se, cortamos comunicación

-¿Por qué?

-Lo estoy exponiendo

-¿Qué?

-El asesino mató a Pia, después que supo que estaba detrás de él mató al caballo que Ander y yo montamos juntos, y lo mató para darme una advertencia -suspiro -No voy a arrisegarme a que le pase algo

-¿Te gusta?

-¿Qué?

-¿Te gusta?

-No, solo es mi compañero, nada sentimental

-¿Por qué no?, ¿Te parece atractivo o nada que ver?

-Tiene lo suyo, pero estoy mejor soltera

-¿A sí?

-Si, tener novio solo atrae problema y desconsentración de lo que realmente es importante

-El amor es muy importante

-Y no lo niego, pero prefiero verlos en pantalla que vivir uno

-Está bien -ya no insiste más

Se hizo un completo silencio hasta que termine de contar los cuchillos. Era raro... solo eran 38

-Señora... -me giro y la veo tumbada en el piso

Iba a correr por ella cuando alguien tuerce mis brazos por detrás de mi espalda y me pone un enorme cuchillo en la garganta

-SHHH... SHHH... -me susurra

Comienza a empujarme hasta que me empuja, para meterme dentro del enorme congelador.

Lo miro, pero trae el uniforme y una máscara de asaltante que cubre todo su rostro

-¿Quién demonios eres? -le digo furiosa

Cierra la puerta pero antes de que se cierre veo el pequeño lunar que tiene en la parte donde se toma el pulso de la mano izquierda.

«Eres un estúpido» me digo con una sonrisa en los labios

Ya lo tengo... ya lo tengo...

Pero los grados bajo cero del congelador me hicieron recapacitar en donde me encontraba y que a lo mejor nunca salía. Y si salía sería solo mi cadáver.

CerebrumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora