XXVII

333 32 4
                                    

-Siento lo mismo -le digo en susurro

-Quiero hacer algo en este momento, pero no se si es jugar con fuego y termino quemado

-Si te quemas tú, me arrastras contigo

Pone su mano en mi mejilla y con su pulgar acaricia mis labios.

-Alisson...

-Ander...

Tocan la puerta y nos alejamos

-Tengo algo que contarte -me dice Mag mientras entra -Lo siento... no sabía que estaban ocupados

-No, yo ya me iba -dice Ander -No las interrumpo

Y se va sin decirme nada más.

-¿Qué pasó entre ustedes?

-Nada

-Cuéntame

-Estuvimos a punto de besarnos

-¿Pero?

-Llegaste -me siento en la cama y paso mis manos por el cabello

-Lo siento tanto

-No, en realidad te lo tengo que agradecer

-¿De qué hablas?

-Estabamos empezando a jugar con fuego, y cuando hay fuego las cosas nunca salen bien

Me mira confundida

-En fin, ¿Qué querías contarme?

-Estuve a punto de acostarme con Efrén

-¿Qué? -finjo sorpresa

-Se que soy una tonta, pero es que de verdad me gusta

-No tienes que hacer nada que no quieras o que sientas que te vas a arrepentir en un futuro

-No se si estoy segura de mis sentimientos por él

-Entonces no lo hagas, si de verdad te quiere te tiene que respetar, hacerlo a tus tiempos no a los de él

-Gracias Alisson, ahora te dejo tengo clase de canto

Se va y me siento en la cama.

¿Qué se hace con la ropa y arma homicida?

Esa pregunta rondó mi cabeza por el resto del día.

Se llego la noche y comencé a caminar de ida y de vuelta por toda mi habitación.

«La queman»

Pero Efrén no ha hecho humo ni nada sino todos se hubieran dado cuenta.

«La tiran»

No los oficiales se encargaron de revisar toda la basura

«LA ENTIERRAN»

Claro, la entierran y Efrén lo hizo, por eso puso pasto nuevo.

Porque había escarbado. ¿Por qué se tomaría la molestia un alumno cuando Cerebrum paga a personas que se dedican a eso?

Bajo corriendo las escaleras con una linterna en la mano. Voy hasta el jardín donde apenas crecía el pasto.

Comienzo a escarbar con las manos. Llevaba 20 cm cuando siento algo, me pongo una bolsa de plastico y saco el objeto, era una navaja de mano

«Ya valiste Efrén»

Mi subconciente grita de felicidad.

Sigo buscando y saco una tela, termino de desenterralo y es el traje beige que utilizó lleno de sangre.

CerebrumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora