Diarios para Niall - Ziall - | LIBRO 1 |

ㅡ▸▷ 𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐗𝐈𝐈𝐈 ◁◂ㅡ

Narra Niall Horan

Caminamos sin dirección alguna, no sabía que decir, no sabía cómo hablar con ella, simplemente las palabras no me salían.

— Éramos solo unos niños. — comentó ella rompiendo el silencio que se formaba. — lloré como tonta porque ya no te vería más.

— Siento haberte preocupado. — bajé la mirada algo nervioso.

— Mi madre llamaba a la tuya todos los días para preguntarle sobre ti, siempre era la misma respuesta "el tiempo dirá", después cuando yo aprendí a llamar por mí misma, yo llamaba a tu padre o a tu madre.

— Si, la verdad cuando desperté no sabía que... que había pasado, no tengo forma de explicarte todo lo que sentí en ese momento.

— Me imagino. — se acercó a mí, haciendo rose con nuestras manos.

— Siempre estuve contigo, apuesto que nadie más estuvo esperando por que despertaras con la fuerza con lo que yo lo esperaba. —

"Mentira, Zayn Malik estuvo para mí siempre, el esperaba con todas sus fuerzas que yo despertara" pensé.

— ¿Escribes diarios? — pregunté a lo que ella arqueó su ceja.

— Lo diarios son estúpidos. — dijo riendo ligeramente. — son pérdida de tiempo, es mejor vivir la vida que escribirla. — su comentario realmente había hecho que mis majillas se calentaran, mis puños se cerraran y un tremendo pensamiento de querer golpearla contra la pared inundó mi mente.

— Sí, creo que tienes razón. — forcé una sonrisa.

— Lo bueno es que ya estás aquí. — dijo parándose justo frente a mí, poniéndose de puntitas y acercándose a centímetros de mi rostro. — quizá quieras que te actualice un poco, ya sabes, cosas que debiste aprender en estos últimos ocho años, buena música, buen gusto para la ropa, besos y quien sabe un poco de sexo. — mordió su labio inferior.

— Ya tengo alguien que me enseñe todo eso. — me alejé un poco. — excepto el sexo. — contesté nervioso, me sentía acosado.

— Pues yo puedo ocupar esa vacante. — volvió a acercarse. — puedo enseñarte todo lo que quieras sobre el sexo.

— Quizá después. — sonreí con nerviosismo.

— Pues nos veremos muy seguido, vivo muy cerca de ti. — volvió a pararse a un lado mío.

— Eso es genial. — sonreí.

— Tus padres me invitaron a cenar este fin de semana, quizá nos veamos ahí.

— Me agrada la idea. — rasqué mi nuca mientras me alejaba esta vez con mayor distancia. — oye me tengo que ir, olvidé que tenía que ver a alguien. — me alejé rápidamente de ella.