ㅡ▸▷ 𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐈𝐕 ◁◂ㅡ

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Narra Zayn Malik

Tomé un taxi directo hasta mi casa, llegue me duché, saqué mi libro de Medicina y entonces me quede un momento pensando en Niall.

Niall en este punto estaba en blanco, sería como la arcilla, fácil de moldear, pero no estaría bien hacerlo. Él debía descubrir quién era por su propia cuenta.

Salí de mi casa, despidiéndome de mis padres, volví a ir al hospital, después de casi tres horas de haberlo dejado.

Al llegar volví a firmar la lista de visitas y tomé una bata. Llegué a la habitación y toqué, al escuchar un "adelante" por parte del menor, entré y lo encontré leyendo mis diarios, sus diarios, nuestros diarios.

¿Algo importante hasta ahorita? — pregunté sentándome a su costado.

Me gustaría ir a este lugar. — me mostró una de las paginas, aún recordaba cuando escribí esa página, recuerdo ese día, había llegado de un día de pesca con mi padre, fue el mejor viaje de mi vida.

Nos habíamos quedado hasta tarde ese día, las estrellas estaban tan notorias y pegadas la una con la otra, suponía que era alguna constelación, al menos eso pensé en aquella ocasión, mi padre sacó su guitarra cuando estuvimos en la cabaña, sacó su cuaderno de partituras y comenzó a tocar. Fue de los mejores días en mi infancia.

¿Quieres ir de pesca? — pregunté con una sonrisa.

Mi padre nunca me llevaba a algún lugar, mucho menos mi madre, no sé lo que es socializar, no conozco muchos lugares. — dijo un bajo tono de voz.

En todo caso, hay muchos lugares que debes conocer, Nailler. — acaricié su cabeza revolviendo su cabello.

¿Nailler? — me miró.

¿No te gusta que te diga así? Lo siento. — no me di cuenta de que lo había dicho.

Nunca he tenido un apodo, creo que siempre hay primera vez para todo, Nialler me gusta. — sonrió, colocando una de sus manos en mi pierna, poniéndome nervioso.

Ma—mañana, te darán de—de alta. — tartamudee.

¿Estás bien? — preguntó riendo ante mi comportamiento. — ¿Te incomoda que te toque la pierna? — preguntó con inocencia.

Si, es algo no muy normal. — me levanté. — ¿Ya te trajeron la cena?

Gelatina y jugo. — murmuró haciendo un puchero.

Que rico... ¿No lo crees? — sonreí.

Si tú lo dices. — regresó su mirada a los diarios.

Me senté cerca de la mesita y saqué mis libros.

¿Qué haces? — preguntó observando mis apuntes.

Es tarea que tengo que entregar para mañana. — respondí sin observarlo. — ¿Has pensado en lo que harás saliendo de aquí? — lo observé.

Posiblemente terminar mis estudios, si creo que haré eso, trabajaré también. — no apartaba la mirada de mis apuntes.

Eso es bueno. — sonreí. — quizá pueda ayudarte si tu gustas.

Por supuesto, dijiste que me ayudarías en muchas cosas. — sonrió y regresó a su posición con los diarios.

(...)

El sonido de la puerta de la habitación me despertó, me había quedado dormido después de haber finalizado mi tarea, al observar quien era el que había interrumpido mi descansó, maldijo por lo bajo "te detesto Ronnie"

¿Dormiste aquí? — preguntó mientras entraba con una charola en las manos.

Que listo el doctor. — reí.

Ronca mucho. — dijo Niall, lo había olvidado por completo, o al menos olvide revisar si estaba despierto.

Lo siento. — dije avergonzado.

El doctor Malik me dijo que ayudes al joven Horan a preparar sus cosas, ya está tramitando su salida.

¿Eso es bueno? — balbuceó el ojiazul.

Es perfecto. — sonreí.

Ronnie dejo el desayuno para Niall, mientras yo metía la ropa que había usado dentro de mi mochila, tomé los diarios y los metí en una bolsa de tela.

Mi padre entró al cuarto y avisó que ya nos podíamos ir, como último comentario me encargó que llevara a Niall a casa y le enseñara lo básico.

Regla número uno, debes saber dónde vives, si no sabes es fácil perderte, nos iremos caminando para que puedas conocer las calles.

¿Podemos pasar por un helado o algo que no sea una gelatina? — murmuró, me encantaba como se veía con mi gorra.

Por qué no vamos a casa, te duchas, te presto algo de ropa y después salimos a hacer algunas compras y compramos todo el helado que quieras. — sugerí.

Parece bien. — dijo acercándose para sujetar mi mano.

¿Qué haces? — pregunté nervioso.

Lo siento, a veces olvido que tengo 16 años, cuando salía a la escuela, solía tomar la mano de mi padre o de mi madre, para no alejarme.


Diarios para Niall - Ziall - | LIBRO 1 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora