Diarios para Niall - Ziall - | LIBRO 1 |

ㅡ▸▷ 𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐗𝐗 ◁◂ㅡ

Narra Niall Horan

Al siguiente día regresé a casa de Zayn, pero no había nadie en ella, me senté en el primer escalón esperando a que quizá alguien llegara, esperé una hora y nadie llegaba, decidí esperar un poco más de tiempo y la noche comenzaba a hacerse presente, haciéndose el lugar oscurecer.

Las lámparas de las calles se encendieron, ya estaba oscuro. El frio comenzó a recorrer mi cuerpo y entonces me levante, rendido.

Así que comencé a ir camino a casa.

Al día siguiente creí que sería diferente. Me desperté, me puse un pans, unos tenis y una playera, coloqué audífonos en mis oídos y salí de casa, tratando de hacer el menor ruido posible.

Comencé a trotar en dirección a casa de Zayn.

Me sorprendí al ver el número de personas que salía a correr en las mañanas, creí que me sentiría tonto corriendo solo.

Llegué hasta casa de los Malik y la luz de la recamara de Zayn estaba encendida, entré al jardín, subí las escaleras y toqué el timbre.

La puerta de la casa se abrió y la madre de Zayn me recibió quedándose confundida por mi visita.

— Buenos días, Señora Mina. — dije mientras trataba de recuperar el aliento.

— Bueno días Niall, ¿Qué haces aquí tan temprano y tan sudado? — preguntó mirándome de pies a cabeza.

— Salgo a correr en las mañanas, leí en la internet que es bueno. — contesté aun con la voz agitada.

— Mamá, has visto mis libros de... — se escuchó la voz de Zayn desde las escaleras, al verme solo se detuvo y arrugó el entrecejo.

— Buenos días, Zayn. — sonreí.

— Buenos días. — desvió su mirada de mí.

Comenzó a caminar hasta la puerta, por un momento mi corazón se aceleró, pero al ver que se desviaba a una pequeña mesa a un costado de la puerta mi corazón se estabilizo e incluso latió más lento.

— Ya los encontré. — dijo con unos libros en sus manos.

— ¡Hey Zy corre que se nos hace tarde! — ahora dijo Shawn bajando por las escaleras.

— ¿Quieres pasar? — dijo la señora Malik.

Iba a contestar, pero observe unas marcas rojas en el cuello de Zayn, quien se despedía de su madre.

— Gracias. — sonreí. — pero tengo que ir a casa.

La señora Malik asintió, Zayn me miró y me despedí de él.

Comencé a correr en dirección a mi casa esta vez, las lágrimas comenzaron a derramarse por mis mejillas, se secaban por el aire que golpeaba en mi rostro, pero al instante salían más y más.