La gente podía tacharlos de "ñoños", pero a ellos no podía importarle menos.
Ambos se habían conocido en el trabajo: una importante compañía de publicidad, donde Dick se desempeñaba como informático, al igual que Damian. ¡Pero no eran los únicos! El área de Tecnología, en general, tenía la fama de estar conformada por frikis.
Luego de tres años de relación, ambos dejaron de vivir con sus padres (¡y es que ya tenían más de treinta años!) y decidieron conseguir un pequeño pero lindo apartamento en un buen sector de la ciudad.
Los dos tenían personalidades muy introvertidas, pero entre ambos, podían hablar horas y horas sin parar. Hacían maratones de series de superhéroes y animé; asistían a festivales de comics, animaciones japonesas y de cosplay, aunque ninguno nunca se atreviera a utilizar un disfraz; tenían un mueble lleno de mangas y comics, acompañado de figuras de colección.
Dick y Damian sentían que invertían bien su dinero y es que, entre ambos, los gastos no eran tan pesados. Hacían un buen equipo.
No fue hasta que, por primera vez, una chica llegó al equipo de Tecnología, que aquello que nunca se habían atrevido sucedió.
–¿En serio nunca has ido a un Sex-shop? –preguntó Kory a Dick, quienes habían hecho buenas migas.
–No... ¿es muy extraño? –preguntó sonrojado.
–Bueno, es un poco tierno –sonrió la chica–. ¿Por qué no me acompañas? Tal vez encuentres algo interesante para usar con tu chico –movió las cejas con picardía.
Los colores subieron al rostro de Dick. ¿Cómo iba a ir a... ese tipo de lugares? ¿Y con Kory? ¿Qué pensaría Damian?
–¡Vamos! Sólo vas a acompañarme –rio Kory–. Además, con tu cara de niño bueno y tu polera de Superman, créeme que todos sabrán que te llevé obligado.
Al final, terminó siendo llevado a la tienda. Para no levantar sospechas en Damian, se escaparon velozmente de la oficina cuando a este lo llamaron de urgencia de uno de los edificios de la compañía que quedaba en el centro de la ciudad.
–Kory, esto sigue sin parecerme una buena idea... –susurró en la entrada del local.
–¡Sólo entra! –giró los ojos Kory, tirándolo del brazo–. ¿Ves? Nada que temer.
Y era cierto. En verdad la tienda no era como se la imaginaba... De acuerdo, sí vendían muchas obscenidades, pero la poca gente que había se veía normal y decente. Kory lo abandonó para dirigirse a la parte de los consoladores y él, sin saber qué hacer, caminó hasta la escalera que llevaba al segundo piso.
El segundo piso tenía menos luces que el primero, pero ahí sólo había disfraces. Emocionado porque Damian nunca había sido fanático de hacer cosplay (era un ñoño con límites) comenzó a curiosear.
–Qué cosplay más extraño –susurró tomando un disfraz de Nightwing, al cual parecía faltarle partes–. ¿Por qué tiene el trasero al descubierto?
Siguió avanzando y dándose cuenta de que todos los trajes estaban modificados. ¡Estás en un maldito Sex-shop, obvio que todo será sexy y pervertido!, lo regañó su conciencia.
Y fue en uno de los recónditos lugares donde encontró los disfraces perfectos para él y Damian...
~
El trabajo por el cual lo habían llamado resultó ser más complicado de lo que esperaba: todos los servidores habían caído. No fue hasta luego de unas horas que terminó de reparar todo, donde nadie le agradeció por su arduo trabajo.
Maldita gente de oficina, pensó cascarrabias, mientras salía del edificio.
Le envió un mensaje a su novio para que este se fuera a casa sin él, ya que le salía más conveniente irse directo desde donde estaba, que volver a su oficina y partir recién a su hogar.
Pasó por una tienda de comic a ver si eso le subía el ánimo, pero no lo logró. Lo único que quería era volver a casa, refugiarse en los brazos de Dick como un cachorro y que este le hiciera cariños en el cabello.
Pero, claro, ese día nada iba de acuerdo con sus planes.
Apenas entró en el departamento, una caja lo sorprendió en la sala. Había una nota en él que decía "PONTE ESTO Y VEN A VERME A LA HABITACIÓN".
Al abrir la caja casi se va de espaldas. ¡Era un traje completo de Batman! ¡Hasta incluía los músculos! Sin poder resistirse, se lo colocó allí mismo en la sala, pero... ¡¿Por qué tenía un agujero entre sus piernas?! Sus calzoncillos no combinaban para nada allí... o tal vez... ¡¿Dick quería que lo usara sin ropa interior?!
–Las cosas que hago por amor –se golpeó la cara, resignado.
Ya vestido –y sintiendo el frío aire colarse por la abertura en el disfraz a la altura de su pelvis–, Damian ingresó al único dormitorio del departamento.
Todo estaba oscuro, a excepción de la luz que entraba a través del visillo del balcón. ¡Oh! Y un hilo de luz se filtraba bajo la puerta del baño.
–¿Dick? –llamó con duda.
La luz del baño se apagó y la puerta fue abierta lentamente. De ahí salió Dick quien...
Oh, por dios...
–¡Batman, necesito tu ayuda! –chilló saltando a sus brazos.
Madre mía...
El traje de Dick consistía en alguna extraña versión de Robin, pero en vez de pantalones, usaba una falda. Y no lleva nada debajo de ella..., notó, con excitación.
–¡Vaya, Batman! Creo que tu Batipene despertó.
Bonus:
Al día siguiente, Dick le dio las gracias a Kory por llevarlo a esa maravillosa tienda y le pidió que lo acompañara dentro de los próximos días. Estaba de aniversario con Damian y ya tenía en mente qué Juego de Rol harían esta vez.
.-.-.+.-.-.+.-.-.+.-.-.
Sí, bueno... ¿estuvo raro que ambos fuesen fanático de sí mismos... o algo así? (¿Estás diciendo que existe un multiverso? . png)
Este capítulo fue más cortito, pero espero que igual les haya gustado.
¡Nos leemos mañana!
Día 6: Inseguridad.
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| Fictober DamiDick |
Romance31 Drabbles u OneShots escritos durante todo el mes de Octubre. ↳ Pareja principal: DamiDick (aún no sé si habrá algún DickDami). ↳ Historias originalmente mías. ↳ Prohibida su copia o cualquier tipo de adaptación. Portada: https://twitter.com/chai...