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Día 8: Gafas

Damian recorría la biblioteca extrañado. Se supone que se juntaría ahí con Dick Grayson, uno de sus compañeros de universidad con él cual, recientemente, estaba saliendo.

Entre tanta cabellera rubia, no debería ser difícil encontrar a su pelinegro novio, pero... Rubio, rubia, rubia, rubi... no sé si es chico o chica, rubio, rubio... ¡Pelinegro! Ah, no... es Tim Drake. Rubia, rubia...

Comenzando a preocuparse, pues Dick no solía ser impuntual, Damian le envió un mensaje preguntándole dónde estaba. Dick, de inmediato, le respondió que estaba en la biblioteca, pero en el segundo piso.

–Ah, pues como yo soy adivino –bufó Damian, guardando sus cosas en su mochila para subir donde, se suponía, estaba su novio. Sin embargo, al subir no lo encontró tampoco.

Era muy raro... ¿estaría quedando ciego? Porque el segundo piso estaba muchísimo más vacío que el primero y aún así no veía a Dick. Había una chica pelirroja estudiando con una castaña, en otra de las mesas había un chico pelinegro con un mechón blanco (durmiendo), y finalmente un nerd.

Damian conocía a los tres primeros: Bárbara Gordon con su novia Stephanie Brown, el durmiente era Jason Todd... pero no recordaba al chico de cabello negro y enormes gafas.

Bueno, es un nerd, no tendría por qué saber su nombre, le restó importancia.

Volvió a mensajear a Dick, diciéndole que ya estaba en el segundo piso y que seguía sin verlo. Su mensaje fue dejado como "Visto", al mismo tiempo que el nerd... ¿lo saludaba? Frunciendo el ceño, volvió a escribirle a Dick, reclamándole que no lo dejara en visto.

Estaba comenzando a enojarse, cuando alguien le tocó el hombro. Oh, no... era el nerd.

–¿Te puedo ayudar en algo? –preguntó Damian, serio.

El chico rio.

–¿Qué te pasa? –lo empujó suavemente–. ¡Soy yo!

Damian entrecerró los ojos, fijándose mejor en el escuálido chico frente a él. Cabello negro, piel tersa y pálida, nariz perfilada y respingada, cuerpo delgado y de baja altura. Realmente era lindo, pero sus gafas arruinaban todo. Y no es que Damian pensara que todas las gafas eran horribles, ¡había mucha gente que se veía genial con ellas! Pero este chico en específico tenía unas gafas horribles, al estilo de Betty La Fea.

Exasperado, el nerd frente a él se quitó las gafas.

Damian siempre que leía comics o veía alguna serie/película donde saliera Superman, encontraba estúpido cómo la gente no se daba cuenta de que era Clark Kent. Pero ahora, él parecía ser uno de esos estúpidos.

–¿Dick? –preguntó atónito–. Pero ¿qué...?

–Olvidé que se me acababan los lentes de contacto, así que recién me los tienen listos la próxima semana –explicó Dick–. Mientras tanto, debo usar mis gafas.

Damian no sabía qué decir. Oh, dios... El nerd del cual se había estado riendo en su cabeza era su novio. ¿Cómo lo miraría a la cara ahora?

–Sé que son horribles –dijo Dick, apenado, refiriéndose a sus propias gafas–, pero nunca las uso y me salieron baratas. Ahora los uso porque me ocurrió este percance y–

No obstante, Damian no lo dejó continuar. Lo tomó de la cintura y lo pegó a él, para besarlo. Dick se demoró en responder, probablemente por la sorpresa, pero correspondió el beso.

Cuando se separaron, Damian le quitó los lentes y se los puso él mismo, para mostrarle a Dick lo horribles que se veían puestos en cualquier ser humano viviente.

–Te ves guapísimo –mintió Dick, entre risas.

–¡Oh, por dios! ¡Estás ciego! –gritó Damian, quitándoselos rápidamente.

–¡Silencio! –los regañó Jason Todd, despierto–. No me dejan dormir.

Bonus:

No hay bonus.

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Primera vez que no hago un bonus jajaja y es que siento que no era necesario.

Sé que me atrasé un día, pero me pondré al día. ¡Cumpliré este reto sí o sí!

¡Gracias a quienes siguen leyendo!