Caído

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El armagedon se había cancelado y el trabajo para los ángeles y los demonios se había convertido en su única vocación, haber dejado sus deberes para planear una guerra que jamás comenzó, les había causado muchos más problemas de los que creían y a quienes ambos bandos culpaban, no podían hacerlos pagar por eso. Sin embargo, se sentía como si algo faltara, como sino estuviera correcto y eso llevó a los segundos al mando a hacer una peculiar investigación.

En el cielo, el, como se había auto denominado El Maldito Arcángele Gabriel, después de demostrar su capacidad de liderazgo; caminaba por el pasillo de los registros. Usualmente cosas tan importantes como el armagedon, la llegada del anticristo y en definitiva la cancelación del primero, quedaban impresas por un mandato divino y eso era lo que iba a revisar. Antes de llegar al cielo, había llegado a un acuerdo con Lord Beelzebub, príncipe del infierno, que seguramente haría lo mismo desde el punto de vista de los demonios.

En los registros de los caídos estaban especificadas solo algunas cosas, por si solas no servirían mucho, pero si se juntaban, entonces todo tendría sentido al fin.

Había pasado una semana para revisar todo el papeleo pendiente, Gabriel se encontraba sentado en su oficina, subrayando palabras que consideraba importantes o relevantes para su investigación, para ese entonces su concentración era exacta y precisa, tanto que ni siquiera noto el sonido del teléfono sonando y vibrando sobre la mesa, luego de unos momentos este se detuvo, y su televisor se encendió, en la pantalla se veía al príncipe del inframundo, que le llamaba para que le mirará.

-Gabriel... - Dijo bastante tranquila hasta que noto que ni siquiera había notado su presencia, por lo que le habló con más fuerza, haciendo que el arcángel se exaltara y dejara lo que hacía. -¡¡Gabriel!! ¡Joder! Parece que estuvieras sordo - La dijo mientras se acomodaba en su asiento.

-Lo siento... Yo... ¿Todo bien, Beelzebub? - Pregunto algo inquieto mientras le señalaba con su pluma, pues quería resolver lo que hacía.

-Creo haber encontrado algo...

Pero necesito confirmar la teoría-

-Genial... Si, ven cuando quieras para revisarla ¿Te parece bien, hoy por la tarde ? Hay algunas cosas que también le gustaría discutir -

-Que asco, yo no iré haya arriba-

-¿Asco? Literalmente... Estas rodeada de moscas y cicatrices y te...¿te da asco venir al cielo? -

-Principios demoníacos, y no quiero que nadie te vea entrando aquí -

-Bueno... Ese es un avance - Dijo sarcástico y un poco petulante, recargandose en su silla, noto una palabra en los escritos que le había llamado la atención, haciendo que su atención se centrará de vuelta en ellos.

-Acordaremos un punto neutro, nos veremos en la base militar americana, donde iba a ocurrir el apocalipsis... Gabriel... joder ¿Es en serio? ¡GABRIEL! - Dijo la demonio molesta al ver que el contrario se había distraído de vuelta.

-Oye... - Dijo después de exaltarse por el grito, bajando su pluma para mirar la pantalla. -Ya te escuché... No tienes que hacer eso.

-La base militar... Nos vemos ahí en una hora, no llegues tarde- Luego de aquellas palabras, la televisión se apago y dejó de vuelta al arcángel con sus pensamientos.

-Lord... Esa mujer de verdad necesita tomarse un calmante o algo así... - Dijo antes de regresar la mirada a sus notas. -Inefable... Inefable.. - Sé repitió un par de veces antes de respirar profundamente, al final había llegado al motivo de su investigación, pero no entendía del todo. Pará ese entonces sólo le quedaba esperar a comprar la recolección de toda su información con el otro lado.

Devuélveme mis alasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora