¿Me Recuerdas?

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Ambos se quedaron en silencio momentáneamente, mirándose fijamente, lo que provocó que el demonio se desesperase y amenazara con tirar la braza infernal al suelo.

-¡Espera! - Grito Aziraphale, acercándose levemente al contrario que le miraba aún esperando una respuesta. -Espera... Yo... Te diré todo, pero no vas a creerme y te conozco, cuando no estás satisfecho con una respuesta tiendes a actuar impulsivamente y seguramente esto acabará en llamas... Otra vez - Las palabras del rubio, hicieron que Crowley bajara lentamente la braza infernal, para después guardarla en el cofre.

-Te lo dijo ¿no es cierto? - Preguntó el pelirrojo, cruzandose de brazos.

-¿Disculpa? - El ángel le miró algo confundido, levantando una ceja ante aquel comentario.

-El ángel de ojos morados que sigue a Beelzebub a todos lados... -

-¿Gabriel? - Ante aquella descripción solo podía ser él, pero ahora que lo analizaba mejor, quizás era obvio que ambos estuvieran juntos con la necesidad de detenerles o vengarse de ellos.

-Cómo se llame ¿Él te dijo que venía por ti? Como era de esperarse, no se puede confiar en un ángel, obviamente te van a traicionar - Se quejo el pelirrojo mientras se paseaba por la librería, para después de mirar un sofá, dejarse caer sobre este con tranquilidad. - Digo, Beelzebub también me dijo que después de quemar este lugar, debía quemar el apartamento de ese arcángel... Con él adentro... Pero de todos modos, parece que él se adelantó en la traición y te habló de mí - Aziraphale no dijo nada más ante el asunto, no quería mentirle a Crowley pero si esa respuesta hacía que el pelirrojo no incendiara el lugar y le daba más tiempo para hablar con él, la usaría. -La verdad no pensaba hacer esto tan rápido... Quería saber por qué ellos te quieren ver.. Muerto... además si me lo preguntas, ver a un ángel y un demonio tan juntos como si fueran amigos, es algo ridículo, ellos son los que parece que hacen mal las cosas... ¿te imaginas? - No pudo evitar reír levemente mientras se acomodaba en el asiento. - ¿Siendo amigo de un demonio? Yo no, no te ofendas, pero... Si Yo tuviera que lidiar con un ángel todos los días... Me hubiera lanzado al agua bendita por mi mismo hace mucho... Pero bueno ¿Qué fue lo que hiciste para enojar tanto a esos dos? -

Había algo en las palabras de Crowley que hacían que el pecho de Aziraphale doliera, tenía tantas ganas de abrazarlo y decirle que lo amaba, que lo sentía, que todo eso era su culpa por ocultarle cosas, que jamás debió haberlo dejado solo, pero ya no era momento, parecía que Crowley de nuevo despreciaba a los ángeles, y Aziraphale era un ángel, que ahora no era nada más que un extraño. Respiro hondo y finamente respondió a su pregunta -... Detuve el fin del mundo- Terminó diciendo el ángel mientras bajaba la mirada, esperando un regaño de parte del contrario.

-¿Tú qué? -

-Detuve el fin del mundo... Junto con otros humanos y... el anticristo... - Una sonrisa peculiar se dibujo en el rostro del demonio que se recargo en el sofá, mirándole con diversión ante sus palabras. -Si el fin del mundo ocurría, se perdería todo, entonces... Necesitábamos.. Pararlo, he estado en la tierra mucho tiempo y la humanidad, no es tan mala... les dimos, por así decirlo... Otra oportunidad -

-Vaya... - Susurro el pelirrojo mientras se ponía de pie, respirando profundamente. -Debió haber sido duro, aunque eres un ángel, no creo que nada de lo que hagas sea malo, pero ahora... Todos quieren matarte, eso debe ser aún más duro, el cielo y el infierno contra ti solo... -

Si rechazaba la oferta de Miguel, sí estaría solo, aquel pensamiento le hizo bajar un momento la mirada, quedandose en silencio momentáneamente jugando entonces con los botones de su camisa. -Había un demonio conmigo... - Susurro de manera nostálgica, lo que hizo que Crowley le mirase asombrado por la situación. -... Él era... era perfecto - Sonrió levemente, mientras sentía como algunas lágrimas salían de sus ojos, limpiandolas casi de inmediato. -... Era divertido, era dulce, siempre me cuidaba.. Me salvo tantas veces y yo, lo trate tan mal... Puede que ellos me lo hayan quitado pero no... Yo lo aleje primero, perderlo fue mi culpa... - Comenzó a sollozar, cubriéndose el rostro con ambas manos, a lo que el pelirrojo le miró detenidamente, sin saber que hacer o decir. -... lo daría todo... Con tal de... Qué me mirase de nuevo a los ojos, diciendome... "Ángel, todo estará bien, recuerda que nos tenemos uno al otro"... Y esta vez en lugar de gritarle... lo abrazaría y le diría agradecería por estar a mi lado... - No pudo contenerse más y lloro con fuerza, lo que hizo que el demonio se acercara y le abrazara, intentando consolarlo, a lo que el rubio le abrazo con tanta fuerza que hizo que el corazón de Crowley se sintiera cálido de nuevo.

Se quedaron así unos momentos, hasta que Crowley se separó levemente del contrario, quitándose las gafas para poder mirarle a los ojos. -Aziraphale... Ángel... - Susurro de modo que el rubio dejó de llorar abruptamente, ese sonaba de nuevo como... Él. -Todo va estará bien... Recu... Recuerda que nos tenemos el uno al otro - Susurro el más alto, mientras le miraba con una suave sonrisa.

-Crowley... - Susurro el rubio anonadado por la situación, no entendía como, pero parecía que había logrado hacer que le recordará de nuevo y así antes de que él más alto pudiera decir algo, le tomó de la camisa y lo beso, haciendo que el pelirrojo se sorprendiera por la situación. -Crowley... Lo siento tanto, todo esto fue mi culpa... Jamás debí... Ser tan idiota, no debí dejarte solo y de verdad lo lamento, te amo... Te amo tanto y no sé que haría si te perdiera de nuevo- Dijo el rubio mientras sollozaba y abrazaba de vuelta al demonio.

Crowley se quedó en silencio, simplemente dejándose hacer por él ángel que seguía aferrándose a él con fuerza, no sabía por qué había dicho eso, o por qué el ángel había reaccionado de ese modo, pero ese abrazo y ese beso se habían sentido tan bien, que de algún quiso mantenerse en aquella posición por más tiempo, sin embargo, no tenían tanto tiempo, una sensación en su interior le hizo darse cuenta que no estaban solos o por lo menos que no lo estarían pronto, se sentía igual que un ángel muy fuerte y un demonio, ¿Gabriel? ¿Beelzebub? No, no eran ellos. Se separó del rubio para cubrir sus labios, llevándole consigo hasta debajo de la escalera, para esconderse, de quienes abrían la puerta, escuchando entonces a dos voces femeninas adentrarse al lugar.

-Se suponía que debía haber terminado ya, mientras más rápido hagamos esto será mejor para todos- Dijo la arcángel castaña mientras se adentraba en la librería, cruzandose de brazos.

-... Que raro... - Dijo Dagon mientras caminaba por el lugar, cruzandose de brazos. -Juraría que sentí que estaban ambos aquí. - respiro profundamente, mientras observaba a su alrededor.

-Has pasado demasiado tiempo espiando a Gabriel y a Beelzebub, tus sensores ya se dañaron- Dijo Miguel como burla mientras se dirigía a ver algunos libros que estaban cerca del estante de la ventana. -Esta tregua comienza a ser cada vez más incomoda, termina el trabajo y vámonos- Luego de aquel comentario la arcángel salió del lugar, dejando la puerta abierta, esperando a la demonio que sacaba de entre sus cosas una braza infernal, dejándola caer al suelo de la librería, para que poco a poco se transformara en un remolino de fuego que quemaba todo a su alrededor.

-Lo siento, Crowley... Te tardaste demasiado... - Susurro la demonio más para si misma mientras salía de la librería detrás del arcángel.

-.... Mierda... - Susurro Crowley al ver cómo las llamas consumían los libros a su alrededor, observando después a Aziraphale, no había modo de que salieran impunes de ese lugar, o por lo menos no el ángel.

Devuélveme mis alasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora