Desorientado

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Una vez que Beelzebub, señor de las moscas, príncipe del infierno había regresado se dirigió al último círculo para encontrarse con Satanás. Mientras caminaba diversos demonios se postrabab a sus pies, otros hacían una reverencia y algunos sólo bajaban la cabeza, sin embargo, ninguno le había tocado y jamás nadie se había atrevido a eso, en definitiva era algo que nadie deseaba, había rumores de que Lord Beelzebub tenía en su oficina un grifo con agua bendita para atacar a todo aquel que se le ocurriera tocarle, su simple presencia causaba miedo en las almas atormentadas en el averno y ese día, no era la excepción. Había pasado directo con Satanás, que había tomado ya su forma terrenal, era un hombre alto, de cabello rojo y ojos azules, su tez era demasiado blanca, tanto que resaltaba sus labios rosados, delicados, a simple vista podría cautivar a cualquiera, en especial por que vestía un traje negro y una corbata carmín que hacia denotar más su figura, un pecho ancho y bien marcado que a pesar de estar cubierto por su ropa, se notaba firme y sensual. En cuanto miro a la figura femenina le señaló, indicándole que se detuviera.

-Beelzebub... Dime ¿Esta hecho? ¿Has asesinado al traídor? -

-... No- Dijo tranquilamente mientras se cruzaba de brazos, esperando la reprimenda del señor oscuro.

-Bueno, entonces supongo que ya tienes... el motivo por el cual ese maldito ¡¡¡Sobrevivió al agua bendita!!! - Aquel grito hizo que todos a su alrededor dejaran lo que hacían para cubrirse y esperar a que se desquitara con ellos, todos excepto Beelzebub que le seguía mirando.

-Si, sobrevivió por qué es un ángel, Crowley jamás bajó aquí, él... Estaba en el cielo, cambiaron lugares para sus respectivas ejecuciones, nosotros teníamos a Aziraphale el ángel, por eso sobrevivió, no es inmune al agua bendita-

Satanás se quedó en silencio momentáneamente, para después sonreír y soltar una leve risa. -A ver... cariño, estas diciendo que había un ángel aquí y yo no lo note ¿Estás insinuando que no sentí la presencia de uno de mis enemigos aquí? -

-No su inminencia pero...-

-¡¡¡Cállate!!! Es obvio que aun no encuentras una explicación y me estás haciendo perder mi tiempo ¡¡Ve haya arriba y averigua la verdadera razón por la cual ese estúpido es inmune al agua bendita-

-Señor con todo respeto creo que debería entender que la transferencia que Crowley... -

La voz de Satanás no sólo cambió, volvió a su forma demoníaca, cuernos salieron de su cabeza, sus piernas se convirtieron en patas de cabra y su piel se torno roja, gruñó a la demonio que se mantuvo en su lugar, sin moverse mientras volvía a gritarle. -¡¡¡Yo soy Satanás!!! Si un ángel hubiera entrado aquí yo lo habría notado ¡Todos los demonios arriba deben volver, y nadie saldrá hasta que tú vuelvas con respuestas para mi! ¿Quedó claro? -

Era inútil pelear con su superior, entendía que si quería probar lo que decía, debía llevar pruebas, por lo que se inclino, asintiendo a sus órdenes -Cómo usted diga, su inminencia- Luego de esas palabras se incorporó y salió del lugar, aparentemente tenía mucho más que hacer de lo que había pensado.

Gabriel se había levantado temprano para salir a correr, le gustaba recorrer el parque para hacer ejercicio y ese día no era a excepción, sin embargo, en aquella ocasión había algo distinto, algo especial si quería verlo de otro modo, era su primer día sin trabajo en el cielo, sin tener que volver, por lo que apenas se dio cuenta de la situación, se detuvo para respirar, mirando a su alrededor. Ya no tenía propósito, ni metas, no entendía exactamente qué hacía ahí,por lo que luego de recapacitar un poco, se dirigió a un lugar que ya conocía antes, pero al que jamás había ido solo, a la librería de Aziraphale.

Gabriel sabía que no podía entrar así por que sí al lugar y mientras caminaba, pensaba en una excusa para dirigirle la palabra a su antiguo subordinado, por inercia había logrado llegar al lugar, sin embargo, ni siquiera tuvo el valor de cruzar la calle para acercarse a la entrada, se quedó parado frente a la puerta a distancia por unos momentos que indicaba que estaba abierto, si entraba ¿Qué diría? ¿Cómo justificaría su presencia sin que el ángel notará que había sido "liberado" de sus responsabilidades?

-Hola.. Aziraphale... ZiraZira... Mi amigo- Susurro para si mismo, ensayando como se dirigiría al contrario, negando con la cabeza al pensar lo ridículo que sonaba eso. -¿Qué tal? Cuánto tiempo Aziraphale... ¿Recuerdas cuando quise matarte hace... Una semana?... No- Sé golpeó la cabeza levemente con su puño cerrado mientras tomaba aire antes de volver a hablar para si mismo. -Aziraphale! Oye compadre... tengo una duda... ¿cómo hiciste para ser el único con la aprobación y el respeto de Dios.. Maldita bola de.. Grasa?... - Respiro hondo, negando con la cabeza, bajando la mirada.

-No lo sé, esa última no sonó tan mal... - Aquella voz femenina se le hizo bastante conocida, haciendo que le sacara de sus pensamientos, se giro y entonces miró a aquella figura, mirándole de reojo mientras observaba de igual manera la librería.

-Beelzebub... ¿Qué haces aquí? ¿Vienes en busca de Crowley? ¿Vas a ejecutarlo? - Preguntó sin saber qué más decir, de algún modo la duda la carcomia, si el infierno había tomado medidas para someter al traídor, pensaria seriamente en cambiarse de bando para ejercer venganza contra esos dos.

-No- Respondió de modo seco aquella mujer, notando cómo varias personas le miraban al pasar, a pesar de no tener la misma apariencia que en el infierno si llevaba su traje negro, camisa blanca, calcetas de red y sobre todo su amada mosca en la cabeza, sin importarle que todos le miraran con rareza. -Por lo menos no todavía, hay algunas cosas que debo hacer antes-

-Ya veo... ¿vienes tu sola? - Pregunto mirando a su alrededor.

-Si- Volvió a responder con la misma seriedad, era muy difícil poder hablar con ella, aparentemente más en ese día, por lo que Gabriel decidió no insistir más.

-Si.. Igual yo... - Luego de unos segundos sin hablar y de no moverse, el arcángel se sintió algo extraño por lo que volvió a dirigirle la palabra. -Oye ¿No vamos a entrar?... O.. -

-No, estoy vigilado... No me molestes-

-¿vigilando?... Pero oye... No es como que no te... Veas... llamas mucho la atención- Ante esas palabras la demonio volteo a ver al ángel, se veía molesta por sus critica, por lo que el más alto se aclaró levemente la garganta. -Yo también estoy vigilado... ¿Quieres que intercambiemos información? -

-Que sea rápido- Sentenció mientras miraba de vuelta el lugar

-Bien, pero ¿Vamos a otro lado? Si ellos llegan a vernos, no será bueno para nuestras investigaciones ¿Te parece? - Parecía que había encontrado la forma de convencer a la más baja que después de ver que había terminado de hablar, asintió con la cabeza y camino junto al más alto, alejándose ambos de la librería.

Devuélveme mis alasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora