Una vez salimos del aeropuerto nos pusimos camino a mi casa las cuatro en el coche de mi madre, un audi a5 negro, sep, hay dinerito. Una vez llegamos allí, dejé la maleta en mi habitación y Anna venía conmigo.
- ¿Sabes si hay un estanco cerca de la zona? -Le pregunté-
- Sí, está a cinco minutos, si quieres vamos y hablamos de cositas -movió los dedos de las manos rápidamente como una niña pequeña. Reí.-
- ¿Has pillado?
- ¿Tú qué crees? -me mostró la bolsita transparente con cogollos de marihuana- Es poco, pero suficiente. -Sonrió-
Sonreí ante lo que dijo, cogí dinero y baje al salón en donde estaban mi madre y mi hermana
- Mamá, voy a salir, dentro de un rato estoy aquí -le dije-
- Vale cariño, Anna, cuídamela -le dijo a mi amiga-
- Mamá no tengo dos años -dije andando a la puerta- adiós -me despedí con una sonrisa-
- Adiós señora Jhonson -se despidió mi amiga-
Caminamos charlando de todo lo que hablamos por teléfono, ella me estuvo comentando que iríamos al mismo instituto, ya que sólo me queda este año para graduarme. Nos reíamos, nos abrazábamos, en fin... echaba de menos estar con esta loca. Cuando llegamos al estanco, ella se quedó fuera y yo pasé, había un chico que entró después de mi, me acerqué a la chica.
- Dame un chesterfield, por favor
Ella fue a por lo que le pedí, una vez fui a pagar, agh, me faltaba dinero.
- Me faltan diez centavos, puedo ir a pedirle a mi amiga - dije.-
- No hace falta, yo se los pago -respondió aquel chico que había entrado después de mí, aquel chico alto, moreno, musculoso, ojos claros, sonrisa ideal y una mirada que mata-
- No hace falta, puedo ir... -me interrumpió-
- Insisto -dijo sonriendo-
El muchacho pagó lo que me faltaba y esperé a que él saliera del estanco para darle las gracias
- Gracias por ello, te lo devolveré -dije sonriéndole-
- No hace falta preciosa, ha merecido la pena -me guiñó un ojo y se fue-
Miré a Anna que estaba con la boca abierta, le miré extraño y reí
- ¿Qué te pasa?-le dije-
- Acabas de hablar con Jeremy Colins, el chico más guapo de mi instituto -dijo aún sin poder creerlo-
- Sin duda, echaba de menos estar contigo -solté una carcajada y nos fuimos a un parque abrazadas a echarnos nuestro porro-