Han pasado tres días más desde la última pesadilla. He podido meterme al whatsapp y enfrentarme a todo lo que tenga que venir, soy demasiado fuerte y no me puedo derrumbar.
Estaba en mi casa como llevo varios días aquí sola, no quiero hablar con nadie ni ver a nadie. Mi madre me trae la comida y mi hermana dibujos. Mi madre le tiene que decir que se vaya porque estoy enferma y puedo contagiarle, ella como es tan inocente le hace caso y se va.
Estaba viendo vídeos, en mi habitación tranquilamente hasta que recibí un mensaje.
"Espero que recuerdes que nunca vas a ser feliz"
Mi abuela tenía razón, alguien de mi entorno me quiere hacer daño y no lo puedo remediar.
Le marqué a Jeremy para contarle.
- Princesa -dijo al descolgar el teléfono de una manera alegre-
- Hola cariño, me han enviando otro mensaje y tengo miedo -dije aterrada-
- ¿Ese número extraño? -dijo molesto-
- Sí bebé.
- No te preocupes princesa, todo saldrá bien. Mientras estés conmigo nadie te hará daño, ¿entendido?
- Sí bebé.
Seguí hablando con él un buen rato hasta la hora de comer. Me reía con él mucho y me hacía olvidarme del mensaje.
*Narrador anónimo*
Un coche negro, largo y con los cristales tintados aparcó frentr al aeropuerto, de él bajó una persona de estatura alta, con un traje de Armani y unos Florentino, caminó hacia dentro del lugar y se acercó a otra persona.
- El vuelo ya está listo señor -dijo aquel segundo hombre-
- Perfecto. Pronto se hará la verdad.
- ¿A qué destino va, señor?
- California, Henry, California. -dijo aquel hombre con una sonrisa en su rostro maléfica-
HOOOOLAAAA
Aquí tenéis otro capítulo más. Mañana se irá descubriendo todo.
¿Quién será ese hombre?
¿Quién será el de los mensajes?
Seguid al corriente de la novela y os enterareis. Gracias por vuestro apoyo y cariño. Estáis haciendo algo grande.
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Miles de besos. Os quiero.