✨Capítulo 3.✨

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...

Pov Amber.
27 de Febrero.

Los días están pasando demasiado rápido, el tiempo no es algo de lo que yo pueda tener un control, y eso es lo que de cierto modo logra desesperarme. Les podría decir las innumerables veces que he intentado huir, creí que sería una buena idea seguir intentandolo pero; aún así sigo aquí.
¿Por qué? bueno, es algo complejo intentar salir de este "castillo" desde aquella vez en la que el chico alto de pelo negro nos delató, ya que a partir de ese momento Elizabet reforzó su estúpida seguridad. Así es, ya no tenemos solamente dos guarda espaldas, ahora aquí mismo tenemos a todo el ejército de los Power Rangers de todas las temporadas, es imposible intentar escapar, pero no me voy a rendir tan fácilmente.

Dejé a un lado el libro que estaba leyendo para dirigirme a la ventana, en efecto, hay cinco guarda espaldas allí abajo, sin contar los que están en la puerta de entrada.

Salí de mi habitación para bajar a la cocina ya que mi garganta estaba bastante seca.
Cuando llegué, abrí la heladera para sacar la jarra con agua, luego cerré la puerta y poom, me encontré con el rostro de esa mujer.

—Tenemos algo de que hablar.

Dijo justamente la última persona con la que me interesaría tener una charla, que ironía ¿verdad?

—No tengo nada de que hablar contigo y tampoco me interesa escucharte. —dije mientras me daba vuelta para volver a mi habitación.
—Tendras que ir a un internado. —pude escuchar esas palabras antes de salir totalmente de allí.

Me detuve.

—¿Qué?

Me di vuelta para mirarla a los ojos.

—Ya casi estamos en marzo y deberás estudiar, es por eso que te mandaré al mejor colegio del país, con el único detalle de que es un internado.
—¿Estas diciéndome que podré ver a Anita solo los fines de semana?

Elizabet asintió.

Bufé mientras corría mechones de mi cabello hacia atrás debido a la frustración.

—Sabes que no iré ¿Verdad?
—¿Entonces qué harás? ¿Escaparte?
Temo qué ya lo has intentado y has puesto no sólo tu vida, si no la vida de tu hermana en peligro.
—¿Por qué quieres separarme de ella?

Pregunté mientras me acercaba.

—Esa no es mi intención, solo intento protegerlas.
—¡A la mierda tu protección! no necesitamos de ella. —solté estas palabras golpeando la mesada.
—Irás de todas formas, sin importar lo que digas. —me miró fijo, para luego marcharse.
—¡Eso es lo que tú crees! —grité, para luego tirar el vaso que tenía en mis manos, dejando en el piso un gran desastre.

Con el ruido logré llamar la atención de la señorita Elie, la empleada que se encarga de nosotras, así que se acercó a mi algo preocupada.

—¿Te encuentras bien?

Quedé un rato en silencio con la mirada perdida hasta que logré reaccionar.

—Si, lo siento. —me agachaba para recoger el desastre que había ocasionado.
—Dios mio. —llevó su mano a la altura de su boca. 

Miré a la misma dirección que ella; mi mano estaba sangrando.

Elie corrió en busca de un trapo para luego enrroscarlo en mi mano y así poder detener el sangrado.

—Perdón.

Mantuve la mirada en la herida.

—¿Por qué te disculpas?
—No lo sé...
—Descuida, no es tan profundo. —dijo mientras seguía envolviendo.
—¡Amber! —corrió hacia mí—. ¿Qué pasó con tu mano?
—No es nada, sólo me corté por accidente.

Me agaché para estar a su altura y le dí un gran abrazo.

—No te separarán de mi ¿De acuerdo? Siempre estaremos juntas. 
—¿Por qué lo harían?—correspondió algo confundida.
—Por nada, ¿Quieres que te lea un cuento? —me paré al hacer la pregunta.

Ella asintió con una gran sonrisa, así que después de eso solo subimos a la habitación.

Pov Jimin.

—¿¡Ya viste esto!?

Entró Taehyung, mi mejor amigo, a mi cuarto de la nada, eso logró sobresaltarme, provocando que de un pequeño saltito en la cama por el susto.

—¿Puedes dejar de hacer eso? Siempre logras asustarme. —quité mis auriculares para dejarlos colgando en mi cuello.
—Lo siento, pero es que debes ver esto. —soltó mostrándome una foto de una casa, pero no era cualquier casa, es nada más y nada menos que la de la señora Elizabet.

Quedé con la boca abierta al ver la imagen, quité su teléfono de sus manos para poder observar mejor.

—¿Por qué necesitaría tantos guarda espaldas? —preguntó con su ceño fruncido.
—No lo sé...
—Vaya, esa mansión si que tiene muchos misterios, hasta podría hacer una historia acerca de ello.
—No exageres.
—No estoy exagerando, es cierto.
¿No te parece curioso? Lo que tú viste de esas personas, y luego esto...
—Mejor juguemos una partida, nos quedan pocos días de libertad, así que aprovechemos.

Me puse en pié para dirigirme hasta los videojuegos.
Taehyung me miró algo confuso pero al final terminó aceptando.

Siendo sincero, a mi también se me hace raro todo eso, pero mientras menos involucración tenga en esos asuntos mejor, como ya había dicho; no es algo por lo que yo deba preocuparme ya que, aunque viva en el mismo vecindario, no conozco a esa gente.

Unas horas después...
Pov Amber.

Estábamos acostadas en su cama, le estaba terminando de leer el cuento a Anita, tal como se lo había propuesto, sin embargo, detuve mi lectura, quería hacerle una pregunta.

—Anita...

Ella me miró esperando una respuesta.

¿Debería decirle?

—Ya se lo que dirás.

Se escuchaba emocionada.

—¿Lo sabes?

¿En serio?

Ella asintió.

—Dirás que siempre estaremos juntas, tal y como lo pidió mamá ¿No es así?

Quedé un momento en silencio.
Anita me abrazó.

—¿Podemos en algún momento salir a tomar helado? —preguntó aún abrazándome.
—Claro que sí, lo haremos muy pronto.
—Prometelo. —dijo apartando su cuerpo de mi para poder verme a los ojos.
—Pinqui promise. —estiré la mano y levanté el meñique para que pudiera engancharlo con el suyo.

Tengo que hacer algo, sea como sea no puedo ir a ese internado, Anita me necesita, tanto como yo a ella.

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