Dos frias noches de arduo trabajo pasaron en Zaaron, la luna se alzaba nuevamente en el cielo y todos dormían, cuando en la fortaleza negra un pequeño esmerejón comenzó a picotear la ventana de la Reina.
Ella se levantó de su lecho y se acercó con cautela a la misma hasta que reconoció a aquel ave como el mensajero que compartía Heidi. Extrañada pues no esperaba el informe de la joven espía esa semana, no tardó en permitir al pájaro entrar en el castillo para así obtener la carta que portaba en su tarso. Repentinamente nerviosa, leyó con rapidez el contenido de aquella misiva.Su excelentísima reina Liane,
Espero que esta carta la encuentre en buena salud.
Sin más tiempo ni tinta para fomalidades, pues aquí estoy rodeada por el enemigo, lamento que esta carta no sea portadora de buenas noticias.
Confío en que ya ha sido informada de la llegada del príncipe Stan de Tegrity a las tierras de Elven, mas nuestra expectativa se ha visto frustrada por un acontecimiento inesperado.
El príncipe Stan ha pedido la mano del hijo ilegítimo del difunto rey Gerald III, a mi entender el primer omega registrado en décadas aquí en Elven, a condición del reconocimiento de sus derechos en la línea sucesoria. A conciencia de la importancia de este hecho, ruego haga llegar estas nuevas al príncipe Eric lo antes posible.A la espera de nuevas órdenes.
HeidiLa monarca se apresuró hacia la pieza de su primogénito no sin antes entregar al pequeño ave a algún sirviente que se encargase de sus cuidados.
Una vez en la mentada estancia arrancó a su hijo de los brazos de Morfeo y le entregó el pergamino mientras encendía un candelabro con torpeza.
El joven omega no tardó en recuperar sus sentidos en cuanto oyó quien era el remitente de aquella carta y sus ojos recorrieron a lo menos 3 veces todas las palabras escritas antes de que se levantase bruscamente de la cama llevándose las manos a la cabeza, tirando levemente de sus cabellos y murmurando palabras inteligibles para su progenitora, que horrorizada por su reacción, hizo todo lo posible por mantener la compostura.-Hijo mío, debes calmarte... -Su voz era tan suave y dulce que incluso parecería imperceptible bajo los murmullos de Eric, sin embargo, de alguna forma el príncipe pudo oírla.
-¡¿Es que acaso no lo entiendes!? -Sin tirarse para mirar a su madre, el joven príncipe comenzó a gritar furioso -¡Yo sabía que ese viejo avaro no ayudaría a la corona de Elven! Por eso pensé en asustarle un poco... ¡Pero ahora que el estupido de su hijo quiere casarse con ese omega bastardo que ha salido de quien sabe donde todo cambia! ¡Ante la posibilidad de la unión de ambos reinos el rey Randall prestará su apoyo militar sin duda!
-Somos más fuertes que ellos hijo, les derrotaremos sin importar que.
-¡No lo somos! Pero yo soy más astuto...
La desesperación del Lord omega desapareció de forma abrupta y se abalanzó sobre la carta que su madre aún sostenía entre sus dedos.
-Ese omega es un bastardo del rey muerto... -Eric comenzó a reír suavemente mientras masajeaba el puente de su nariz con algo de fuerza. -Cambio de planes, partiré lo antes posible hacía Elven en un acto de paz.
-No te precipites cielo, te matarán.
-Confiad en mi madre, haré de esos dos bastardos mi espada y mi lanza....
El cálido sol del atardecer acariciaba los campos del palacio Presea, coloreandolos con su luz dorada e iluminando las teselas que decoraban el alcázar con un brillo celestial. En la pieza más apartada del bullicio de la corte, la figura lánguida de un joven omega de largos cabellos dorados comenzaba a despertar al sentir unas suaves caricias, húmedas y frescas, en su frente y mejillas. La hermosos ojos violeta del chico se abrieron con lentitud al tiempo que recuperaba sus sentidos; sintió la suave brisa de verano en su rostro, la luz naranja del ocaso que atravesaba las cortinas danzantes al ritmo del viento, y percibió en su habitación dulces fragancias y vivos colores. Se incorporó con algo de dificultad, sintiendo sus extremidades entumecidas por la fuerza del tiempo, y antes de poder darse cuenta, un par de delgados brazos rodeaban su cuello y un llanto leve pero agudo inundó sus oídos.
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Los ojos de un Omega
FanfictionUna amenaza de guerra asola al reino de Elven tras el asesinato de su monarca. Kyle, el príncipe heredero, habrá de enfrentarse a duras decisiones, sacrificios y traiciones; pero toda tormenta culmina en un bello claro... ¿o no? Si la pasión y el am...