¿Aún me quieres? (Nico Di Angelo) (Pausada temporalmente)

Capítulo 19| ~Una vida, por otra vida.~

[ Tú ]

No salgo de la habitación.

Desde hace seis días que me mantengo en el cuarto sola y encerrada, me limito a recibir la comida que me ofrecen las cazadoras. Para ellas, está bien que me mantenga aquí ya que me mantienen vigilada por si se me ocurre escapar de nuevo. Están conmigo a toda hora y hacen turnos entre ellas para cuidarme en las noches.

Sobre Nico

Él no ha regresado y estoy muy preocupada.

–Hace algo de frío así que hoy cocinare sopa, ¿De acuerdo? –Habla Karen, yo me limito a asentir mientras miro por la ventana con la esperanza de que mi novio vuelva a casa.

–Está bien. –Susurro y acto siguiente me muerdo el labio al sentir una punzada en mi corazón.

–Él volverá. –Ella dice.

De nuevo, me limito a asentir con la cabeza. Mi mirada sigue centrada en la ventana y no presto atención cuando Karen se va de la habitación.

Suspiro con pesadez y me alejo de la ventana.

Voy a la cama y me acuesto apoyándome en un hombro mientras me cubro con la manta, tomo la almohada que está a mi lado y la abrazo a mi pecho mientras tomo una respiración profunda. Huele a Nico.

Cierro los ojos mientras acerco lo más que puedo la almohada.

–Vuelve Nico, te lo suplico. Solo vuelve, quiero saber que estas bien. –Murmuro sintiendo unas lágrimas resbalarse por mi rostro,

Y así permanezco durante una hora, implorando porque él vuelva mientras abrazo a la bendita almohada y lloro en silencio.

°°°

El olor a sopa inunda mis fosas nasales, abro los ojos y parpadeo consecutivas veces para acostumbrarme a la luz que, aunque es escasa, sigue lastimando mis ojos.

Cuando logro ver con claridad, diviso a Nora llegar hacia mi lado con la sopa en sus manos, el humo que desprende la comida es notorio.

–Necesitas comer, en el desayuno solo comiste fruta. –Hago una mueca.

–Lo sé, es solo que en ese momento no tenía hambre.

Ella asiente, me siento recargando mi espalda contra el respaldo y pongo una almohada en mis piernas.

Nora me tiende la sopa y la tomo con sumo cuidado para no quemarme, coloco la sopa encima de la almohada y el humo que desprende llega a mí y percibo el delicioso aroma que desprende.

Mi estómago gruñe.

–Hay agua de limón, ¿Quieres un poco? –Pregunta Nora.

Asiento mientras meneo la sopa un poco.

Sin más, ella se retira de mi habitación y yo me dispongo a soplar mi sopa ya que se nota que está muy caliente. Fueron a los pocos minutos cuando Nora regreso con un vaso con agua de limón.

Acerco la cuchara a mi boca y soplo ligeramente para después abrir la boca y comer la rica sopa.

Me toma alrededor de unos quince minutos comer toda la sopa, cuando acabo, la dejo en la mesita de noche que está junto a la cama, tallo mis ojos con pesadez y doy un ligero bostezo.

Quito la almohada y destapo mis piernas, me bajo de la cama y tomo los trastes que ya se encuentras sucios, miro un momento la venta y mientras niego con la cabeza repetidas veces, salgo de la habitación para ir en dirección a la cocina.

Pongo los trastes en el fregadero y sin esperar más, los limpio. Cuando termino, con una toalla seco mis manos y al terminar de hacerlo me voy de nuevo a mi habitación.