Capítulo 3: Encrucijada Del Destino.

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Era una mañana como cualquier otra, el sol estaba en su máximo esplendor y los pájaros se paseaban libres por el cielo. Edward y Pinako estaban acomodando las cosechas del mes en el almacén para que se conservarán por un tiempo más. Mientras Edward llevaba de un lado a otro los sacos, Pinako estaba haciendo cuentas en su libreta, si tenía algún sobrante, le pedía a Edward que las pusiera en la carreta.

-Bien, con esto terminamos las cuentas. No pasaremos hambre en época de invierno.- dijo Pinako satisfecha de los cultivos. Pensó que con la ayuda de Edward no le iría muy bien, pero contrario a lo que ella pensó, le fue hasta mejor.- con esto seguro mi nieto y Winry comerán muy bien.

-¿Que haremos con lo que sobra?

-Llévalos al pueblo a vender o cambialos por otras cosas, en especial carne y leche.

-Está bien.- tomo la carreta y comenzó a caminar para salir del almacén.

Otra ventaja de tener a Edward era que usaba sus habilidades de negociación para conseguir buenas cosas a un precio razonable, por eso a Pinako le gustaba mandarlo.

Casi llegando al pueblo, algo llamó su atención. Podía distinguir ese uniforme donde quiera que él fuera. Eran dos soldados del ejército de Amestris, molestando a una chica. Indignado, Edward camino hacia la escena.

-¡Déjeme en paz!

-Vamos, ¿Acaso no sabes lo que significan estos uniformes? O ¿Quieres que te lo enseñemos?

-Yo si sé. Significa sacrificio, valor y lealtad hacia el pueblo al cual hay que servir y proteger hasta que la muerte nos aclame.

Ambos hombres voltearon a ver a Edward, sorprendidos de que supiera lo que significaba el uniforme, pocos civiles conocían ese código.

-¿Crees que es de buena educación meterse en donde no le llaman?

-Pues no, pero es peor que alguien de un rango más bajo le hable en ese tono a un superior.- dijo mostrando su reloj de plata. Los hombres quedaron boquiabiertos.- y por sí no lo saben, yo soy el Mayor Edward Elric, exijo sus nombres, rangos y el porque están aquí. Ah, y suelten a la señorita.

-Sí.- en cuanto la soltaron, la chica salió corriendo y se metió a una casa que no estaba tan lejos de ahí.

-¿Y bien?

-S-señor...

-Esta bien, no me digan sus nombres pero si el porque están aquí.

-Estamos buscando a Scar, creemos que esta en esta área.

-De acuerdo, ahora váyanse en el primer tren que salga, no quiero verlos merodeando por aquí. Yo me encargaré de este asunto.

-Sí, señor.- en cuanto esos hombres se fueron, Edward sintió un escalofrío en la espalda y no pudo evitar retorcerse.

En el pasado, Scar casi lo mataba. Tener que volver a enfrentarse a él era más difícil de lo que pensaba, ¿Habrá cambiado en algo Scar? Su aspecto musculoso, su gran altura, su mirada recia y la enorme cruz en su frente fue lo que primero se le pasó por la mente. Estaba tan sumido en sus pensamientos que no se dio cuenta que la chica a la que había salvado le estaba hablando.

-¿Se encuentra bien?

-Ah, perdona, si me encuentro bien.- poniendo un poco de atención, la chica era pelirroja con el cabello peinado en dos trenzas, ojos color verde y piel blanca, parecía tener la edad de Edward.

-Mis padres tienen una cremería y quieren agradecerte.- dijo con una sonrisa.

-Oh, gracias.- contestó y comenzo a seguir a la chica mientras cargaba su carreta.

Polos Opuestos II: El Fuhrer y el Alquimista (FINALIZADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora