Capítulo 3

216 9 0
                                    

-Ahora nos tienes que contar lo que te ha pasado

-No tiene importancia

-Sí que la tiene-Me llevó la contraria Alejandro-Venga, que a nosotros nos puedes contar lo que quieras

-Es que no me gusta hablar de ello-Mientras, jugaba con los cordones de mis zapatos-Pero prometo que más adelante os lo cuento, de verdad

-Tampoco te obligamos

-Os lo terminaría contando igualmente

-¿Dónde vives?-Sin venir a cuento preguntó Abraham, haciendo que se nos escapara unas risas

-Pues en la calle Ahumada, entre una casa blanca y otra...

-¿Gris?-Me terminó Rubén

-Sí

-¿En serio?-Interrogaron los 3 a la vez

-Eh...sí-Respondí-¿Por?

-Porque en la blanca vivo yo-Respondió Abraham

-Y en la gris vivimos nosotros 2-Dijo Rubén

-Se nos olvidó decir que somos hermanos, bueno mellizos-Continuó Alejandro

-Qué casualidad-Solté ante mi sorpresa

-Qué bien, somos vecinos

-Iremos y vendremos juntos

-¿Nos das tu número?-Preguntó uno de los 3

-Sí por supuesto, pero no me lo sé y el móvil lo tengo en clase, esperamos a que llegue el recreo que no debe de faltar mu...

Sonó el timbre, las puertas empezaron a abrirse, automáticamente nos levantamos y nos metimos en el espacio que hay bajo la escalera a que salga todo el mundo, y cuando más o menos estaba relajado el ambiente, nos metimos en clase y cogimos las mochilas.

Nos sentamos en la verde hierba, no había casi nadie, los chicos están jugando al fútbol, las parejitas están en los pasillos y los demás sentados en los bancos; soltamos las mochilas y sacamos, bueno, sacaron su desayuno.

-¿Tú no comes nada?-Se preocupó Rubén

-No, es que desayuné hace algo más de 1 hora y no tengo hambre

-Ah...vale

Saqué mi móvil y me fijé a ver si alguien me había mandado algún mensaje o algo, pero nada; cuando terminaron de desayunar, cogieron sus móviles y empecé a numerar mi teléfono.

Tuvimos un rato bastante agradable, hasta que sonó el timbre, lo que significaba que terminaba el recreo, y teníamos que ir a clase de literatura, que después tocó mates, y por último francés, estaba algo perdida ya que era mediados de octubre, y ya tenían alguna que otra lección aprendidas, pero para eso tenía a Rubén, Abraham y Alejandro.

Nos fuimos los 4 juntos, como habíamos quedado, a nuestras casas.

-Mañana a las 7:45 eh-Informó Abraham

-Sí, adiós

-Adiós

Entré muy contenta a mi casa, solté mi chaqueta y mochila, y mi madre ya estaba poniendo la mesa, así que fui a ayudarla a lo poco que quedaba, y nos sentamos a comer.

-¿Qué tal te ha ido el día?

-Pues genial, he conocido a tres chicos, que por cierto, son vecinos nuestros, y son muy majos, me han caído bastante bien, la verdad, gracias por haberme traído aquí, gracias, esto es lo que necesitaba.

-Lo que sea mejor para ti, lo será para nosotros-Dijo con una sonrisa enorme mi padre

Tengo miedo a enamorarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora