Capítulo 12

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-Parece que eso de ''lo más antes posible'' no lo entiendes

-Lo siento, que como mis padres se van a Valencia y eso...

-Bueno, no importa, en el día de hoy no podemos contactar de ninguna de las maneras con Rubén y Alejandro, de este día tienen que acordarse

-¿Y qué tienes pensado para ello?

-Se me ocurren algunas ideas, pero pensé que tal vez una mente privilegiada de chica podría ayudarme

-Ah claro, y has pensado en mí, ¿Verdad?

-Obviamente, más que nada porque no tengo a nadie más, porque sino, no hubiera recurrido a ti...

Le pegué de broma en el brazo como forma de rabia.

Estuvimos toda la mañana apuntando ideas, borrando otras, opinándolas, mejorándolas, llamando a algunos sitios...pero al final, pensamos en hacerla en mi casa, mis padres no estaban, íbamos a estar tranquilos, y no teníamos que movernos mucho. Genial. Ahora nos faltaba el regalo.

Permanecimos bastante liados durante la tarde, pero por fin terminamos; como yo tenía la mayoría de las cosas en mi casa, me fui a preparar allí. Abraham les contó alguna mentira para que vinieran a mi casa. Me quedaba muy bien la sudadera sin capucha de color rosa, los vaqueros de talle alto con mezclilla clara y las air-max blancas y rosas.

Esperaba impaciente la llegada de Abraham, hasta que por fin sonó el dichoso tiembre.

-Rápido rápido que estaban saliendo de casa, apaga las luces y abre la puerta

Cumplí sus órdenes, y en menos de 20 segundos ya estábamos Abraham y yo gritando aquel: ¡SORPRESA!, al unísono; las caras de Rubén y Alejandro en ese mismo momento era un poema.

Cenamos pizza que pedimos, seguidamente la tarta, acompañada con la famosa canción ''Cumpleaños feliz'';

tras esto, le dimos los regalos que teníamos preparados.

-Madre mía que fashion voy a estar yo con esto ahora-Dijo Alejandro tras desenvolver aquella sudadera color aqua, y unos botines

-Digo-Le siguió su hermano, al desenvolver también el suyo, se encontró con lo mismo, solo que su sudadera era de color mostaza

-Espera espera, queda algo más

Me levanté y saqué de su escondite un gran corcho con las fotos que nos habíamos echo en este poco tiempo, es que siempre vamos acompañados de una cámara

-¡Qué bonito!

-¡Me encanta!

-Y por último esto-Completó Abraham, mientras les daba en mano un balón de fútbol

-Muchas gracias chicos-Agradeció Rubén

-Os queremos-Dijo Alejandro

-Y nosotros

La noche transcurrió bastante divertida; terminamos a las 2:00.

Tengo miedo a enamorarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora