Inglés || Fillie

22

Millie no había logrado sacar las palabras de Addy de su cabeza, miles de pensamientos, dando una explicación distinta de quién era esa mujer, pasaban por su cabeza. Pero, el que más la convencía sin duda alguna es que, probablemente, Finn tuviese novia.

Quizás Wolfhard por fin había comenzado a olvidarla, justo cuando ella más que nunca empezaba a extrañarlo.

Sentía su corazón encogerse de tan sólo pensar en ello y la sensación era peor al pensar en la descripción que la pequeña le había dado sobre aquella mujer, casi describía a Madison. Aunque le parecí imposible creer que Madison fuese aquella mujer, Adelaide la había visto antes, de ser ese el caso, estaba segura de que la pequeña rápidamente hubiese dicho que era aquella mujer con la que casi que le había prohibido hablar.

No podía ser Madison, no quería que fuese ella.

[✰]

El auto quedó estacionado dos casas antes de donde vivía Finn.

La castaña bajo el vidrio de su lado del auto y se puso sus gafas solares, en un intento de pasar desapercibida. La pelirroja había estacionado el auto dos casas antes de donde vivía Finn.

No despegaban su mirada de cada mujer que pasaba y le preguntaban con frecuencia a Addy si es que, alguna de aquellas mujeres, era la persona que ella había visto, pero su respuesta siempre era un "no". Estaba siendo bastante difícil.

—Era castaña, ¿cierto? —preguntó Millie, manteniendo su mirada fija en una chica de cabello largo.

—Sí, pero no es esa que va ahí —respondió de inmediato, desilusionado a su madre.

Llevaban varios minutos ya ahí y ninguna de las chicas que pasaban se acercaba a la entrada del lugar donde vivía Finn y Addy no reconocía el rostro de ninguna de ellas.

Decidieron darse por vencidas cuando el hambre las invadió, habían pasado toda la mañana allí, buscando a aquella mujer, sin resultado alguno. Y es que, la castaña moría de curiosidad por saber quién era, estaba más que obvio, pero claro, no aceptaría cualquier afirmación de su aún existente "amor" hacia el de cabello rizado, ni soñando.

Después de haber desayunado y terminado de limpiar, Millie se sentó en la mesa junto a Addy, quien estaba armando nuevamente el rompecabezas que su madre le había dado la vez pasada, cuando encontró su anillo de compromiso. Miró a la pequeña y, cuando ella se percató de que su madre estaba ahí, dejó de lado el rompecabezas para ponerle atención.

Sabía que ella no hablaría primero, estaba completamente sumida en sus pensamientos, así que decidió hablar primero ella.