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Ambos estaban dando lo mejor de ellos para que el aprendizaje de su pequeña fuese sencillo y comprensible para ella

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Ambos estaban dando lo mejor de ellos para que el aprendizaje de su pequeña fuese sencillo y comprensible para ella. Siempre intentaban explicarle las cosas de la manera más clara posible, para que ella no tuviese dificultad en entenderlas.

Y de momento, todo parecía estar yendo bien.

Addy comenzaba a entender lo básico, después de un par de las clases que sus padres le daban e incluso comenzaba a entender cuando lo hablan, puesto que, los últimos días que había estado quedándose con Finn, el pelinegro le hablaba en contadas ocasiones únicamente en inglés, así podía ir acostumbrándose a escucharlo y poder entenderlo.

Lo estaban haciendo bastante bien.

[✰]

Un viernes por la tarde, el pelinegro se encontraba sentado en su sofá mientras intentaba escribir ideas para la siguiente clase de inglés que le darían a Adelaide.

El lugar en que vivía ya no era un desastre cómo lo era después de que Millie se fuera, desde que comenzó a cuidar a Addy por las tardes y recibir a su ambas en el departamento los fines de semana para ayudar a Addy con su inglés, él había comenzado a cómodas su desorden e incluso había llenado el refrigerador, sí, había ido al supermercado él solo y no se había perdido.

El día anterior, Millie lo había llamado para avisarle que pasarían las clases al sábado, puesto que quería pasar un día junto a Addy y de paso, dejarla descansar por un momento del inglés y las clases. El chico no tuvo ningún problema con eso, él también necesita descansar.

Pero sus pensamientos se vieron interrumpidos por el sonido de la puerta, lo cual, le pareció extraño, ya que no esperaba a nadie en ese momento.

Se puso de pie y abrió la puerta, encontrándose con una de las pocas personas que había estado con él durante los seis años en los que Millie desapareció.

Finn sonrió y recibió con un abrazo a la chica.

Mackenzie Ziegler.

Finn, vine en cuanto pude, lo siento mucho.

—No te preocupes —le sonríe —. Me alegra que hayas podido venir.

—Lo que sea por ti.

Él se separó del abrazo y se apartó de la puerta, para dejarla entrar.

Tenía tantas cosas que contarle.

[✰]

Finn en ningún momento había parado de hablar, le había contado con alegría todo lo que había pasado durante ese último mes y medio, desde el momento en que se reencuentro con Millie, cuando se enteró que tenía una hija, hasta el momento en que habían comenzado con las clases de inglés para la pequeña.

Inglés || FillieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora