Inglés || Fillie

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De alguna forma, el simple hecho de pensar que tendría que volver, le aterraba.

Le aterraba pensar que todos se habrían olvidado de ella, le aterraba pensar que sus amigos la odiarían por desaparecer de esa forma, le aterraba pensar que tendría que ver a Finn, le aterraba pensar que, tal vez, podría perder a Adelaide.

Aún no estaba lista para volver, tenía que prepararse para recibir un bombardeo de preguntas de parte de todas las personas que conocía, prepararse para ser odiada por varias de ellas y prepararse para ver a Finn, porque, por más que fuese a intentar evitarlo, el mundo es pequeño y en algún momento se lo encontraría.

Pero, ¿cómo se lo diría a Adelaide? Su hija, quien tan solo tenía 6 años, tampoco sería fácil para ella cambiar tan repentinamente de vida... mierda, ella no tenía ni idea de que tenía un padre, bueno, sabía que tenía que tener uno para estar con vida, pero, no sabía quién era.

Todo era un maldito caos en su cabeza.

No había otra opción, tenía que empezar a empacar lo necesario lo antes posible. El que se lo dijera a Adelaide no cambiaría el tiempo que tenían para irse, así que, probablemente sería su último día de clases.

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Mientras empacaba, había decidido prepararse mentalmente para el momento en que viese a sus amigos de nuevo. No le preocupaba el momento en que le daría la noticia a Addy, pues ella siempre había sido una niña de lo más comprensible, así que, estaba segura de que no tendría problema alguno con ella.

Sus pensamientos fueron pasados a segundo plano cuando, entre cajas viejas, encontró su antiguo celular. Decidió ponerlo a cargar y, en cuanto esté obtuvo el 100% de carga, lo conecto en su computadora y abrió la carpeta de "Fotos".

Había varias fotos, la mayoría de ella, sin sentido. Solo fue cuestión de segundos para que se encontrase con vestidos de novia, sintiendo una fuerte punzada en su corazón. Decidió seguir bajando y, sintió sus ojos cristalizarse al encontrarse con la primera foto en la que aparecía Wolfhard y ella. Bajo con rapidez, intentado evitar las fotos en las que aparecía el pelinegro, pero, se detuvo al encontrarse con un video.

Frunció el ceño al no recordar acerca de que trataba ese video o cuando lo había grabado, con curiosidad, hizo click en él y este comenzó a reproducirse.

La cámara enfocaba a Finn, quien miraba fijamente su guitarra. El cabello del pelinegro estaba completamente alborotado, justo como ella lo recordaba. Sus dedos comenzaron a pasarse por las cuerdas de la guitarra y el comenzó a cantar.

El corazón de la chica latió con fuerza al ver al chico y una pequeña sonrisa se le escapó al escucharlo cantar.

Sonaba inseguro y nervioso, pero, con el pasar de los segundos, levantó su vista y miró a un punto fijo, el cuál, debido a que la cámara sólo lo enfocaba a él, no era posible verse. Minutos después, él dejó la guitarra y se levantó, para después, abrazar con fuerza a alguien.