Inglés || Fillie

8

Él de inmediato la envolvió en sus brazos, creando un abrazo del que les costaría separarse. Ella evitó corresponderlo, pero, escondió su rostro en el pecho del peligro. A pesar de no estar abrazándolo, no quería que el la soltase, por desgracia, Finn se separó del abrazo.

Puso sus manos en las mejillas de la chica y, con sus pulgares, limpio sus lágrimas, las cuales aún no paraban de salir.

—Eres real, en verdad estás aquí.

Ella sólo sonrió y asintió.

Intento acercarse más a ella, pero Millie soltó un suspiro y bajo la cabeza.

—Lo siento. —Susurro.

—Todo está bien, Millie. —Sonrió. —Ya estás aquí, conmigo.

No todo era tan sencillo como el lo decía. Sus lágrimas habían parado de salir, pero en cuanto recordó que él ahora tenía que saber sobre Addy, sus ojos volvieron a cristalizarse y sus lágrimas corrieron por sus mejillas.

—No llores, Mills. —Le pidió el chico.

Finn enredo su dedo en uno de los mechones de cabello de la castaña. La había extrañado demasiado y aún no podía creer que ella fuese real, que ella estuviese ahí.

Comenzaron a caminar sin rumbo alguno, simplemente querían estar juntos en ese momento. Se había creado un silencio, no era incómodo, pero Finn quería romperlo y así lo hizo.

—Entonces, ¿te estás quedando con Sophia?

Millie limpio sus mejillas y asintió. —Sí, bueno, Sophia es mi mejor amiga y no es como si tuviese otra parte a la que ir.

Frunció el ceño. —¿Y que me dices de Noah? ¿Ya no son amigos?

—Claro que lo somos, Noah y yo hemos sido amigos desde el tercer grado. —Dijo Millie.

Finn arrugo la nariz, por razones obvias, no pudo evitar sentir celos de Noah, otra vez.

—Oh, bueno, creí que no eran más amigos, digo veía que convivías mucho más con él y, no sé, me pareció curioso que estuvieses quedándote con Sophia y no con Noah.

—¿Bromeas? Después del beso que nos dimos por accidente, Sadie, su novia me odia.

—¿Son novios aún?

—No lo sé, no he hablado con él. —Soltó un suspiro.

Volvió a haber un silencio que Finn no soportaba, sentía que quería decirle tantas cosas, pero, por alguna razón, no lo hacía. No era la misma Millie con la que había pasado los mejores años de su vida, esa Millie que lo amaba. La notaba distante y, a pesar de que estuviese justo a su lado, parecía no estarlo.

Cuando había intentado besarla, ella se había negado, creyó que cuando la volviese a ver, todo sería como antes, por desgracia, no era así.

Millie soltó un suspiro, llamando la atención de Finn. —Finn, ¿tu... crees que podamos vernos otro día? —Preguntó ella.