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Semi AU, después de Civil War.

Disclamer: Ni Marvel, ni Disney me pertenecen. Solo la historia y los personajes que no reconozcan.

San Petersburgo, Rusia.

Después de su reencuentro en el Teatro de Bolshói, Natasha y Steve caminaron juntos hasta el apartamento de la rusa. A Steve le sorprendía aún estar junto a ella, que ambos pudieran pasar unas cuantas horas, como no habían pasado desde aquella última misión en África que llevaría a la destrucción de la iniciativa Vengadores. El rubio se pasó todo el tiempo que tardaron en llegar a la casa segura de Natasha, observándola. Se había teñido el cabello de rubio, aunque conservaba el cabello largo hasta los hombros, pero para Steve siempre sería su testaruda espía pelirroja. No podía entender como había sido capaz de dejarla ir, si hubiera estado tan seguro de sus sentimientos como lo estaba en ese momento, habría tomado a Natasha de la mano y la habría llevado con él a Wakanda. No habían hablado de nada desde que la espía rusa lo soltó abruptamente cuando él le dijo que no estaba sola.

— Debemos irnos, Rogers. Aquí pueden vernos.

— Nat... — trató de insistir Steve tomándola del brazo.

— Te prometo que hablaremos, Steve, pero aquí no es seguro. Los guardias pueden empezar a sospechar.

A Steve Rogers no le quedó más remedio que asentir con la cabeza y seguir a la Viuda Negra hasta su sitio seguro. La ciudad se sentía diferente caminando con una rusa junto a él, parecía que pudiera mezclarse más entre ls personas que habían salido del teatro e iban a los bares o a los restaurantes que aún estaban abiertos a cenar o a pasar un buen rato. El Capitán América no pudo evitar preguntarse si, en otra vida o en otra situación, Natasha estaría dispuesta a llevarlo a conocer los secretos de la ciudad.

La Viuda Negra caminaba con naturalidad en medio de la nieve que caía gruesa y dura sobre la ciudad de San Petersburgo. Se notaba de pies a cabeza que era rusa y que estaba orgullosa de serlo. La mirada altiva y fuerte, que nada podía quitarle, se fijaba en él de vez en vez y sus ojos se suavizaban, apretándole amistosamente el brazo que usaba de apoyo para caminar. Steve Rogers no era capaz de entender el poder que tenía sobre ella para poder hacer que su mirada fuera capaz de endulzarse de tal manera. De vez en cuando, Natasha sentía la mirada de Steve encima de la de ella, y escondía el rostro, avergonzada de que el soldado americano pudiera darse cuenta de sus sentimientos, que parecían estar a flor de piel en ese momento. Llegaron al apartamento y entraron, sin ser vistos sospechosamente por nadie, a lo lejos parecían ser una pareja de novio que caminaba, enamorada, por las calles de San Petersburgo, sin ser conscientes del amor que exhalaban por los poros y que calentaba el frío de la ciudad rusa.

— Pareces muy a gusto aquí — mencionó el Capitán América casualmente, mientras se deshacía de su grueso abrigo, el cual colocó en una de las sillas para cruzarse de brazos y observar a la Viuda Negra.

El apartamento destilaba la personalidad de la Viuda Negra de una manera completamente diferente a la que lo hacían sus habitaciones en la Base de los Vengadores, en donde Steve Rogers había pasado bastantes momentos buenos junto a Natasha. Sabía que ella era muy buena decoradora, porque lo hacia por afición cuando estaba aburrida, sin embargo se notaba que aquel lugar era algo especial para Natasha, pues daba una sensación completamente hogareña. El apartamento tenía pocos muebles y era un mono-ambiente, es decir, todo estaba organizado en un mismo espacio. Había un librero en un rincón, el cual estaba lleno de libros viejos y películas en ruso, había unos cuantos cuadros de ballet y fotografías de San Petersburgo y otras ciudades de Rusia. La barra de la cocina tenía únicamente utensilios sencillos, dado que Natasha no era una gran cocinera, pero se notaba una enorme variedad de conservas, galletas y dulces con nombres en el alfabeto ruso que Steve no entendía.

DETRÁS DE LA VIUDA NEGRA || RomanogersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora