[verdad]

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El timbre sonó y rápidamente Sabrina pozo su mirada en Toto que se acercaba a abrir la puerta, después de comentarle lo que había echo, Toto decidió apoyarla, cómo lo venía haciendo desde hace más de diez años.

Eduardo abrió la puerta y ahí estaba el centrocampista con el rostro completamente apagado al igual que Sabrina.

— Pasa Enzo. —exclamó haciéndose a un lado, apenas ingresó buscó a Sabrina, quien se encontraba parada al lado del sillón.

Hasta que la vida quiera volver a juntarnos. —murmuraron los dos al mismo tiempo.

— Toma asiento, Enzo. —el jugador negó y la miro a los ojos. Sabrina rompió la conexión y miró a Toto, el jugador entendió que quería que los dejes solos pero que se mantenga cerca.

— ¿Es verdad? —volvió a mirarla pero Sabrina no mantenía la conexión—. Todo lo que están diciendo es verdad, ¿No?

— Si Enzo, es verdad. —levantó su vista y lo miro con toda la sinceridad del mundo.

— Si me ocultaste que tengo un hijo. —suspiro y se levantó acercándose a ella—. Durante seis años, me imagino que tendrás un motivo.

Lo miro y tenía ganas de llorar, no podía creer que su peor pesadilla se estaba haciendo realidad.

— Tal vez será porque en ningún momento mencionaste que tenías una familia la noche de los festejos. —Enzo se quedo petrificado ante eso y se sentó de golpe en el sillón—. No solo me usaste, si no que te burlaste de mi y yo como ilusa caí. —miro a Enzo y el solo esperaba que ella siga hablando—. Cuando me entere que estaba embarazada, me dio mío y me paralice. —sollozó y dejó caer una lágrima—. ¿Que iba a hacer? ¿Llamarte, decirte mira Enzo, soy la amiga del Toto, quiero decirte que estoy embarazada y que vas a tener un hijo extramatrimonial? —rió con ironía—. Me jure a mi misma nunca decirte nada, por el bien del bebé y la verdad que no me arrepiento.

— ¿Toto lo sabe? —pregunto haciendo referencia a su compañero de equipo.

— Fue el primero en decirme que no está bien que te lo oculte. —respondió con un dolor en el alma—. Toto fue el primero en saberlo y el primero en decirme que me iba a arrepentir el día de mañana, lo convencí de que no dijera nada, Justo salió la oportunidad de que el vaya al atlético y me ofreció irme con el, acepté y acepté todos esos sentimientos que repelía porque el era mi mejor amigo. —se sentó en la punta del sillón y llevó sus manos a su cara para cubrirla completamente. —Enzo no me arrepiento, porque mi hijo creció sano y salvo gracias a eso, no podía permitir que el sufriera, como me duele y me dolió el alma estos días desde que Florencia ventiló la noticia.

— ¿Por que estás tan segura de que fue Florencia? —de repente la mirada de Enzo se tensó y aquello con lo que Sabrina había amenazado a Florencia estaba cerca.

Suspiro y respondió—. Porque ella me lo confirmo Enzo, según tu esposa, se dio cuenta que Valentino era tu hijo y si hay algo en que estoy de acuerdo con ella, es que no me pudo haber salido más igual. —sin querer hacerlo Enzo sonrió—. ¿Que va a pasar ahora, Enzo? ¿Me lo vas a sacar?

— ¿Me crees capaz de eso? —le pregunto acercándose a ella y mirándola fijamente a los ojos—. Más allá de todo el tiempo qué pasó y todo lo qué pasó, nunca podría hacer nada para lastimarte, Sasi. —Enzo intento acariciar su mejilla pero ella se alejó.

— No Enzo. —alejó su mano en la cual relucía un anillo de casamiento con varios años en el dedo—. No te confundas, lo nuestro empezó y termino en ese cuarto, nadie planeo que pasara esto, pero pasó y en cierto modo te lo agradezco porque me diste al ser más hermoso del mundo, al amor de mi vida y a quien me enseñó a ser madre, tal vez no soy la mejor, pero lo amo con todo mi corazón.

— ¿El lo sabe? —se alejó y preguntó con respecto al menor en cuestión. Sabrina negó—. ¿Se lo vas a decir?

— Eso depende de vos. —emitió mirándolo con serenidad—. De que es lo que vos vas a hacer, ojo no te estoy pidiendo que te hagas cargo. —tomó las manos de Enzo e hizo que la mire—. Nunca te pediría hacer algo que no queres, pero si vos no tenes intención en acercarte a él, porque entiendo que tenes una familia y una reputación que mantener, a Valentino le conviene seguir viviendo en esta burbuja, porque el no tiene la culpa de las cagadas que yo me mande, Enzo.

— Valentino es mi hijo, Sabri. —acarició las manos de Sabrina con suavidad y sonrió—. Es nuestro hijo. Así como no puedo hacer nada que te lastime a vos, tampoco puedo hacer algo que lo lastime a él, entiendo que hace seis años que el lleva una vida muy diferente a la que se le viene ahora, pero el es mi hijo, así como también es hijo de Toto y el merece saber la verdad. —Sabrina asintió con una media sonrisa al igual que el.

— Apenas lleguemos a Portugal se lo voy a decir. —Enzo asintió y se levantó del sillón para irse.

— Yo se que si. —emitió desde la puerta y se fue un segundo después.







Hola mi gente, cómo les va? Aquí tienen por lo que tanto han esperado, espero que les guste y que cómo siempre haya estado a su altura y/o expectativas.

Dejen sus comentarios y votos por favor, díganme que les pareció que es muy importante para mi, y también me gustaría saber cómo piensan ustedes que sigue esta novela, a la cual le quedan pocos capítulos.

En otras noticias, me acabo de enterar (en su ayer) que en netflix está toda la saga de Power Rangers, no soy más feliz porque no puedo. Nada eso, voten y comenten, les amo.

As voltas da vida - Enzo Pérez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora