Toto observa la escena y por un lado se sentía bien al saber que ya no tenía que cargar con el estar ocultando algo como eso, por el otro le dolía porque para el Valentino era su hijo, pero el sabía bien desde el principio que en algún momento toda la verdad saldría a la luz.
Valentino estaba sentado en el sillón, blanco, enorme que Sabrina había colocado en el living, miraba a su madre y a la persona que estaba a su lado sin entender.
¿Como se le explicaba a un nene de seis años que el que el creía que era su padre, no era su padre? ¿Como le explicaba a un nene de seis años que su padre era la persona que estaba sentado a su lado?
Sabrina miraba a Enzo y el le devolvía la mirada de no saber cómo arrancar el tema, Valentino jugaba con sus dedos esperando saber porque tenía que hablar a solas con su mamá y con el papá de su amiguito del mundial, cómo había nombrado a Santiago.
Antes de sentarse los dos solo frente a Valentino, Sabrina y Enzo tuvieron una charla extensa y profunda. Enzo fiel a su estilo creía que uno tiene que asumir las responsabilidades cuando se equivoca y aceptar las consecuencias. Por su parte Sabrina, sabía que no podía seguir estirando el tema porque el único propósito con el que lo había hecho era pars que Valentino no salga lastimado, pero Enzo le hizo entender que el único lastimado iba a ser el.
— ¡Enzo! —pronunció Valentino mirándolo con una sonrisa—. ¿Santi vino con vos? —pregunto con inocencia y Enzo negó con una sonrisa, la sonrisa que se había producido en el rostro de Valentino al creer que podía jugar un ratito con su amigo se esfumó y fue donde Enzo dejó la mesita de vidrio en la que estaba sentado junto a Sabrina para ponerse en cuclillas en el espacio que quedaba entre el sofá y la mesa.
— Santi quedó en mi casa, estaba un poco enfermo y no podía traerlo. —explicó removiendo un poco el pelo de Valentino, Sabrina lo miraba con atención—. Pero vos sabes que Santi lo podes ver cuando quieras, solo tenes que avisarle a tu mamá para que ella me avise a mi.
— Pero ustedes están en Argentina, y nosotros estamos acá, porque papá tiene que jugar. —y ese fue el momento en el corazón de Sabrina se rompió porque sabía que estaba a punto de romperle la burbuja a su hijo y también el corazón.
— Valen acerca de eso. —esta vez la que se acercó a él fue Sabrina, se sentó a su lado en el sillón mientras lo rodeaba con un brazo y con su mano libre jugaba con las manos de su hijo. Suspiro y sabía que no podía, no podía hacerlo eso a él. Enzo noto los síntomas de Sabrina y aprovechó para también ponerse a jugar con las manos quien era también su hijo a la vez que tenía un leve contacto con Sabrina que le producía miles de sentimientos, pero principalmente le transmitía tranquilidad. Tomó aire y sacó la vista de Enzo para mirar a Valentino—. ¿Recordas que hace unos días vos estabas triste y yo te pregunté porque? —Valentino asintió.
— Fue cuando la gente decía que papi no es mi papá. —respondió sin darle importancia.
Porqué tal vez el no entendía la dimensión de todo eso, porque su madre lo mantenía en una burbuja de protección desde el día que se enteró que estaba embarazada.
— ¿Y recordas lo que dije yo? —el pequeño volvió a asentir. A todo esto Enzo no emitía una sola palabra, no porque no quisiera, solo porque no le salían, por lo que se dedicaba a mirar a Valentino de pies a cabeza, retratar cuando ríe, cuando arquea las cejas, incluso cuando respiraba con dificultad por el momento, Sabrina tenía un poquito de razón, no le pudo haber salido igual, pero así como tenía cosas de él, tenía cosas de Sabrina, los gestos, las muecas, su forma de ser.
La primera vez que Enzo vio a Sabrina se volvió loco, sin ser tan obvio, la sensualidad de ella fue lo que le llevó a hablarle aquella noche, pero cuando al fin lo hizo supo que con un par de palabras, le gustaba todo de ella, pero lo que más le gustaba era esa semi-sonrisa y cuando se acomodaba los mechones de su largo cabello detrás de la oreja y dejaba ver la variedad de aros que le perforaban el lóbulo, tal como lo hacía ahora.
— Me dijiste que la gente es mala, ma. —respondió—. ¿Enzo, a Santi también la gente lo hizo sentirse mal porque dijeron que vos no sos su papá? —Enzo negó con una sonrisa cálida.
Claramente Valentino relacionaba todo a Santiago, porque el creía que algo le había pasado a él, si no no entendía el motivo de porque su papá estaba hablando con el, el nunca creyó que en quien giraba esta historia era el.
— ¿Vos te pusiste muy mal porque dijeron que Toto no era tu papá? —pregunto esta vez Enzo y Valentino asintió—. Mira Valen, cómo dijo tu mamá recién, la gente dice cosas, a veces mentiras y otras veces verdades, pero son crueles al decirlo, porque no le importa quien pueda salir lastimado. —fue donde miró a Sabrina y ella sonrió con tranquilidad y lágrimas en los ojos—. Hasta incluso a veces uno mismo hace cosas, claro que uno lo hace para proteger a le gente que uno quiere, a la gente que tiene a su alrededor, para ahorrarles un mal momento, cómo lo hizo tu mamá con vos.
Ese fue el momento en el que Sabrina cayó en la cuenta y asintió para proseguir, ya que la mirada de Valentino estaba puesta en ella y solamente en ella esperando que reaccione y le hiciera entender a que se estaba refiriendo Enzo.
Hola gente, cómo les va? Espero que bien.
Bueno acá está el capítulo, quedan unos pocos capítulos para que termine esta novela y me gustaría saber que opinan y que por favor voten (ahre las obligaba) no mentira, pero para mi como pra todas las que escribimos en esta red social es importante pra saber más o menos el rumbo que tiene la novela.
Bueno nada espero que les guste y si así me lo digan, y si no que también me lo digan.
Si alguna tiene la idea de que van a ser una familia feliz, saquen esa idea de su cabeza. Bai los amo.
Leí las 100 preguntas a Enzo que le hizo la nación y dios este hombre me va a matar, en mi casa me van a echar si se enteran así que háganme un lugar en las suyas
PD me fui a la mierda con los caracteres
Continuará...
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As voltas da vida - Enzo Pérez.
Fanfic¿Quién iba a decir que una noche de festejo ocasionaría tantos problemas años más tarde? Claro que ellos no lo sabían, si no lo habrían evitado. ¿O tal vez no? El mundo es redondo y lamentablemente en algún momento los caminos se vuelven a cruzar.