— Se durmió en el camino. —explicó cuándo Sabrina abrió la puerta. Valentino estaba abrazado al cuello de Enzo completamente rendido, se hizo a un lado y dejó que pasara—. ¿Lo acuesto en el sillón?
Sabrina negó—. Veni, tráelo a la pieza, así ya duerme tranquilo. —Enzo asintió y la siguió hasta la habitación, recostó a Valentino en la cama donde dormía su hermana y dejó la habitación para que Sabrina pueda acomodarlo con tranquilidad—. ¿Tomamos unos mates o ya te vas? —pregunto apareciendo después de unos minutos.
— ¿Vamos a discutir si me quedo? —pregunto sonriendo y Sabrina negó con una sonrisa igual a la de el en su rostro—. Entonces si, me quedo.
A los minutos apareció con el termo y el mate en la mano y se sentó en el sillón donde le hizo seña a Enzo para que la siguiera.
— ¿Estás bien, Enzo? —pregunto mirándolo fijo, su rostro estaba apagado completamente, sonreía forzadamente por compromiso. Se debatía entre sí contarle o seguir haciendo como si fuera que nada le pasaba, pero ahí estaba ella esperando por escuchar lo que el decía como si fuera que el tuvo un día malo y ella lo esperaba en su casa para que el se desahogara—. Claro que si no queres, no tenes porque hacerlo.
— No Sabri, tranqui. —respondió rápidamente para que ella no crea que no quería contarle—. Problemas con Florencia. —rápidamente el rostro de Sabrina se apagó y negó—. No te sientas culpable, porque vos no tenes nada que ver. —nuevamente por instinto se acercó a la mano que Sabrina tenía libre y la acarició—. Además de eso, hoy estuve hablando con Tatiana. —claramente Sabrina se inmutó al escuchar eso y lo miró fijo—. Tranqui, que solo ella lo sabe, le parecía raro que tenga tanto interés en Valentino si solo era hijo de un ex compañero y claro que los rumores también la confundieron.
— ¿Del uno al diez, cuanto me odia? —pregunto cediéndole el mate y Enzo negó con una sonrisa, le primera sonrisa sincera en lo que había llegado.
— No te odia, te entiende. —explicó y el rostro de Sabrina se distorsionó—. Según ella, si estuviera en tu lugar hubiese hecho exactamente lo mismo para proteger a su hijo y más si del otro lado había una persona como yo. —hubo confusión nuevamente en el rostro de Sabrina y Enzo volvió a sonreír ni entras le devolvía el mate—. Un jugador de fútbol, Sasi.
— Bueno al menos tu hermana sin saber mucho entiende el porqué de lo que hice. —comentó con una media sonrisa mirando a los ojos de Enzo—. Así como vos tenes que entender que Florencia también lo hizo para proteger a su familia.
— No Sabri, ella quiso protegerse a ella misma, vos no te imaginas de lo que ella es capaz. —una risa con algo de bronca salió de su rostro—. No pensó en ningún momento en su familia, ni en mi, porque o sino me lo hubiese dicho, yo no me iba a enojar si me lo decía, me enojo que me lo oculto sabiendo la delicadeza que necesitaba el tema. —soltó pesado y no le quitó la vista de los ojos de Sabrina—. Lo supo casi un mes, porque si lo supo desde la primera vez que lo vio a Valentino fue antes del primer partido, encima en vez de venir y decírmelo a mi que era yo quien tenía que saberlo, lo ventilo por todos lados.
— ¿Me lo perdonas a mi que soy un cuatro de copas en tu vida pero a ella que es tu esposa, el amor de tu vida, no se lo perdonas? —pregunto sin entender porque con una si y con la otra no—. Realmente no entiendo.
— Vos no sos un cuatro de copas. —fue lo primero que dijo olvidándose de todo lo demás que ella había dicho—. Sabri, está mal que con vos si y con ella no, pero con vos me pasan cosas que ni en todos mis años con Florencia me pasaron. —soltó de repente dejándola atónita—. Con vos me pasa que te perdonaría cualquier cosa, no me preguntes porque, porque no lo sé, vos no te imaginas todo lo que a mi me pesa con solo verte sonreír y si ya se, está mal porque vos sos la mujer de Salvio y yo el esposo de Florencia, está mal, ya lo sé pero no quiero ser reiterativo ni nada de eso, pero ni en todos mis años con Florencia, sentí lo que siento con vos y ni hablar de todo lo que sentí aquella noche. —suspiro pesado y comenzó a llorar sin miedo a que ella lo viera—. No se que me hiciste para que esto esté pasando.
Sabrina dejó el termo y el mate sobre la mesita de video y apoyó la cabeza de Enzo en su hombro sabiendo que todo lo que estaba por decir necesitaba salir.
— Enzo la vida es injusta con nosotros, pero cada uno siguió con su vida, ahora es tarde para retomar eso, vos tenes una familia y yo también, hay chicos en el medio que pueden salir lastimados mas que los grandes si seguimos con esto. —acariciaba con suavidad su cabello y en el fondo le dolía el alma—. Si pasaba esto hace seis años dejaba todo y me iba con vos sin pensarlo dos veces, aunque se que si ahora lo pienso mínimo dos veces, también me voy con vos. —tenía la voz quebrada y la vista perdida en el mate—. Porque bajo cualquier circunstancia me iría con vos, porque me vuelve loca ver cuando sonreís, ver cuando te enojas, ver esa espalda ancha que se enmarca en cualquier remera que uses, pero irme con vos implica dejar todo y ninguno está listo para tirar todo por la borda.
Enzo la miró a los ojos y se arrepintió por no haber ido tras ella cuando sintió que tendría que haberlo hecho, se arrepintió de acobardarse pensando que ella lo iba a esperar para siempre.
— Me voy a arrepentir toda mi vida si no lo hago. —emitió mirándola y ella confundía le devolvió la mirada. Puso sus manos en cada cachete de ella y con lentitud la acercó a él, en el momento exacto que sus labios chocaron los de ella no hubo Florencia, ni Toto ni nada que se interponga, porque ella casi por instinto lo siguió y lo besó como aquella noche, dejo que sus fosas nasales se llenaran con su perfume cuando lo soltó para tomar aire y volvió a besarlo como si no hubiera un mañana—. Solo una última vez. —suplicó Enzo dejando besos en el cuello de ella a los que le era imposible negarse.
— Solo una última vez. —accedió ella sabiendo que si no se pudo resistir la primera tampoco iba a poder hacerlo ahora, y se subió encima de él para besarlo con mejor comodidad.
Porque quienes están destinados, terminando estando con total naturalidad.
Cómo dicen que les va? Que me dicen si les digo que este es el final de la historia?
•
•
•
no es final, pero falta poco, cómo verán tomo el rombo que todos esperábamos que tome (?) o no, pero eso no significa que así termine ahre.
Bye, comenten, voten, puteenme, pero díganme que hacer con esto y vayan a leer mi novela de Borre antes que la mande a borrados.
Me encantan los triángulos amorosos con eso digo todo bye
Las amo
ESTÁS LEYENDO
As voltas da vida - Enzo Pérez.
Fanfic¿Quién iba a decir que una noche de festejo ocasionaría tantos problemas años más tarde? Claro que ellos no lo sabían, si no lo habrían evitado. ¿O tal vez no? El mundo es redondo y lamentablemente en algún momento los caminos se vuelven a cruzar.