Charles dio un giro en su lugar. Feliz de usar el regalo del capitán. Este le había obsequiado un bello vestido rosa, ya que el suyo estaba sucio y roto.
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_ Es hermoso.
_ Te verías mejor sin vestido.
Quizo bromear. Pero también había deseo en su voz. Charles miró al mayor con una media sonrisa. Erik dejo de mirar los objetos en su escritorio y observo como el menor se quitaba el vestido frente a él y quedaba solo en corse y medias.
Era hermoso, pero, pequeño. Demasiado. Nunca había estado con un prostituto tan joven.
_ ¿Cuantos años tienes?
_ Catorce.
_ ¡¿Catorce?!
Pregunto atónito para luego tomar los brazos del menor y que este dejará de aflojar el corsé.
_ Es una buena edad para casarse. Eres pequeño aún como para estar con piratas.
Charles sonrió sonrojado. Él sabía eso. Realmente no quería estar de pirata en pirata. Pero quería estar con Erik. Sentía que había una cuerda guiandolo a él. Eso hizo que dirigiera la espada a la cabeza de la dama de blanco hace una semana atrás. No podían permitir que mataran a Erik. Esa acción arriesgada le permitió la confianza del capitán del barco, el poder quedarse ahí hasta que llegaran a tierra. Los días había sido solo acompañados por el capitán. El omega tenía miedo de salir de la cabina he interactuar con algún alfa. Dormía con el capitán en la misma cama, ambos con ropa. No se tocaban, Erik nunca lo habia tocado.
_ Debes buscar a alguien que sea lindo contigo.
Dijo muy a su pesar Erik. Cruzándose de brazos y colocando un rostro serio.
Charles no hizo caso al ambiente frío que había creado el mayor. Siguió desatando su corsé hasta que este cayó al suelo. Ambos se miraron a los ojos intensamente. Erik sintió un cosquilleo de su pecho a su pelvis con solo mirar la piel del menor.
_ ¿Te desnudas frente al capitán pirata?, Estas demente.
_ No, solo tengo valor.
Dijo Charles caminado hasta el mayor. Quien se encontraba sentado en el asiento de su escritorio.
_ Lo he notado.
Admitió Erik, se sentia extrañamente nervioso. Sintió las pequeñas manos del menor en sus hombros.
_ Eres tan hermoso.
Susurro el mayor. El omega sonrió tiernamente para luego besar los labios del mayor. El beso hacia que ambos hombres sintieran cosquilleos en su interior. Erik se levantó de su silla para luego tomar con sus manos las tibias mejillas del omega y besarlo con lengua. Charles amaba lo que sentia. No había miedo, los nervios se disipaban. Sentia una emoción, excitación por los labios del mayor.
