Pondría un aviso, pero, ¿A alguien no le gustaría imaginar esto?
Lee de Chae; Hoseok
Ahí estaba yo en el mullido sofá, con dos grandes pies puestos en mi regazo mientras masajeaba con un poco de loción humectante sus pantorrillas y tobillos inflamados. El otro chico, andaba en un suéter gigante y shorts mientras apoyaba un bol de patatas en su ahora prominente estómago donde se encontraba nuestra o nuestro "cachorrito".
Esos cuatro meses y medio de embarazo lo tenían demasiado hermoso, su piel se volvió tersa, su cabello sedoso y su actitud es más mimada que nunca, pero eso también lo volvió un poco más irritable de costumbre él decía que era mi culpa cada uno de sus vómitos, dolores, mareos, el hambre incontrolable junto con los antojos fieros y por eso me tenía que encargar de ellos. Pero la verdad me alegraba hacer esa tarea porque, ¿Cómo decirle no a esas mejillas rellenitas y sonrientes, de un color rosa que me manipulan a la par que hacía ojitos para ir por sus poco agradables patatas con sabor a camarón? Es imposible.
Yo juraba que esto nunca iba a pasar cuando era joven y alocado. ¿Matrimonio? ¡Shin Hoseok no estaba para eso!, ¿Hijos? Dios, líbrame...
Pero ahora...a quien engaño, dos años de casados se pasaron volando, y esa emoción al tener la sospechas en el mismo momento que vimos ese bulto poco normal bajo su ombligo que terminó siendo las 6 semanas de nuestro pequeño cachorro no se compara con nada.
Lloramos, mucho, no lo esperábamos, no creímos que Hyungwon podía tener bebés por sus duras enfermedades cuando era más joven que mataron el desarrollo normal de su bolsa, Pero ya siendo un hombre de 28 años y con todas las pruebas en contra lo consiguió, bueno conseguimos poner en esa pancita el fruto del amor que ahora crecía muy saludable y yo no podía enamorarme más de él en cada revisión y Hyungwon está igual.
Yo puedo entretenerme horas solo tocando la curva que se hace en su abdomen deseando que mi bebé esté muy cómodo en el interior de su Papi, yo quisiera poder cambiar lugares con Hyungwon en los momentos más duros como lo son los dolores de espalda, o cuando sus pies se inflaman solo permitiendo que ande en pantuflas por la casa y sin contar las náuseas de madrugada hasta el cuarto mes donde yo solo podía tomar su mano y acariciar su espalda para luego secar las lágrimas de sus cansadas mejillas luego de las sesiones de minutos vomitando, lo tomaba en mis brazos y lo dejaba en la cama para abrazarlo hasta que se quedará dormido plácidamente.
Ahora en esta etapa es lo mejor de lo mejor, no hay mareos. Su ropa poco a poco fue cambiando de su estilo oscuro y refinado, ahora poder ver a Hyungwon con overoles claros con suéteres color pastel luciendo más que orgulloso a nuestro bebé sin tener que ocultarlo bajo ropa ancha, yo los cuido, muy bien...bueno quizás un poquito de más, pero Hyungwon no me ha permitido envolverlo en papel de burbujas, no aún.Chae de Lee; Hyungwon
No me aprovecho de mi lindo esposo, pero él puede atarme los zapatos más fácil, nuestro bebé no me deja doblar muy bien que digamos... Me encanta ver la ilusión en su rostro y no puedo evitar las ganas de llorar cuando veo la cantidad de alegría que nos trajo a nuestro aposento la pequeña criatura que está hecha bolita en mi vientre, pero no soy yo...Son mis hormonas.
Yo la verdad tuve sospechas de antes, estuve muy pendiente del embarazo de mi hermano y compartimos el primer síntoma la hipersensibilidad; ¿¡Por qué no recordaba que Bambi era tan triste!?, ¿¡Por qué nadie me avisó de la muerte de Mufasa!?.
En ese momento cuando estaba hecho un desastre de lágrimas, pañuelos y comida en el sofá me llegó de golpe la imagen de Minhyuk y me enderecé en mi asiento con el corazón acelerado, casi como una epifanía. ¿Podrá ser? Me habían dicho que había muy pocas probabilidades, pero dicen que como padre lo puedo sentir... ¿Verdad?, no me quiero emocionar aún y menos ilusionar a Hoseok que sé que quiere esto con ansias, voy a esperar.
(...)
Yo lo voy notando, usualmente no soy así, y tengo miedo. ¿Hoseok aún querrá bebés?, ¿Y si estaba tranquilo y ya había asimilado y cambiado sus planes porque no podíamos ser padres?... Hyungwon no pienses en eso, él no es así, no lo es, ¡no lo es!.
Yo siento acá algo en mi interior, lo sé bien...¡Hyungwon deja de llorar! Me voy a deshidratar si sigo así...
(...)
Estaba tan seguro que ya me había comenzado a tomar fotos para notar cambios de mi estómago y si creció... ¡Si crece! Cree muy bonito, Hoseok no sabe qué hacer conmigo y menos con la criatura, sé que me ama y ama al bebé. Pero bebito...¿No fue si no contarle a Papá Hoseok que venías en camino para que manifestaras como agua en sequía?
No recordaba que Minhyuk vomitara tanto...
Me duelen los pies...
Quiero comer...
Ahgggg Hoseok... Ayúdame.
(...)
A ver dime mi koala... ¿Estas calientito?... bueno, quizás si no me subiera el suéter para mirar mi panza al espejo lo estarías más... Pero quiero hablarte ¿Está bien mi bebé?.... A ver, ¡ahora contesta con una patada!... No... Nada ¿Cuándo bebé? Quiero que te muevas me siento solo mientras papá trabaja.
(...)
—Mira mi koalita, ¿Quieres vestir como papá Wonho?— Le hablé a mi reflejo, mirando unos pequeños zapatitos que Hoseok había traído de su viaje a Japón donde nos compró ropa en conjunto a todos.
Se movió... ¡Ya voy a llorar de nuevo!.
—Bebé, te quiero mucho— me retiré la camiseta y me pare frente al espejo para apreciar de nuevo ya por fin mi pancita suficientemente grande para usar como mesa para mis dulces.
Tomé una foto y dejé que saliera la polaroid para luego ponerla en la caja donde guardaba todo el proceso.
(...)
—Bebé, ¡llegó papá Hoseok! ¿Te vas a mover y le dirás hola?— Lo sentí de nuevo y abracé mi cuerpo mientras sonreía.
—Amor... ¿Cómo te fue?— me paré en la entrada mientras caminaba del ascensor a la puerta.
—Me fue muy bien, pero te extraño en él trabajo...— Habló con un puchero y no pude aguantar el tomarle de las mejillas y besarle.
—¿Cómo está mi pequeño koala?— Entramos a la casa y Hoseok se arrodilló para quedar a la altura de nuestro ya confirmado, futuro hijo.
—Bebé ya sé que le puedes decir hola a papá, no seas perezoso— Hoseok puso su mano y acarició hasta que lo sintió...el bebé se movió bajo su tacto, tan ligero pero lo hizo, ya cada vez mostraba más que estaba con nosotros y nosotros cada vez ansiamos más el apreciar a nuestro pequeño koala entre nuestros brazos.