OS °sᴡᴇᴇᴛ ɢɪғᴛ°

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El tiempo lejos de su amado era eterno, una semana con el otro de viaje en una de las pasarelas más exclusivas de Roma como diseñador no era lo mejor, maldecía el momento en que su pie perdió la fuerza y se dobló consiguiendo un esguince que hizo que no pudiera estar con su novio, bueno más recientemente prometido, siendo uno de sus modelos como llevaba los últimos ocho años haciendo pero ahora estaba en casa, aburrido y tirado en el sofá.
No podía hacer mucho con su tobillo envuelto con una venda blanca, ya caminaba normal pero estaba lejos de salir a correr o hacer ejercicio así que solo podía aburrirse mientras veía las malas transmisiones de las pasarelas muriendo cada que la cámara enfocaba al mayor siendo tan caliente como siempre, le extrañaba como el infierno era su compañía siempre, además que todos sus amigos por estar en el gremio también estaban al otro lado del mundo.

Cuando se aproximaba el momento de las pasarelas de su prometido podía derretirse cada que le entrevistaban, se veía tan serio pero con una sensibilidad completa a la hora de explicar cada detalle y conociendo su modo de trabajo sabía que no eran meras palabrerías, le encantaba ese aspecto tan apasionado y detallado con el que hacía las cosas a pesar de que era todo lo contrario a como era su comportamiento pero si llevaban diez años de conocersen y ocho años de estar saliendo era por algo.

"Era por algo", miró su mano donde relucía su argolla de platino bien fija en su dedo anular, en la pantalla podía ver la copia de su anillo en la mano del reconocido diseñador que era su compañero de vida cuando se quitaba sus camisas caras y su cabello se volvía una maraña al ser atacado por sus largos dedos, sonrió con cierta nostalgia hasta que su cabeza comenzó a divagar por aspecto menos sentimentales, llegando a los recuerdos de las noches juntos, probablemente si hubiese viajado con el mayor en un par de horas estaría siendo follado con una buena vista a Milán como manera de celebrar de culminar otro evento con éxito, pero no. Ahora estaba en el sofá, con ropa vieja del mayor y viendo a su prometido a miles de kilómetros de distancia, aburrido y esperando desde hace 25 minutos que llegara la pizza que había encargado...

(...)

6 horas de diferencia...
Podía aprovechar que a las cuatro hora en Milán sería su momento de almuerzo, podría darle el postre al mayor, aún a la distancia. No sería igual que una noche romántica contra un ventanal con unas vistas espectaculares pero estaría más que satisfecho consiguiendo una reacción de la contraparte que sabía que no tardaría en suceder.

Se hizo su rutina de autocuidado para que incluso a través de una foto o un video su piel se notase suave, buscó en uno de sus cajones más escondidos los encantadores arneses que su mismo novio le había diseñado como manera para cumplir algunas de sus fantasías...

Imagen de referencia

Se paró frente al espejo y retiró la bata de baño que cubría su cuerpo, comenzó a abrochar broche por broche el arnés que abrazaba las curvas sutiles de su delgado cuerpo, era un poco complicado hacerlo solo

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Se paró frente al espejo y retiró la bata de baño que cubría su cuerpo, comenzó a abrochar broche por broche el arnés que abrazaba las curvas sutiles de su delgado cuerpo, era un poco complicado hacerlo solo. Igual cuando lo usaba como manera de sorpresa también estaba cerca de diez minutos ajustando cada trozo de cuero a la perfección para volver loco al mayor que en esos momentos perdía su delicadeza y se llenaba de una completa lujuria.
Cuando terminó de hacer eso se miró en el espejo de nuevo sintiéndose orgulloso de su físico y de cómo se veía con ese arnés, tan recio por el cuero y con tales propósitos pero que en su cuerpo se lograba ver fino y elegante.
Buscó unos boxers negros para así no sentirse incómodo mientras terminaba de acomodar las otras cosas.
Acomodó el trípode para el teléfono, enfocó la cama desde el costado y revisó que capturara con la distancia justa todo lo que sucedería.
Regresó a su cajón y de una pequeña colección de juguetes sexuales, algunos para usar en pareja y otros en solitario. Tomó uno de los que menos uso le daba desde que vivían juntos, un dildo de unos 20cm, lo tomó en su mano mientras ideaba la manera de acomodarlo en donde quería que estuviera fijo, después de unos minutos regresó al cajón y tomó una cuerda roja que usaban de vez en cuando y se fue a buscar una funda de almohada extra. Le puso la funda gris a su propia almohada porque con lo quisquilloso que era su prometido no quería arriesgarse a un reclamo.

°Hyungwonho things°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora