.Alyson.
Me encuentro sentada en un sillón grande y negro. Estoy en el consultorio de el "mejor psicólogo", es una babosada, ni que estuviera loca.
Es consultorio es grande, hay un escritorio y dos sillones, repisas llenas de libros y sobre el escritorio una computadora, al lado mío hay una mesa con un jarrón lleno de flores.
Cuando pase el psicólogo me saludo amablemente, idiota. Es un hombre alto y con los hombros anchos, piel palida, cabello gris, bien peinado, limpio y con un traje muy formal. Me dijo que lo esperara sentada mientras el hablaba de algo con Samantha.
Pasan como unos cinco minutos y el pasa al consultorio, me mira y me dedica una amplia sonrisa.
-Hola linda, creo que no me presente correctamente, soy Marco, Marco West-dice con una voz cálida y amable y me extiende la mano como para saludarme. Yo le quedo callada, seria, y no recibo su saludo.
-Bueno Alyson, no importa si no me saludas, iremos de poco en poco, ¿va?-
No le respondo, ni lo miro a los ojos, pero el sigue sonriéndome, hipócrita inútil.
-Empecemos con algunas sencillas preguntas, ¿cuantos años tienes?-
No le contestare, no le hablare, ¿por qué? Por qué no me merezco estar aquí. Y por que los psicólogos lo único que buscan es una cosa: el dinero. Se hacen los interesados, son amables, hacen que los quieras pero son una bola de hipócritas por que lo único que quieren es tu dinero.
-Nena, te hice una pregunta.-
Lo miro a los ojos, con mi mirada fría y seca intentando le decir que lo odio.
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El trato.
RomanceQuerida mamá: Jamás hago esto, y sinceramente, se me hace una idea bastante estúpida, "escribirle una carta a tu difunta madre", pero.. necesitaba desahogarme, y no tengo a nadie para hacerlo. ¿Por qué necesito desahogarme? Por ella. Por qué fui es...