Capítulo 6: Sonrisas y pensamientos de felicidad.
"Siempre es incomprensible para un hombre que una mujer rechace una oferta de matrimonio." —Jane Austen.
"Vamos gente, ¿quién se negaría a casarse conmigo?" —Draco Malfoy.
"¿Por qué Draco Malfoy me pediría que me casara con él? Por supuesto, yo diría que no." —Hermione Granger.
. . . . .
Hermione se olvidó de Draco y de sus besos y corrió la puerta que unía las dos habitaciones. Se encontró a su hija, de pie frente a ella, con la mano en el pomo de la puerta y llorando escandalosamente. Su niñera estaba detrás de ella con una mirada tierna en su rostro. Hermione no le preguntó a la niña qué sucedía, ni le reprochó haber entrado en la habitación sin llamar. En cambio, ella la tomó en sus brazos y se sentó en el borde de la cama, meciéndola.
—¿Qué pasa, cariño? —preguntó Hermione.
Ingrid entró en la habitación y dijo:
—Estaba saltando en la cama a pesar de que le dije que no lo hiciera, y al final se cayó.
—Oh, ¿te hiciste daño? —preguntó Hermione mientras examinaba su cuerpo buscando lesiones o moratones.
Draco se acercó a la cama, preocupado por alguna extraña razón. No estaba seguro de por qué.
—No se ve herida —dijo en su infinita sabiduría. Miró a Ingrid y le preguntó—: ¿Sabe por lo menos en qué consiste su trabajo? ¿No está obligada a vigilar a la niña de vez en cuando? ¿Estaba dormida otra vez?
—Sh, Draco —dijo Hermione, mandándolo a callar—. ¿Qué pasa, Alice?
Ella continuó acunando a su hija en su regazo, y finalmente Alice dejó de llorar. Entonces la niña dijo:
—Caí sobre mi casa de juegos y ahora está rota, mamá. Se hizo pedazos. No podemos solucionarlo —balbuceó mientras comenzaba a llorar de nuevo.
Algo se agarró al corazón de Draco mientras observaba la escena entre madre e hija. Hermione sostenía a la niña rubia en su regazo, le decía palabras tranquilizadoras, la mecía hacia adelante y hacia atrás... y en ese instante un pensamiento extraño lo golpeó con fuerza... "Eso es mío. Me lo merezco. Voy a conseguir tenerlas". No era una sensación vaga o un pensamiento fugaz de algo que quería tener algún día con alguien a quien todavía no conocía. Él lo quería ya, y con ellas.
Hermione miró a Draco y sonrió. Él entendió esa sonrisa perfectamente, aunque no sabía cómo. Se dirigió a la otra habitación sólo para regresar un momento después.
—Señorita Alice, ¿me acompañaría a su habitación?
El rostro de Alice estaba oculto en el pecho de su madre. Ella negó con la cabeza. Hermione se puso de pie, acunado Alice mientras la llevaba a su dormitorio. Hermione señaló la casa de juegos y dijo:
—Mira cariño, está como nueva otra vez. El señor Draco ha usado la magia y la ha arreglado muy bien —la niña dejó de llorar y miró hacia la casa. Luego colocó la cabeza sobre el hombro de su madre. De repente parecía un poco tímida—. ¿Qué se le dice a Draco, Alice?
—Mamá dijo que no se puede usar la magia en casa, señor Draco —dijo Alice en voz baja. Hermione rió y Draco se encontró con las comisuras de sus labios hacia arriba formando una sonrisa.
—Yo no tengo que obedecer lo que dice porque ella no es mi mamá —replicó Draco. Estaba de pie cerca de la madre y la hija. Él puso una mano en la espalda de Hermione, y la otra en la de Alice. Se encontró con que estaba frotando ambas sin darse cuenta.
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A Marriage Most Convenient
RomanceHermione Granger ya había tenido un mal matrimonio y realmente no estaba buscando otro. Sin embargo, cuando su marido la dejó, también le dejó un montón de facturas y créditos que pagar. Si quería mantener su empresa y su casa debía hacerse con algo...