Capítulo 8: Las mentiras son solo verdades que aún no se han hecho realidad:
"Ser aficionado a bailar era un paso para enamorarla." —Jane Austen.
"Creo que me enamoré de ella la primera vez que bailamos." —Draco Malfoy.
"Se podría decir que enamorarse es similar a la danza, se empieza lento, va creciendo y luego termina en una reverencia." —Hermione Granger.
* * *
Draco sabía que si anunciaba su compromiso con esa mujer a la que no había visto en años, y con la que apenas había tenido contacto desde la última vez, los miembros de su familia (mamá y papá) lo mirarían como si se hubiera vuelto loco. No le importaba. Él sabía que ciertas personas en la sala (como el estúpido cabeza rajada, también conocido como Potter) podrían querer hechizarlo, ya que no lo encontrarían lo suficientemente bueno para ella. Tampoco le importaba. Él sabía que algunos de los presentes no creerían que fuera verdad (todos los demás), porque no había manera de que Hermione Granger y Draco Malfoy tuvieran una cita, mucho menos que fueran a casarse. No le importaba.
Sabía que al menos una persona pensaría que todo aquello era fingido (Hermione), y ni siquiera podía preocuparse por eso tampoco. Él sólo se preocupaba por lo que quería. Lo único que le importaba, lo que él pensaba que era correcto. Había estado esperando durante años a un fantasma, a su mujer misteriosa... siempre había mantenido la esperanza de que reapareciera y lo salvara de perderlo todo. Ahora ya no tenía que esperar porque alguien le iba a ayudar con eso, y era incluso mejor porque al menos conocía a Hermione, que estaba ahí junto a él en carne y hueso y en toda su gloria. Él ya tenía una especie de historia con ella, tal vez una un tanto aburrida, pero incluso algo loco con ella era mejor que no tener nada en absoluto, y al menos un matrimonio con ella podría parecer algo plausible para todos los invitados... aunque no es que una cosa así le importara a lo más mínimo.
Así que él sonrió y le dijo a Flint:
—Da la noticia, amigo.
Marcus sacudió la cabeza.
—¿Estás seguro? ¿Estás cien por cien seguro? —miró a Hermione—. Granger, éste es Malfoy. ¿Estás en tus plenas capacidades mentales ahora mismo? Acabas de volver al país, pero te aseguro que no ha cambiado ni un poquito durante tu ausencia.
—Maldita sea, deja de hacer el idiota y anuncia mi compromiso de una vez —Draco agarró la mano de Hermione firmemente con la suya. Al mirarla parecía algo pálida. La vio tragar saliva. Estaba temblando ligeramente—. Ánimo, Granger, no vamos a la horca después de todo.
—Tienes razón, Draco —respondió ella—. Además, es sólo una estratagema, ¿verdad? Sólo te estoy ayudando con una situación difícil. Puedo hacerlo. No soy una cobarde —cuadró los hombros y sonrió.
Draco dejó escapar una pequeña risa maníaca porque sabía que él sí que era un cobarde y que aquel compromiso no era falso en absoluto.
—Hazlo, Flint, ahora —quería que su amigo se diera prisa antes de que Hermione volviera en sí y se diera cuenta de que estaba jugando con ella.
Todo el mundo los miraba a medida que se mezclaban con la gente y un murmullo empezó a inundar la habitación. Marcus levantó las manos y dijo:
—Gente, como todos sabemos este baile y banquete se ha llevado a cabo por una razón muy específica, aunque hemos mantenido dicha razón en secreto para la mayoría de vosotros hasta ahora. Draco Malfoy me ha pedido que comparta con vosotros algunas buenas noticias. Él quiere que todos se unan a su alegría por el anuncio de su compromiso con Hermione Granger. Que todo el mundo agarre una copa de champán y me ayude a felicitar a la feliz pareja.
ESTÁS LEYENDO
A Marriage Most Convenient
RomanceHermione Granger ya había tenido un mal matrimonio y realmente no estaba buscando otro. Sin embargo, cuando su marido la dejó, también le dejó un montón de facturas y créditos que pagar. Si quería mantener su empresa y su casa debía hacerse con algo...