CAPÍTULO 26. Miss Rebeldía.

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        Fueron pasando los días, las semanas, los meses, y el tiempo en el que Theisy se quedaría en París, había terminado; hay que resaltar que desde que Natalie descubrió que había encontrado a su tío y a su hermana de sangre, la relación entre ellas dos no ha sido muy agradable

        Además de que Natalie se encontraba ocupada con su trabajo, y casi no hablaban, ella sentía que su madre la estaba evitando, no estaba segura de eso, pero por su forma tan inexpresiva de comunicarse con ella y por la manera tan seca y fría en la que le hablaba, parecía ser evidente. Theisy no sabía porque Natalie hacia esto. Pensaba que tal vez lo hacía porque ella creía que ya no la quería, o que se olvidaría que alguna vez fue su madre, pero no era así, Theisy nunca la dejaría de mirarla como su mamá.

        Adrien ya estaba de alta, sin embargo seguía de reposo en casa hasta que la herida cicatrizara por completo; las chicos, y sobre todo Marinette, venían a verlo con constancia, cuando el Sr. Agreste lo permitía. Pero como Theisy vivía con él, siempre que ella quería hablaba con su mejor amigo.

─ Adrien, no lo sé, es que se siente tan extraño; nunca en la vida mi madre me había tratado así y... la verdad es que es muy incómodo – menciono Theisy.

─ Dímelo a mí, te entiendo perfectamente; pero me parece que es algo muy raro de parte de Natalie, creí que lo entendería – dijo Adrien.

─ Yo pensé lo mismo, y creo que es por eso que me frustro; pero creo que ella está así porque cree que me voy a olvidar de ella y que el lugar que ella tiene en mi vida ahora se lo daré a otra persona.

─ Y... ¿eso es verdad?, ¿dejaras que otra persona ocupe su lugar en ti?

─ No Adrien, ¿cómo crees eso? Yo amo a mi hermana, estoy feliz de haberla encontrado y de saber que tengo un tío... de verdad es algo maravilloso para mí y estoy agradecida por haberlos encontrado... pero también amo a mi mamá, y a mi papá; es decir, ellos estuvieron conmigo todos estos años, me educaron, me criaron, me alimentaron, me amaron, ellos también forman parte de mí y eso no va a cambiar nunca. – dijo Theisy después de haberse sentado en la cama de Adrien.

─ Claro, así debe ser. – dijo el sentado en la silla de la mesa de su computadora.

─ Quisiera hablar con ella antes de...

─ ¿Antes de que te vayas?

─ Si, antes de que me vaya el fin de semana.

─ Bueno, hoy es miércoles, todavía tienes algo de tiempo.

─ Pero la verdad Adrien es que no me quiero ir; quiero quedarme aquí en París con Zaruy y mi tío, quisiera quedarme aquí con ustedes.

─ Bueno pero tranquila; desde hace tiempo estas deseando quedarte aquí y ya te dije lo que tienes que hacer al respecto.

─ Bien, lo voy a intentar.

        Como siempre tuvieron una larga charla, comieron un helado y después de ver una película juntos, Theisy se fue a su habitación para acostarse a dormir; recibió una llamada de Zaruy, quien estaba en una pijamada con Marinette y Alya. Se escuchaban contentas las tres.

        Zaruy la saludo con mucho aprecio, indicándole que la quisiera junto a ella en esa pijamada, las chicas también querían que ella estuviera hay y hablaron por más de diez minutos. La razón por la que no pudo ir, era porque tenía cosas que empacar y preparar para el fin de semana, el Maestro Fu también estaba al tanto de eso deseando que Theisy solo hiciera lo que su madre Natalie le ordenara. Pero ella no quería marcharse, y con solo pensar en regresar a Montpellier le molestaba mucho. La verdad no se sentía bien allá.

Wolfina y el Miraculous del DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora