Diario de una chica fantasma

Capítulo IX

"Eres como un ángel
Tu piel me hace llorar

Flotas como una pluma
En un hermoso mundo
Desearía ser especial
Eres muy especial

Pero soy insignificante
Soy un bicho raro
¿Qué rayos estoy haciendo aquí?
Si no pertenezco aquí

[...]

Quiero que me notes
Cuando no estoy cerca
Eres muy especial
Desearía ser especial"
-Creep.

Bueno, lo prometido es deuda.

Cabe aclarar antes que lo que relataré a continuación tal vez no sea cosa del otro mundo para ustedes, pero para mí, una chica fantasma lo es todo.

En varias ocasiones lo pesqué mirándome a la distancia. A veces pienso que son sólo sugestiones o rollos en la cabeza.

¿Saben? Creo que la soledad es un tipo de alucinógeno, te hace desvariar, te transporta a un mundo donde todo es perfecto, te hace pensar que todo está bien.

Y de pronto, llegas a razonar que toda la gente está contra ti, hasta puedes imaginar, así como yo que hay quienes te idealizan como algo especial.

También pienso que sería bueno ver al doctor.

Vale, vale. Dejemos tanta palabrería y a lo que vinimos.

Al poco tiempo descubrí que teníamos más amigos en común.

En una oportunidad dichos amigos, imaginen esto ¡Por primera vez me invitaron a una fiesta!¡Saben lo que significa eso! Bueno, al menos para mi, claro.

Tenía un presentimiento

¡Y se cumplió!

Allí estaba Erick, sencillo como siempre pero radiante como nunca.

Deseaba que me concediera una pieza.

Lo deseaba tanto que me saboreaba el momento.

Y pasó el tiempo.

Esperé, y esperé pero no hubo nada

¡Ahora si me quería desaparecer!

Veía como sin problema iniciaba con las demás chicas. A mi solamente me observaba, incluso lo hacía con mis pasos de baile.

Entonces ocurrió algo que fue a mi parecer insólito.

¡Es que lo pienso y me surgen cada vez más dudas!

Él está con uno de sus amigos allí sentados conversando, y yo estaba de pie mirando a las parejas que estaban bailando.

Les digo que como fantasmas tenemos de capacidad de ser vigilados y estar en varios lados a la vez pasando desapercibidos.

Por un ojo miraba cómo Erick y su amigo tenían una pequeña discusión.

Y de pronto empecé a oír que alguien me llamaba por mi nombre. Al principio no hice caso, pero después de tanta insistencia volteé a mirar.

- ¡Hey ....! No te quedes ahí parada, ven a sentarte- exclamó su amigo.

Estaba impresionada ¿Cómo era posible que?... No, no otra vez. Vale, vale, fui a sentarme pero lo curioso del asunto es que Erick no me dio el asiento ¡Fue su amigo!

Entonces me quedé al lado de Erick mientras él le hacía un gesto de aprobación a su compañero.

¡Por fin! ¡Lo que había soñado toda una vida! Ahora hablaremos miles de horas, saldremos a pasear, no haremos novios, nos pasaremos, tendremos tres hijos...

¿Qué?

Hmm bueno, no pasó exactamente así.

Estaba a su lado, pero nunca cruzamos miradas ni hablamos, sólo nos quedamos allí. El paso del tiempo era perturbador hasta que él se fue.

Me sentí como nunca lo había hecho, tal vez si yo...

No. No es verdad.

Les explico, los fantasmas tendemos a ilusionarnos con una mirada, o incluso con un "cuídate".

¡Soy tan tonta!

¿Alguien así podría sobrevivir en este mundo?

-L.C.F