Capítulo 1 | El inicio

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Perséfone se encontraba en los Prados Asfódelos cerciorándose de que los muertos bebieran agua del rio Lethe para que los residentes perdieran su identidad y convertirse en seres sin conciencia; usualmente era así de fácil, las almas buscaban un n...

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Perséfone se encontraba en los Prados Asfódelos cerciorándose de que los muertos bebieran agua del rio Lethe para que los residentes perdieran su identidad y convertirse en seres sin conciencia; usualmente era así de fácil, las almas buscaban un nuevo renacer, pero al igual que todo había sus excepciones que tenían que solucionarse. Hoy por ejemplo el alma de un hombre alborotaba el orden de la inmensa e inagotable fila. No importa cuan rico o poderosa fueses en vida, cuando llega el momento de llegar al purgatorio no hay excepciones.

Kore o Perséfone como ers mayormente conocida siendo reina del Dios del inframundo ayudaba a gobernar y separar las almas condenadas de los virtuosos a lado de Hermes, sin embargo pronto subiría con su madre Deméter y la sola idea ponía sus sentimientos en una encrucijada, a diferencia de lo que el resto creía, ella amaba a Hades.

La historia catálogo a dicho dios como el tío incestuoso que rapto a su propia sobrina, no obstante por voluntad propia fue a su lado y había comido del fruto que la condeno al inframundo. Condenar no aplicaba en sí para ella, la diosa lo vio como una oportunidad para permanecer a lado de su tío y amado.

Con el tiempo en el Olimpo... Zeus recibía los reproches de Ninfas, Dioses y semidioses argumentando que Hades perdía el toque para gobernar en el inframundo, dejaban ver su desaprobación en cuanto a Perséfone, decían que ella había ablandado a uno de los Dioses más fríos y crueles.

Zeus escuchaba sin decir nada, pero en algo estaba de acuerdo, necesitaba que el inframundo volviera a su gobierno de hierro, quería a su hija, como quería al resto, pero había pactado con Hades y Deméter el acuerdo que involucraba a Perséfone en el mundo de los muertos, romperlo no sería trabajo fácil así que debía manejar el asunto con cautela buscando un chivo expiatorio.

En su trono su mente maquinaba un plan para poner fin a todo, estaba harto de escuchar quejas e inconformidades, pero también tenía que ser cuidadoso, Deméter ya había amenazado la vida floral de la tierra, no podía simplemente actuar a sus espaldas, con un plan en marcha mando llamar a su hermana, en cuanto llego al Olimpo, esta miró seriamente a Zeus quien fue directo al grano.

—Perséfone tiene que morir— sentenció sin ápice de remordimiento

Deméter no daba crédito a lo que escuchaba ¿por qué quería asesinar a su amada y preciada hija? Sin guardarse nada, habló, gritó y exigió una explicación. Bastó que Hades fuera mencionado para plantearse que no era tan mala idea, pero no permitiría que el alma de su hija quedara naufragando en el mar de los muertos.

—Nunca estuve de acuerdo con que mi hija se quedara en el inframundo, lo acepté por que ella así lo quiso, además ella había probado ya de la granada, si permitir que Perséfone muera, la libera de nuestro hermano—Demetér suspiro con pensar antes de continuar— que así sea, pero no dejaré que el alma de mi hija vague, merece un inicio, merece la reencarnación.

Zeus la miró con incredulidad, pero si se negaba estaría entre la espada y la pared, así que accedió a la petición de Deméter, ahora solo debía evitar que Hades se enterase y llegar a un acuerdo con los jueces del inframundo.

Perséfone subió a la tierra con su madre de acuerdo al pacto, sonrió al verla mientras la estrechaba en brazos, pero su corazón dolía por la próxima larga espera, seis meses que serían tan largos y deprimentes sin su amado.

Siguiendo las palabras de Zeus, Deméter llevo a su hija a los campos Enna para juntar algunas flores, argumentando que iría a otra sección del campo dejó a la joven sola, la cual casi al instante fue atravesada por una flecha venenosa. La joven Diosa cayó agonizante en medio de las flores recién cortadas, nunca Imaginó que su final sería causado por su propia madre ¿cómo lo supo? Mientras sus ojos se cerraban lentamente visualizo a la Diosa de la agricultura que permanecía como espectadora sin hacer nada por salvarla, pero lo que más le atormentaba, era no decir adiós a su esposo, esperaba al menos que su alma se despidiese de él en el inframundo.

Zeus escuchó de primera mano que todo había salido según lo planeado, ahora necesitaba alejar a su hermano de su reino con cualquier excusa, los jueces ya tenían claro como proceder, y Hades sabría la noticia demasiado tarde. Zeus mandó un recado al inframundo a lo que poco después tenía delante suyo a el Dios del inframundo.

—¡Hades! ahora que mi hija esta con su madre, deberías pensar seriamente en tomar otra mujer, siempre es bueno tener un repuesto.

Sí, era algo estúpido de decir, era una conversación sin sentido, pero solo necesitaba tiempo, y así fue, mientras discutían, Hermes subió al Olimpo acercándose temeroso de la reacción de Hades. Dio la noticia no solo del fallecimiento de su reina, si no también, que no había encontrado su alma, mencionó que tal vez, esta había desaparecido por la eternidad.

Hades estalló en una a letanía de improperios y bajó al inframundo ignorando a su hermano, buscó en cada rincón sin éxito, por primera vez un lágrima deslizo por la fría mejilla del señor del inframundo, nunca más volvería a ver a su amada Perséfone, o al menos eso creía.

"Te encontraré" © (Hades&Perséfone) #1MGA [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora