Capítulo 24 (Hades)✔

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Habían pasado varios días desde aquel fatídico día en donde pensé que la perdería, por suerte hoy es solo un mal recuerdo. Siendo honestos ¿qué esperaba? Soy consciente de la efímera vida de los humanos, y aunque le ofrecí hacerla inmortal, se ha negado. Argumenta que era hora de dejar correr el destino, mucho se había alterado ya. Terminé por respetar su respuesta, así que aprovecharía cada uno de sus días.

—¿Que haces?

—¡Eh! Nada, solo buscaba algo, pero puedo hacerlo después, ven aquí.

Cerré de golpe el cofre negro con joyas, claro que buscaba algo, era muy importante, pero aún era un secreto. Dando unas palmadas en mi pierna la observe acercarse lentamente y posar sus redondeadas nalgas sobre mi regazo.

—¿Sabes que estas riquisíma?

—¿Riquisíma? Creo que estar mucho tiempo con Afrodita te hace imaginarme como un pastelito.

—Bien puedo saborear tu cuerpo gustoso ahora mismo, un poco de crema batida por aquí...

Llevé mis labios a su cuello que claramente le causaba cosquillas ya que se ha reído. Mi mano de deslizo entre su falda hasta sus muslos, las yemas rozaban sus bragas, que si mis sentidos no fallaban, era encaje.

—Quiero tumbarte ahora mismo sobre este escritorio y hundirme en ti.

—¿Que esperas? No necesitas invitación.

Sonreí lascivo antes de capturar sus labios en un apasionado beso, sin dejarla tocar el suelo, me levante con ella sentándola en el frío roble, mi entrepierna apretaba ante la excitación, la necesitaba ¡Ya!

—¡Disculpen!

—¿Quién mierda eres? ¿Cómo entraste?

Vaya modo de darle el bajón a uno, me separe para bajar la falda de mi mujer, nadie podía admirarla más que yo.

—Mi señor, lamento la interrupción pero es urgente, le envían esto, me ordenaron entregarlo en propia mano y esperar respuesta.

Tomé de mala gana el sobre que me extendía para leer la nota en su interior.

«Me debes una y llego en momento de cobrarla, ven ante mi para hacerte saber de que modo pagaras tu deuda»

No hizo falta preguntar de quien se trataba, solo existía a una persona a quien le debía un favor, Hera no dejaría pasar algo así, observe al mensajero con severidad.

—Estaré ahí, ahora largo.

En cuanto se esfumó acomodé mis ropas volviendo a Anastasia y besarla.

—¿De quién es?

—Hera quiere verme, presiento que tiene que ver con Zeus, pero no quiero que te preocupes, ve a casa y espera ahí, prometo no demorar.

—Ten mucho cuidado, estaré aguardando tu regreso.

Un nuevo beso sirvió para despedirse y salir de la oficina, ahora tenía que partir al Olimpo. Llegué en un abrir y cerrar de ojos llevándome una sorpresa. Ante mí estaban presentes, Afrodita, Tique, Poseidon y un servidor.

—¿Alguien sabe para que nos ha llamado?— preguntó la diosa del amor y belleza.

—La verdad es que no Afrodita, pero sin duda será importante.

Entendía el por que estaba yo aquí ¿Pero y ellos? Las puertas de la enorme sala rodeada de pilares se abrieron dejando ver la esbelta figura de nuestra hermana.

—Todos están aquí, me alegra saber que cada uno sabe cumplir con su palabra, los reuní con un propósito. A cada uno le brinde mi ayuda de diferentes formas, hoy hermanos míos, soy yo quien los necesita a ustedes para destronar a mi marido.

—Hermana ¿estás segura? Una vez lo intentamos y todo falló, fuiste desterrada hasta que lograste su perdón.ñ— Intervino Poseidon, pero claramente su palabras enfurecieron a Hera.

—¿Perdón? ¿Llamas perdón a la humillación que me hizo pasar? No solo tengo que estar soportando que retoce con quien se le da la gana, también estar a expensas a sus ordenes al igual que todos ustedes, Zeus es un pésimo gobernante, pero también peligroso, mientras tenga consigo el rayo, nos tendrá a su merced, pero sin el...

—Yo estoy contigo.

Suspire ante sus planes, lo cierto es que quería mi venganza por lo ocurrido con Perséfone, y si podría derrocarlo lo haría. La voz de Afrodita me hizo saber que mi vieja amiga también merecía mucho más de mi, así que acepté.

—Yo también te apoyaré, después de esto, quedarás como soberana del Olimpo. En cuanto a mí, tomaré el control total de mi reino y haré con el lo que me de la gana, si quiero vivir ahí o con los humanos será cuestión mía.

—Esta bien, esta misma noche el reinado de Zeus caerá.

Hera se marchó a lado de su esposo mientras nosotros discutíamos que ella tenía razón, aun siendo Dioses nuestra era de dominio sobre los humanos había llegado a su fin, estos eran nuevos tiempos, la mayoría vivíamos entre ellos y estábamos complacidos con aquello. La noche cayó y volví a lado de mi amada que dormía plácidamente, en cuanto me acerque a su cama Rocky emitió un leve gruñido.

—Eres muy parecido a cerbero, eres una pequeña copia de una cabeza, cuida de ella hasta mi regreso.

Besé la frente de Ana para cumplir mi parte del trato, con suerte, todo esto acabaría.





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"Te encontraré" © (Hades&Perséfone) #1MGA [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora