Tregua

Capítulo Uno

La alarma volvió a sonar por quinta vez, indicándole a Naruto que estaba tarde para su siguiente clase.

Extendió su mano para presionar el botón de su celular quitándola definitivamente.

Que más daba, ya no llegaría a tiempo, quizás podría intentarlo al día siguiente. Se acomodo en su cama y disfrutó de la calidez de la mañana. No había nada mejor que dormirse nuevamente después de una leve interrupción. Estaba punto de caer en sueño profundo, cuando la puerta del baño se abrió de golpe y los gritos descontrolados de su compañero de cuarto lo sobresaltaron.

Naruto levantó la cabeza y observó como Sasuke lazaba su teléfono con fuerza contra la pared.

–¡Maldición! Esa perra me las va a pagar.

Naruto sabía muy bien de quién hablaba. La relación tóxica de su amigo lo llevaría al borde de la locura, no le sorprendería verlo lanzándose del último piso de la torre de psicología para quitarse la vida. Lo que le parecía aún más irónico porque ese era su campo de estudios.

–¿Dime otra vez como piensas ayudar a otros con ese carácter de mierda  que te traes?– Pregunto Naruto soltando un largo bostezo e incorporándose en su cama.

–No estoy de humor Naruto.

–Últimamente, nunca lo estás. ¿Me contarás?

Sasuke se sentó en la silla  frente a su escritorio, aún llevando solo una toalla.

Naruto le hizo una mueca de desagrado al verlo abrir sus piernas sin pudor. Quería a su amigo pero no deseaba ver sus miserias.

–Por la mierda, cúbrete.– le indicio.

Sasuke se encogió de hombros y cruzó las piernas.

–La muy perra de Karin volvió a salir anoche.

–¿y?

–¡Maldición Naruto! Salió con la yamanaka y la Hyuga. Ya sabes como son ese par.

Naruto lo sabía muy bien. Su rival solía ser una mujer muy intuitiva y ...

–Me dijo que se quedaría en su dormitorio, pero la Hyuga la sonsaco y salieron a un club nocturno.

–Sabes muy bien como son. Será mejor que te alejes de esa mujer Sasuke. Tienes que aprender de mi.

Sasuke miró a Naruto con el ceño fruncido. Tenía que reconocer que su amigo era el bombón de la universidad. Las chicas se pegaban a él como las abejas a la miel. Sin contar lo desagradable que era llegar a mitad de la noche y escuchar los gemidos desesperados de aquellas pobres colegianas recién ingresadas, aquellas que caían en las redes del zorro Uzumaki.

–Sabes que eso no es lo mío, joder.– Sasuke se puso de pie y camino por la habitación con desesperación.

–¿Que fue lo que hizo Sasuke?

Sasuke se detuvo. Su amigo lo conocía muy bien, tan bien como para saber que había algo más que no le contaba.

Respiró pesadamente y volvió a sentarse.

–Circula un vídeo donde Karin sale besando al idiota de Lee, ¿puedes creerlo?

Oh, si que lo creía. Todo obra de su archi-enemiga.

–Déjame adivinar, el famoso juego de la Hyuga.

Sasuke asintió.

–Joder, pensé que esta vez era real¿sabes? Karin se veía muy interesada en mi.

Naruto hizo una mueca al escuchar aquello. Los sentimientos no eran cosa a las que él le diera importancia. El amor no encajaba en su mundo, solo el placer y el sexo podían llenar los espacios vacíos.