Capítulo Once

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El "tick tack" del reloj lo estaba volviendo completamente loco. Llevaban aproximadamente veinte minutos sentados en el salón de reuniones leyendo las normas y reglamentaciones que conllevan,  al ser parte del comité.

Ella había llegado sin decir tan siquiera un hola. Se había acomodado en su silla arrastrándola hacia la mesa y había colocado varios folders amarillos perfectamente organizados, cargados de documentos, sobre la mesa.

–Comencemos.

Había dicho,  y eso había sido todo.

Ahora llevaba más de veinte minutos mirándola de reojo cada oportunidad que tenía. Estaba hermosa con aquel vestido rojo cereza, era muy sencillo, pero resaltaba su sensualidad a unos niveles que lo tenía excitado. No llevaba  maquillaje, pero si tenía un delicado labial rojo que combinaba con su vestido. Su cabello negro estaba recogido en una coleta que relataba sus más delicadas facciones.

Hinata era malditamente hermosa, y lo que era peor, el estaba más que colado por ella. Los años le habían demostrado que lo que sentía por Hinata no había sido una simple atracción. Aunque su miembro reaccionara  inmediatamente al tenerla cerca, se había dado cuenta de que lo que sentía por ella era algo más...

–Estas muy arreglada, ¿alguna cita?– Pregunto con descaro, pero en ese instante Hinata le brindó una sonrisa , que lo hizo retractarse.

–Si, tengo una cita.

Naruto frunció el ceño intentando no reflejar su ira. Ella era una mujer libre de hacer lo que quisiera, pero pensar que podía estar en los brazos de otro lo atormentaba por las noches.

Hinata observó como Naruto la penetraba con la mirada. No lucia nada contento y aquello la lleno de satisfacción. ¿Acaso estaba celoso? Una chispa de emoción brotó en su interior y comenzó a sentirse atrevida. Quería ver hasta donde llegaba sus celos.

–¿No me preguntaras con quien?

No. No quería saber quién era el desgraciado, que se atrevía a salir con ella. No quería conocer la identidad del hombre que quizás le diría cosas bonitas a su oído , seduciéndola y llevándola a su cama... ¡Maldición, Tenía que saber!

–¿Quien?– soltó más como un gruñido que pregunta.

Hinata volvió a sonreír, pero esta vez no tan Segura. La mirada amenazadora de Naruto le asustó un poco, y su conciencia le gritaba que no se atreviera a decirlo. Sin embargo, ignoró la pequeña vocecita de su cabeza.

–Saldré con Kakashi– tan pronto como dijo su nombre, se arrepintió. Naruto se puso de pie y golpeó la mesa fuertemente hasta el punto se sentir que casi se rompía en dos.

Unos celos insoportables nublaron su visión. ¡Kakashi! ¿Había dicho Kakashi? La rabia que sentía consumía todo su cuerpo hasta el punto de hacerlo cenizas.

–Dime que es una broma.

Hinata había comenzado a temblar. Se arrepentía, ¡oh Maldición! Se arrepentía tanto. No le gustaba la mirada que Naruto le estaba dando en aquellos momentos. Una mirada de desprecio que le herían cada vez más su corazón.

–No lo es– esta vez sintió como las lágrimas querían salir de sus ojos al ver la expresión de desilusión en la mirada de Naruto. Ellos no eran nada, nunca lo fueron. Sin embargo odiaba ver aquellas emociones reflejadas en sus hermosos ojos azules.

Se puso de pie con el propósito de marcharse. No quería seguir en aquel lugar más tiempo. No quería sentirse embargada por todas aquellas emociones, que le destruían lo poco que quedaba de alma.

Iba a marcharse cuando de repente Naruto la tomó por el brazo para detenerla. Su agarre era suave pero muy firme. Se dio la vuelta para mirarlo, estaba furiosa. Así que comenzó a intentar soltarse de su agarre.

Naruto puso resistencia, y para tratar de controlarla la acercó más a él, pegándola contra su pecho.

Hinata jadeó involuntariamente cuando sintió el contacto de sus cuerpos. Por un segundo olvido toda su rabia. Se concentró en disfrutar el calor que emanaba de aquel cuerpo musculoso.

Naruto miró sus labios y una hambre desesperada lo azotó con fuerza. Había extrañado tanto aquel contacto, se moría de deseo por sentir aquellos labios perfectos. No se resistió más, bajo su cabeza y tomó sus labios con desespero. Quería besarla suave, pero la vibración que recorrió su cuerpo al tocar aquellos aterciopelados labios, había hecho que olvidara la cordura. Ahora solo quería saborearla y disfrutar de su dulce sabor.

Hinata quiso resistirse a él y a la pasión que sentía. Pero en el momento en que él la penetro con su lengua, perdió toda capacidad de razonar. Su cuerpo anhelaba fuertemente sus caricias, su tacto, sus besos , su calor...

Así que disfrutó de aquellos labios sobre los suyos. Le permitió que sus manos recorrieran su cuerpo con libertad, deseando algo más. Una necesidad casi dolorosa cayó sobre ella cuando sintió que el descendía por su cuello, succionando su piel en el proceso.

Naruto no podía controlar sus impulsos. Cuando ella había puesto sus manos alrededor de su cuello, y había respondido a su beso, había perdido todo el sentido. Ahora solo quería besarla hasta dejar sus labios hinchados, llenarla de absoluto placer. Marcarla , para que todos entendieran de una Maldita vez que ella era solo de él.

Hinata estaba embriagada por el deseo, quería más de él, no solo sus besos, si no que también deseaba entregarse a él con una fuerza salvaje. El pensamiento de que pudiera estar sucumbiendo al deseo la hizo reaccionar.

Cuando lo apartó de ella, fue que se dio cuenta de cuan lejos había llegado. Estaba empotrada contra la mesa, con las piernas abiertas, y Naruto acomodado entre ellas.

Se separó de él y volvió a tomar sus cosas que había caído al suelo.

Naruto estaba demasiado excitado como para procesar lo que estaba pasando. Ella lo había rechazado, empujándolo hacia un lado para poderse marchar. Estaba debatiendo si detenerla y acabar lo que había comenzado o simplemente dejarla ir.

Ella estaba a punto de abrir la puerta cuando él la volvió a detener.

–No te vayas.

Hinata lo miró algo sorprendida por sus palabras. Naruto no solía ser así con ella, pero lo que la sorprendió, era que ya ni la miraba como lo había hecho minutos atrás.

–Esto no puede pasar, lo siento.

Naruto soltó su agarre y entonces la ira volvió a tomar el control.

–¿Aún te vas a ver con él?

Hinata comprendió, por su tono de voz, que estaba enojado. La pasión había desaparecido y también el ambiente cargado de deseo que los rodeaba.

Ella se acercó a la puerta tratando de decirle sin palabras que no se iría.

El no la detuvo y ella no miró atrás. Una profundo soledad hizo eco en el silencio que quedó entre los dos al distanciarse.

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Continuará...

Estamos cerca del final. Así que cuéntenme, quiero leer sus teorías. ;D

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