La cena con los Uzumaki fue muy animada. Hinata río hasta más no poder con las historias que Kushina contaba sobre Naruto cuando era a penas un niño.
Naruto...
Había pasado una tarde maravillosa. Él la había acompañado a caminar por la playa toda la tarde. Habían hablado, y se percataron de que ambos tenían los mismos intereses referente a la arquitectura. Naruto era mayor que ella, por lo que ya llevaba un año estudiando en la universidad de Nueva York.
Le había comentado de lo maravillosa que era la facultad y lo bien que le iría como estudiante. Hinata le había comentado que esa universidad estaba entre su lista.
Ella había tenido la confianza de comentarle que su padre no estaba de acuerdo con que ella fuera a estudiar a la universidad. Le había dicho que su madre no necesito de una carrera. Se casó con él, y él se había encargado de brindarle una vida muy cómoda.
–Pero tú no eres tú madre– le había dicho Naruto.
Hinata le sonrió.
–Eso es lo que he tratado de explicarle. Pero no, se ha empeñado en conseguirme marido que me mantenga.
Naruto había soltado una carcajada y ella lo había imitado.
Él se había encargado de mantenerla muy entretenida, lo cual agradecía porque no quería pensar en los problemas que tenía con su padre.
Después de cenar, su padre se excusó alegando que tenía que salir a contestar unas llamadas, así que Hinata se quedó con los Uzumaki en la mesa.
–Trabaja demasiado tú padre– comentó Kushina.
Hinata se encogió de hombros mientras veía a su padre perderse por el pasillo.
–Supongo que estoy acostumbrada.
Luego sonrió.
Pero Naruto pudo notar la tristeza que escondía detrás de aquella sonrisa.
Después de la cena, Naruto le propuso a Hinata volver a la playa, ella estaba algo confusa pues era algo que ya habían hecho prácticamente toda la tarde, pero él le aseguró que sería algo especial.
Y lo era. ¡Dios! La vista al cielo era impresionándote.
–Esto es hermoso, Naruto.
–Lo es, es una de las cosas que más me gustan de quedarme en la casa de playa.
Hinata le dedicó una sonrisa brillante que hizo que el corazón de Naruto diera un vuelco. Aquello lo asustó. Se había jurado no volver a sentir ningún tipo de emociones románticas. Y aunque Hinata era muy adorable, y era evidente que le gustaba, no pasaría de ese punto.
–Háblame de ti Naruto. Toda la tarde solo hablamos de mi.
–No hay mucho que contar. Solo soy un simple chico que le gusta la playa de noche y la arquitectura.
–Pero, ¿tienes novia? – Hinata se sonrojó al instante. No sabía porque lo había preguntado, pero necesitaba saberlo.
–No. No tengo novia.
La respuesta devolvió aire a sus pulmones, al menos tenía la esperanza...
–Y no quiero tener– espetó.– Los sentimientos no son parte de mi. No suelo ser un chico romántico Hinata. Al menos ya no.
Hinata se sintió muy incómoda ante su sinceridad, pero tenía mucha curiosidad de saber el porque.
Así que le tomó la mano y le sonrió algo sonrojada.

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Tregua
FanfictionDel odio al amor solo existe un paso, pero... ¿sera este el Caso? [Fanfic original] [Personajes y fotos no me pertenecen]