Hinata salió del salón echando humos. ¿Como se atrevía? ¿No le había bastado con todo el daño causado, que ahora osaba robar sus metas?
Salió furiosa y camino hasta el patio más tranquilo de la universidad. Quería llorar pero se contuvo las lágrimas y solo se limitó a gritar con rabia.
–¡Maldita seas Uzumaki!-– grito con fuerza desde sus entrañas. No le importaba si alguien la había escogido. Necesitaba desahogarse.
–¿Me llamabas?
La voz de Naruto la paralizó, y se odio por sentir todas aquellas emociones.
–¡Tu!– le grito mientras se acercaba a paso acelerado hacia él. –¿Como te atreves? ¿por que?
–Porque, ¿que?
–¿Por que decidiste correr?– Pregunto aún más irritada.
–El profesor preguntó y pensé que sería buena idea correr.
¿Buena idea? Eso era todo.
Hinata se acercó a él y sintió deseos de tomarlo por el cuello y estrangularlo.
–No eres buen estudiante, tus calificaciones son la peor de la facultad, ¿crees que eso no será problema para ti? El presidente de la clase debe ser impecable, casi perfecto.
–¿Como tu, princesa?
Hinata parpadeo varias veces. La furia casi calcomia sus huesos.
Naruto noto su hostilidad y se sintió un poco culpable por haber usado aquella palabra. Conocía muy bien lo mucho que ella detestaba que la llamaran princesa.
–Si, como yo.
Naruto entonces se puso serio.
–No quería...
–Ahórratelo– espetó y comenzó acercarse a él.
–No te acerques tanto muñeca, podría perder el control...– le dijo Naruto con una sonrisa sardónica.
Aquellas palabras hicieron que Hinata diera unos pasos hacia atrás. ¿Como demonios hacia aquello? ¿Como podía solo sonreírle de aquella forma haciéndola olvidar toda la ira que sentía.
Sacudió su cabeza y volvió acercarse, esta vez mirándolo fijamente a los ojos.
–Escúchame muy bien Uzumaki, no pienso bajar la guardia, y mucho menos perder ante ti.
Naruto sonrió y camino hacia ella para acercarse aún más. Estaba tan cerca que que ambos podían sentir sus alientos chocar.
Naruto bajo su mirad a sus labios con una hambre casi insoportable. Luego la miró a los ojos.
–Yo nunca pierdo, nena.
Diciendo esto se dio la vuelta y se alejó.
Hinata intentó recuperar el aliento. ¡Dios, por unos segundos pensó que la besaría!
Golpeó el suelo fuertemente. Jamás permitiría que él la tocara, y mucho menos la besara. Era un error que no volvería a cometer.
****
Hinata ya había formado su gabinete. Como vicepresidenta había elegido a Ino Yamanaka, su confidente y mejor amiga. Había escogido a Karin como su secretaria. A la chica nueva, Sakura Haruno como su tesorera. Su equipo estaba completo. Las había escogido todas féminas para establecer el dominio femenino. Ya venia siendo hora de que demostraran que las mujeres también podían liderar.

ESTÁS LEYENDO
Tregua
FanfictionDel odio al amor solo existe un paso, pero... ¿sera este el Caso? [Fanfic original] [Personajes y fotos no me pertenecen]