Teseo, Hijo de Neptuno

Capitulo VII final

Parte 3

Logro esquivar ambos ataques, sé que Percy ya habrá salido de la cueva. Solo queda deshacerme de esa forma del icor de los dioses y enterrar todo este lugar. Tendré que alejarlo de la fuente, así tal vez logre debilitarlo. Deberán mantenerse en forma sólida para evitar perder algo de icor. Me lanzo hacia Pontos que esquiva mi tridente para luego intentar empalar a Mare que logra hacerse a un lado quedando los dos dioses junto, bien solo un poco más cerca.

-si fueras el joven Jackson ya habrías intentado sacudir esta forma con lo poco de poder que tienen aún, pero esa probabilidad es cero a comparación con usted joven Ibarra así intentas desgastarnos en inútil pelea.

Sé que sería inútil pelear con dos dioses, pero esa no es mi intención. Solo puedo intentar otra cosa. Lanzo mi tridente hacia la cara de pontos, lo cual esquiva con toda facilidad.

-eso fue un acto desesperante.

Lo es, pero aún hay más mi tridente vuelve esta vez hacia la espalda de Mare quien hace lo mismo.

-veo que se te secaron las ideas Teseo.

Si creo que sí, pero mientras viene otra debo seguir intentando con esta, vuelvo a lanzar mi tridente hacia ellos que sigue volviendo para ser otra vez lanzado, en diferentes direcciones va mi tridente mientras ambos dioses están de espaldas uno con el otro.

-así que ya no tienes poder ni para sacudir esta cueva joven Ibarra bien, aunque ya se vuelve monótonos tus acciones.

El tridente vuelve hacia ellos distrayéndolos lo suficiente y acercarlos un poco más hacia mí, lo suficiente para salir corriendo hacia los dos que los abrazo, uno a cada uno, el icor de Pontos quema mi brazo derecho mientras los duros golpes de Mare hacen crujir mis huesos.

-aunque intentes retenernos aquí nosotros viviremos e iremos por todo lo que te importa, hijo de Neptuno.

bien porque no quiero que estén más cerca de este lugar mi tridente esta vez logra atravesar los costados de los dioses quedando como un pincho de dioses. Ambos dioses están empalados por los costados ahora no podrán moverse a menos que lo quiera. Sujeto mi tridente mientras nos abrimos paso a través de los escombros de piedra, usar las formas de los cuerpos de dos dioses antiguos es una gran protección mientras salimos de esta cueva.

La luz del sol en verdad es cegadora además que el suelo me está quemando, intento levantarme mientras un brillo me lastimo los ojos. El icor junto con el sol provoca que ambos dioses brillen como el oro.

-ese paseo resulto peor para usted joven Ibarra-. Odio admitirlo, pero es cierto apenas me puedo poner en pie, me he agotado totalmente, con que así se siente llegar a un límite. Pero ahora ellos ya tienen uno ahora, veo que sus formas empiezan soltar un leve vapor, es eso o ya estoy muy deshidratado para ver.

Me duele llamar a mi tridente y más al recibirlo en mi mano, tengo que aguantar más mientras llegan Percy, Reyna y los demás. Los dos dioses no pierden tiempo se lanzan hacia mi Mare salta aprovechando ese brillo para cortar cerca de mi rostro mientras recibo otro en el abdomen de parte de Pontos, rayos apenas puedo esquivarlos si trato de recibirlos con mi tridente de seguro terminare con algunos huesos rotos sin oportunidad para seguir distrayéndolos.

-hasta aquí llegaste mortal, yo me encargare de darle la notica a esas diosas de segunda...-. Un rayo.

Un fuerte sonido y una luz cegadora fue lo último que sentí después de las palabras de Mare. Lo que fue eso era un rayo, aun siento estática en el aire y esa onda que me mando a volar hizo que el dolor del cuerpo fuera peor apenas puedo ver como Pontos blande su tridente contra lo que parece ser rayos, un fuerte remolino de viento lo levanta y lo estrella contra el suelo, pero alguien con sus piernas me tapa la vista, escucho demás voces, pero ahora solo deseo cerrar mis ojos y descansar, eso es lo que hago.

Al despertar siento el cuerpo como si unos cíclopes me hubieran dado un mal masaje.

-el pretor al fin despierta.

- ¿dios Mercurio?... ¿¡me puede decir que paso con Pontos?!-. intento levantarme de la cama, pero el dolor me impide continuar.

-el dios Pontos junto con su esposa fueron evaporados por Júpiter y por mí, y gracias al desastre en la cueva el icor que reunieron ya no les será útil. Esas diosas debo decir que fueron muy desesperadas en confiarles esta misión, pero veo que hicieron una buena elección.

-gracias dios Mercurio, pero ¿que ocurrió con los demás, con Reyna y Percy?

-ya te lo había dicho Tes, solo llámame por mi nombre. La otra pretor está bien, ya está preparando todo para su regreso a Nueva Roma y Percy, él se ha recuperado de peores situaciones. Pero no estoy aquí solo por eso, como sabrás la reina Salacia me pidió que te dejara algo y pide que hables con ella.

Mercurio camina hacia la puerta mientras señala hacia un rincón una bolsa de correo bastante grande y llena, reconozco ese símbolo de la bolsa, los informes de la legión, al regresar la vista solo noto la puerta cerrada sin rastros de nadie.

Como puedo me levanto debido al dolor que siento. Al abrir la bolsa empiezo a leer cada informe desde las cartas de avistamiento de Océano, solicitudes de para los veteranos para defender, y los preparativos de defensa, pero hay otras que más me llaman la atención, son cartas con un sello de tridente, cartas de mi madre. Las palabras en cada carta que leo, hacen que sienta cada lagrima. Leo las preocupaciones que tenía mi madre acerca de mi viaje, si había llegado bien, sobre mi hermano, como era el campamento, y sobre las alertas de un ataque. En la última me prometía esperarme con la bandera del sello de nuestra familia al llegar en casa junto con mi comida favorita, Espagueti inundando en salsa.

Un toque en la puerta me recuerda que debe limpiarme las lágrimas, así como recomponer mi actitud. Quien entra es Reyna, antes de pronunciar una palabra ve que estoy de rodillas con los ojos rojos sosteniendo una carta con el sello de mi familia, Ibarra. Ella se acerca mientras solo me dejo caer en su pecho apretando la carta mientras doy unos ahogados sollozos.

Después de recuperarme y priorizar el volver a Nueva Roma. salimos de la cabaña prestada. Al levantar la vista veo que la cabaña lleva un tridente. "con que esta es la cabaña tres" reconozco mientras recuerdo lo que me habían informado antes de partir. Veo a mis amigos, Gizel y Matt, despidiéndose de sus demás hermanos al igual que Hazel y Frank, y los demás semidioses que fueron para ayudar a los demás dioses y entre ellos está mi hermano, Percy.

-espero que para una próxima podamos vernos con más tiempo y no en una misión peligrosa-. Dice Percy mientras sonríe ofreciéndome la mano, detrás de esta Annabeth aun con un par de rasguños en la cara.

-veo que al menos sabe seguirle el paso a Reyna, así que, sigue con eso y Nueva Roma podrá seguir igual de bien-. Una hija de Minerva preocupándose por el legado de Roma, ahora veo porque Reyna habla bien de ella, además por lo que vi en nuestra misión.

El centauro Quirón nos despide formalmente para luego hacerlo con el resto de los campistas. Antes que nos transporte Nico, antes de desaparecer al entrar en una sombra veo el campamento mestizo junto con todo lo que pase, junto con mi hermano que lo veré para una próxima vez.