¡No es su culpa! Es lo que grita internamente el rubio ante las quejas del moreno al darse cuenta de la noticia recientemente aún que era de hace muchos días atras.
–¿Por qué lo hicisteis?– Pregunto el moreno con tristeza por la cancelación de una de sus series favoritos aún que los considerará un tostón algunas veces.
–¡No es mi culpa!– Exclamó el ingles ante la acusación que a pesar de ser ciertas hizo como si no fuera su culpa.
–¡Sí lo es! ¡Tenías celos de la serie!–Siguio parloteando entre lágrimas el español.
Aún que el español tuviera algo de razón el ingles ignoro sus palabras.
–No es mi culpa que hubieran perdido el juicio.– Respondió con un tono falso de molestia.
El moreno tan solo inflo sus mofletes aguantando la respiración.
De manera lenta la cara del moreno se fue tornando roja hasta que por la presión sus mofletes no aguantaron más y le traicionaron soltando todo el aire.
–Siempre tienes la manía de querer llamarme la atención cuando estoy ocupado con una cosa sería o que me ayuda a pasar el rato.– Contesto el moreno ente murmuros molestos y infantiles.
–Como cuando te dije que lo más importante era buscar un heredero para la corona inglesa y española por si María moría por cualquier cosa.–Respondio el rubio regañando a el moreno por eso.
– ¿Ya zanjamos ese tema hace siglos, tienes que seguir con eso? Porque si quieres saco la guerra civil.–Añadio molestos el moreno por eso.
–Cuando dejes de llorar por la serie lo haré.–Dijo mostrando su molestia por la razón de lloriquear por algo tan infantil como eso.
–¡Cuando vuelva Pasapalabra!–Exclamo molesto el moreno encerrándose con llave en el cuarto de ambos.
El rubio con un suspiro cogió su teléfono que se encontraba en el salón, lo desbloqueo y envío un mensaje de texto a alguien apodado con el nombre “CrazyPortuguese” cuando el amigo de Arthur vio el mensaje inmediatamente llamo y empezó a interrogar al rubio.
La única solución que encontraron fue pedir a domicilio una de las comidas que más le gustaba al español, Tacos Suaderos y Tacos ahogados.
Si lo que acababa de pedir no lo sacaba del cuarto, menos lo haría un incendio.
