Llamada desconocida

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El rubio soltó unas pequeñas risas al ver el resultado de nuevo de su lista de puntos para las bromas de llamadas telefónicas. El estadounidense sin planear una broma en específico marco de manera rápida el teléfono de su “madre” y esperó pacientemente para hablar.

–Señor Fernández somos de el acuario, nos han avisado de que no le ha llegado la ballena que pediste.–Contesto el rubio con lo primero que se le vino a la mente fingiendo una voz de un dependiente de tienda esos amargados por el trabajo que tienen a medio tiempo. Aún se alegra de no tener un acento marcado por las enseñanzas de el antiguo esposo de su padre político.

Alfred, deja ya tus bromas telefónicas.– Respondió el ingles al otro lado del teléfono el cual era el del español. El británico era la segunda vez que le hacían una broma telefónica contando está.

Arthur!– Exclamó sorprendido el rubio por qué su broma se fuera al garete por su antiguo tutor legal, el americano cuando analizó la información una idea le golpeó de una manera más bruta que partir un mueble a la mitad a cabezazos.–¡Espera un segundo porque tienes el móvil de ma- España!– pregunto el más pequeño cuando los engranajes de su cabeza empezaron a funcionar. Casi repito una escena vergonzosa cuando iba a llamar a Toño mamá el cual dejo de llamarle así después de su independencia al considerarse mayor para eso.

El teléfono del hispano fue arrebatado de las manos del inglés (bruscamente siendo sinceros) cuando el moreno se dio cuenta de quién era la llamada.

–¿¡Al, como estas!? ¡Desde los noventa no me llamabas al teléfono! ¿Paso algo? ¿Está hay Alex? ¿Me le puedes saludar? Ah, recuérdale de que venga a visitarnos pronto y que no tome mucho cuando esté en casa para el año nuevo y saludame a Canadá de mi parte.– Empezó a verborrea el español haciendo la típica escena de la tía que vive lejos y llama poco o la de la mamá preocupada de que sus hijos vivan en el extranjero.

–¡Vais a hacer una fiesta de Navidad e el Héroe no sé a enterado!–Pregunto el rubio ignorando casi toda la verborrea del moreno.

–Sí, la hacemos casi todo los años, tú siempre estabas ocupado haciendo esas fiestas de Navidad enormes y por eso nunca te enteras de ellas aún que te enviamos varias cartas y mensajes sobre eso para ver si querías venir.– Respondió de manera alegre el moreno pero el tono de felicidad de su voz fue decayendo cuando iba avanzando su explicación hasta raspar la tristeza.

El estadounidense colgó la llamada rápidamente para luego corretear por toda la casa buscando su portátil, entro en su Instagram y avisó de que este año ni en el futuro posiblemente no haya fiesta para el veinticinco. A la vez que hacía eso con su otra mano tecleaba en Google sobre ofertas de vuelos repentinos hacia Madrid y vuelos de Madrid a Galicia en un mismo horario y día que el anterior. Estaba decidido a encontrar dos billetes para ir conjunto a su novio el cual es hijo biológico de quien considero su madre en esa lejana época.

Envío un mensaje rápido a Inglaterra y prosiguió avisando a la representación de México.

–¡Hon, haz las maletas! ¡Vamos a casa!–Exclamo el rubio desde el salón.

–¿¡Que chingados estas hablando ahora!? ¡Estamos en casa Gringo!–Grito desde el segundo piso de la casa el mexicano.

–¡La de la Gfa y el Gfe!–Exclamo el rubio imitando el lenguaje de el sureño, según su punto de vista.

–¡Haberlo dicho antes ballena!–Grito de nuevo el moreno siendo acompañado del rubio de dos maletas vacías cayéndose al suelo.

Relleno el pedido de los billetes de avión y fue directamente a imprimirlos.

Al fin habían llegado, onze horas de vuelo en vuelo no son buenos ni para las naciones.
Lo único que lograron animar a ese par fue encontrar a quienes consideraban sus padre esperándoles en el coche con una dulce sonrisa fuera de esa multitud de personas que se encontraban en ese sitio.

–Es una suerte que encontrarás los billetes de avión de manera tan rápida, y más ahora que es veinticuatro de Diciembre. Espero que estéis hambriento porque he mezclado todas la cenas típicas diferentes que se hacen en mi casa.–Explico el mayor de los dos morenos que se encontraba de copiloto.

El estadounidenses no entendió a que se refería el penínsular siendo notado por este.

–En mi casa hay muchos climas y tradiciones diferentes, por ejemplo en ciudades de la costa comen crustáceos, pescados o percebes, otros comen asados, carne, o muchos platos bastante fuertes y pesados como potajes.–Explico con una sonrisa el hispano europeo. El rubio más alto se emocionó al imaginar cuántas calorías tendría eso, y el pensando de que se quedaría con hambre y tendría que pedir un McDonald's a escondidas.

Al principio está historia sería una referencia a la guerra comercial la cual el gobierno se planteaba entrar en la guerra y que Alfred se vengará de esta manera pero cambio mediante la iba desarrollando.
No pude evitar poner todo este azúcar en esta historia diabética familia el cual me saltado algún que otro mes para mencionar el tema Navidad.

Pero total, en varios sitios ya están sacando las ventas decorativas navideñas un poquito más no daña.

Spuk One-ShortsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora