Debí haberlo avisado...

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Antonio esta noche no pudo dormir de manera correcta pero agradeció eso cuando notó un ruido en el techo de la vieja casa de campo.
El sonido fue acercándose se más bajando como si atravesará una rata del tamaño de un oso polar por la chimenea.
Salió de la cama de manera silenciosa para luego correr por el segundo piso y corriendo por las escaleras para llegar a la primera planta de la casa.

Al lado del árbol de pino decorado estaba un ladrón demasiado sigiloso para su tamaño preocupado el moreno se le abalanzó con el proceso tirándolo y luego le hizo un tipo shoulder lock.

El ruido que causó al tirar al suelo al hombre del tamaño de un oso polar fue escandaloso haciendo temblar hasta los cimientos de la casa. Seguido unos pasos por la escalera sonó mientras el ladrón se resistía intentando moverse de manera violenta para librarse de la llave de lucha.

—¡Toni! ¿Pero que estás haciendo con Santa? —Grito él rubio al ver a que estaba dañando a Santa Claus el hispano.

¿Santa?— Preguntó el moreno al no saber quién era esa persona.

—Un humano mágico que utiliza su magia para hacer regalos conjunto a sus amigos mágicos y que reparte regalos por todos los países posibles. — Aclaró el rubio molesto por culpa del país de la pasión al herir a su amigo mágico.

—Ahhh amigo—Respondió el moreno mientras soltaba lentamente al hombre vestido de verde.— Pensé que era un ladrón, en mi país y en algunos de los de mis hijos celebramos Los Reyes Magos en el cual tres reyes del Medio Oriente van con sus pajes y sus camellos viajando por todo los países que lo celebran dándoles regalos a los niños buenos.— Explicó el moreno ayudando a levantarse al gran peliblanco barbudo.

Nunca te hubiera visto en mi lista de niños malos así que tomaré que en realidad tan sólo eres un jovencito de bien.—Respondio sacando cuatro cajas de su saco verde con piel blanca aterciopelada. Al terminar eso el rubio se despidió del de vestimentas verdes mencionando el verdadero nombre del ser mágico siendo Gandalf.

—Cariño, tienes amigos muy raros. —Contestó el moreno en estado de shock abrazando al rubio.

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