—Dad ¿a dónde vas?— Preguntó un rubio pre-adolescente de acento estadounidense, que resaltaba en su instituto en el cual se encontraban familias británicas de alto poder adquisitivo.—Voy a ir al Gentleman's club,— Respondió el rubio colocándose su chaqueta con gracia.
La cara del rubio menor se desfiguró a una mueca y después empezó a soltar finas lágrimas de sus ojos azules.
—¡Qué! ¡Qué te pasa por qué lloras!— el rubio mayor vio con sorpresa sin saber que hacer y el porque su hijo estaba llorando.
Las lágrimas del niño en vez de detenerse aumentaron preocupando más al inglés que parecía una estátua al no saber como actuar en esta situación ni el por qué lloraba el menor.
La situación duro por unos cinco minutos en el cual un adulto no sabía que hacer y un niño no paraba de llorar e hiperventilar, la puerta de la entrada se abrió mostrando a una morena la cual tenía varias bolsas colgando en sus dedos cortandole la circulación.
La cara de la morena paso de una de cansancio a ira absoluta dirigida al Arthur.—Arthur, ¿Por qué nuestro hijo está llorando y tú pareces un pasmarote?—Habló de una manera amenazante Isabel, con dagas saliendo de sus ojos verdes apuñalando a el cejón.
Cerró la puerta de la entrada dando un portazo con su tacón, su esposo, aún pegado al suelo como un pilar y su hijo como fuente de agua infinita, soltó las bolsas en el suelo con el máximo cuidado que podría tener esta situación y dirigirse rápidamente a ver el por qué las lágrimas de su hijo.
Isabel abrazó a su hijo y le acarició la espalda esperando a que se tranquilizara lo suficiente para dejar de hiperventilar y que pudiera explicar la situación.
El ojiverde logró despegar sus pies del suelo y ayudó a la morena a quitarse su abrigo grueso de lana borgoña mientras abrazaba al pre-adolecente dejándola con su jersey de lana blanco.
El rubio aún con su abrigo encima se sentó al lado de su hijo acariciándole la espalda intentando ayudar a Isabel en el trabajo consolar al de acento estadounidense.
—Nos quieres explicar el por qué lloras, mi pequeño o'lantern.— Susurro la morena abrazando como oso al niño.
El niño alzó la cabeza aún atrapado entre los fuertes pero delgados brazos de la morena que le empujaban la cara contra su canalillo.
—Dad dijo que iría al gentleman's club.— Dijo aún con pequeñas lágrimas atrapadas en sus ojos amenazando de salir.
El rubio mayor ya supuso lo que le pasó por la cabeza al menor pero no quería arriesgarse a quedar mal por tal suposición.
—Alf, tu qué piensas que es el gentleman's club.— El inglés se sorprendió por la reacción a esa pregunta del rubio menor en el cual empezó a sollozar y a liberar lágrimas.
El de ojos verdes noto que su suposición era cierta y de que si lograba salir con vida estaría mucho tiempo durmiendo en el suelo de la habitación por la mirada que le dirigió su esposa.
—Alfred, el gentleman's club es donde los hombre se unen para hablar, no es lo que supongo que tú piensas, en America hay un significado diferente que al de aquí.— El rubio habló en español acentuado, mirando los ojos azules de su hijo.
El niño tansolo asintió limpandose las lágrimas que la caían por sus ojos, aún que el rubio menor dejo de estar triste, la morena le abrazó murmurando lo adorable que le parecía su hijo.
El rubio mayor se limitó a besar la frente de su hijo y esposa para irse donde debería haberse dirigido hace quince minutos.
Cuando reviso el móvil al llegar a su destino notó que tenía un mensaje de parte de Isabel preguntándole el otro significado de gentleman's club el cual decidió fingir que no lo había visto para no preocupar a su tierna y temible esposa aún que eso terminará en dormir en la terraza en plenos inicios de invierno.